Sumar se suma en una profunda crisis con IU mientras Podemos levanta cabeza

El portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la candidata al Parlamento Europeo, Estrella Galán.
El portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la candidata al Parlamento Europeo, Estrella Galán.
EFE
El portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la candidata al Parlamento Europeo, Estrella Galán.

El espacio de la izquierda a la izquierda del PSOE, que en las elecciones europeas de este domingo se presentó dividido entre Sumar y Podemos, obtuvo un mal resultado en general, pero la interpretación del mismo es muy diferente según el partido. La coalición que lidera Yolanda Díaz logró tres eurodiputados, un resultado que implica que IU perderá toda su representación en el Parlamento Europeo —su dirigente Manu Pineda ocupaba el cuarto puesto de la lista— y que, con toda seguridad, va a provocar el estallido de una crisis de impredecibles consecuencias para la alianza. Podemos, por su parte, alcanza los dos escaños, lo cual supone la culminación de un crecimiento lento pero sostenido en los últimos meses y revela que los morados no están tan lejos de Díaz y de su objetivo a medio plazo: suplantarla y volver a ser el partido hegemónico a la izquierda del PSOE.

En términos porcentuales y de escaños, el resultado es realmente malo para los dos partidos: Podemos se quedó en un 3,3% y Sumar, que aúna las marcas de IU, Más Madrid, Compromís y el partido de Díaz, apenas logra un 4,6%. En conjunto, el espacio a la izquierda del PSOE obtiene cinco eurodiputados, uno menos de los que consiguió Unidas Podemos en 2019 en un resultado que se leyó entonces como un batacazo, y eso que España escogió en estas elecciones siete diputados más que en 2019 tras el Brexit y la reasignación de los escaños que entonces correspondían al Reino Unido.

La primera de las lecturas que tiene el resultado es conjunta: los cinco escaños que consiguen Sumar y Podemos son el espejo de lo que, hoy por hoy, es un espacio muy lastrado por su división y por las diferentes luchas internas en las que se ha visto inmerso en los últimos dos años. En suma, la coalición de Yolanda Díaz y los morados alcanzan apenas un 7,9% de los votos, una cifra sensiblemente inferior al 11,4% que consiguieron en 2019 Unidas Podemos, por un lado, y Compromís, por otro. Incluso en un contexto pésimo, la izquierda a la izquierda del PSOE aún tiene un núcleo de votantes rocoso, pero ese suelo va notablemente a la baja y está por detrás, incluso, de lo que auguraban las encuestas.

Para Sumar, en concreto, el resultado supone una bofetada de impredecibles consecuencias. Tres eurodiputados y un 4,6% de los votos son un resultado absolutamente pésimo para una coalición que logró un 12,3% de las papeletas en las elecciones generales del 2023, aunque entonces se presentó coaligado con Podemos. Y, más allá de la cifra concreta, no haber logrado el cuarto parlamentario provoca que IU se quede sin representación en el Parlamento Europeo por primera vez desde su fundación en 1986. Eso implica que Yolanda Díaz se va a enfrentar a una profundísima crisis con el que quizá sea su aliado más imprescindible en la construcción de un partido, Sumar, que hoy es poco más que una marca sin cuadros ni militancia propia.

Las relaciones entre IU y Díaz llevan siendo frías desde hace varios meses y la tensión alcanzó su punto más alto justamente en las negociaciones para conformar la lista para las europeas, ya que la líder priorizó en la candidatura a Catalunya en Comú y Compromís por encima de la federación que ahora lidera Antonio Maíllo. Eso sentó fatal en una IU que ya llevaba meses meses denunciando sentirse maltratada en una organización en la que Díaz ha maniobrado para asegurarse el mando interno en detrimento, precisamente, de los partidos que la apoyan. Y el deplorable resultado de este domingo llena de razones a quienes, dentro de IU, se muestran críticos con Sumar.

Ante esta situación, que IU no haya conseguido ni un solo eurodiputado pone a Díaz en un brete de dimensiones incalculables. IU no es un partido más dentro de Sumar, sino el que sostiene la poca estructura que tiene la alianza fuera de Madrid y Cataluña, ya que la vicepresidenta apenas tiene militancia que responda exclusivamente ante ella. Y eso significa que, si IU comienza a albergar dudas sobre la viabilidad de Sumar, el proyecto correrá serio riesgo. De hecho, fuentes de la federación ya alertaban antes de conocerse el resultado que, incluso si se hubiera conseguido el escaño de Pineda, el resultado de Sumar iba a ser muy malo, y aseguraban que van a pedir a Díaz una reflexión muy profunda sobre por qué su espacio está por detrás de los resultados que logró Cayo Lara en las europeas de 2014.

Podemos, a poco más de un punto de Sumar

Para Podemos, por su parte, los resultados suponen oxígeno a un paciente que sigue muy grave, pero que da síntomas de que, al menos, tiene constantes vitales. Tras dos sonoros batacazos en Galicia y el País Vasco, en cuyos parlamentos autonómicos los morados no obtuvieron escaño, y después de haber renunciado a presentarse en los comicios de Cataluña para evitar un más que seguro nuevo hundimiento, Podemos se jugaba en las europeas de este domingo el todo por el todo. Desaparecer también del Parlamento Europeo hubiera supuesto el último clavo en el ataúd del partido, pero los morados han entrado, y no solo con un escaño: logran dos diputados con un resultado que, siendo muy pobre, permite a su cúpula plantear que existen cimientos sobre los que reconstruir el partido.

No obstante, si Podemos tiene motivos para celebrar este domingo es, sobre todo, porque ha obtenido un resultado que revela que está mucho más cerca de Sumar a nivel de apoyos que hace unos meses. La tesis sobre la que Díaz ha construido su proyecto es que la morada era una formación muerta y enterrada. Y, en unas elecciones europeas en las que no existe el voto útil porque la circunscripción única evita que haya votos que no se conviertan en escaños, Sumar apenas ha logrado quedar 1,3 puntos porcentuales por delante de Podemos, cuyo máximo objetivo a medio plazo es ser de nuevo el partido hegemónico a la izquierda del PSOE.

Es cierto, como recordaban fuentes del entorno de Yolanda Díaz la semana pasada, que los resultados de unas elecciones europeas no son extrapolables en ningún caso a los de unas elecciones generales. También lo es que, mientras Podemos ha echado el resto en estos comicios y ha presentado a su dirigente más fuerte, Irene Montero, como candidata, la de Sumar ha sido una recién llegada Estrella Galán, muy desconocida entre la ciudadanía. Pero las matemáticas son las que son: en el primer enfrentamiento directo entre ambos partidos desde su ruptura el pasado diciembre, Sumar apenas ha logrado superar por algo más de un punto al partido al que consideraba muerto.

Daniel Ríos
Redactor '20minutos'

Redactor de Nacional. Me hice mayor en Infolibre y llegué a 20minutos a finales de 2019. Sigo a Sumar y a Podemos y me paso la vida en el Congreso, donde también me encargo de la crónica parlamentaria. Cosecha de 1993.

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