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El 13,5% de los españoles sufre soledad no deseada de manera crónica: "Esta pandemia necesita de todos para tratarla"

Personas mayores, en una imagen de archivo.
EP

El 20% de los españoles sufre actualmente soledad no deseada en España y otro 30% asegura haberla padecido en algún momento de su vida. Unas cifras preocupantes porque el 13,5% de la población afirma, incluso, sentirla de manera crónica, es decir, desde hace dos años o más. Los jóvenes son, además, quienes más padecen este problema, seguidos de las personas mayores de 75 años. Su incidencia, asimismo, es más alta en mujeres que en hombres y está directamente relacionada con un conjunto de variables sociales de todo tipo.

Así se extrae del Barómetro de la Soledad no Deseada en España 2024, elaborado por la Fundación ONCE y la Fundación Axa, cuyos resultados se han dado a conocer este lunes. Según este estudio, que ha tomado como base 2.900 llamadas telefónicas a españoles mayores de 18 años, de quienes reconocen contar con este problema, un 67% afirman llevar en esta situación desde hace dos años y un 59% desde hace tres. Pese a ello, sus autores aseguran que se trata de "un problema reversible que tiene solución".

"Esta es la pandemia que necesita de todos para tratarla. Es un fenómeno social que puede afectar a cualquier persona. Nadie está libre de sentirla y esa soledad llega en la mayoría de las ocasiones de forma silenciosa", ha expuesto Imelda Fernández, vicepresidenta del consejo General de la ONCE, quien ha declarado la necesidad de apostar por una mayor profundización en este problema y tratar de poner en marcha políticas públicas que vayan encaminadas a solventarlo.

El estudio, además, certifica que son ellas quienes más la sufren. Hasta el 21,8% de las mujeres reconocen padecerla, frente a un 18% de los hombres. Por edades, destaca el grupo poblacional de entre 18 y 24 años, entre los que la soledad no deseada llega a producirse hasta en un 34,6%. Esa cifra comienza a descender pasados los 25 y, quienes se encuentran entre los 55 y los 74 años suponen el tramo que menor incidencia padece, con un 14%. Sin embargo, una vez pasados los 75 años, el sentimiento de soledad no deseada vuelve a dispararse hasta el 20% de los españoles.

"Estábamos acostumbrados a que la soledad no deseada era algo solo de mayores, pero no es así, también son los jóvenes. Detrás de estos datos estamos hablando de personas a las que tenemos que ayudar porque este es un problema de todos", ha defendido Fernández en este sentido. 

Relaciones sociales, nivel educativo, discapacidad... 

La investigación subraya que hay, además, múltiples causas que están relacionadas con este aislamiento. Entre ellas se encuentra la calidad de las relaciones sociales. "La población que se siente sola reconoce tener menos relaciones", ha destacado Raúl Ruiz, director del estudio. Así, el barómetro arroja como las personas que sienten que sus relaciones familiares son malas o regulares, tienen una mayor prevalencia de soledad. De la misma forma, esta problemática aumenta entre quienes aseguran no contar con apoyos necesarios en su día a día, donde aumenta hasta el 17% frente al 6% de quienes sí cuentan con ellos. 

El nivel educativo también supone otro componente clave. Según este barómetro, el aislamiento no voluntario es mucho más frecuente cuanto menor es el nivel de estudios adquirido, una realidad que se acentúa entre aquellos que no poseen estudios superiores, donde la incidencia de soledad se dispara incluso hasta un 50%. En esta línea, las personas en situación de desempleo poseen también una tasa de soledad mayor, que se sitúa hasta más del doble que quienes sí cuentan con un trabajo (36,6% frente al 16,2%). 

Por otro lado, tener una salud muy mala o regular implica una probabilidad tres veces mayor de padecerla que estar en buen estado de salud. Lo mismo ocurre con la discapacidad, donde la prevalencia de este problema llega a ser hasta 30 puntos superior entre quienes cuentan con ella frente a quienes no la poseen (54,3% y 19,1% respectivamente). 

La incidencia de la tecnología ha sido otra de las variables analizadas por el estudio donde se encuentran diferencias. Ante ello, el 38,4% de las personas que sufren soledad se relaciona con sus amistades principalmente online, en comparación con solo un 17,6% de las personas que no la sufren. Quienes no la padecen, asimismo, optan por relaciones más presenciales con sus familiares. Núcleos urbanos y rurales suponen otro de los escenarios dispares. En los pueblos son los jóvenes quienes más la padecen, mientras que en las ciudades ese sentimiento se agrava más en los ancianos. 

La mayoría lo reconoce como un problema

El estudio también ha estudiado cuál es el grado de percepción de la sociedad hacia este problema. "Es un fenómeno muy extendido, hasta el 70% de la población reconoce conocer a alguien que puede sentirse en esta situación", ha analizado Ortiz. De la misma manera, casi la totalidad de la población (98,8%) considera que cualquier persona es susceptible de padecerla.

Sin embargo, pese a afirmar que la mayoría de la sociedad conoce la existencia de este problema, el análisis refleja otra cuestión clave, que existe un estigma entre quienes la sufren a la hora de reconocerlo y abordarlo. Según sus datos, quienes no la sufren no tienen ningún problema en hablar sobre esta cuestión y reconocen que debería tratarse, pero esta investigación asegura que la mitad de las personas que sí se sienten solas no se sienten cómodas hablando de su experiencia y, menos aún, pidiendo ayuda. 

Por ello, Fernández asegura que hay que conseguir llegar a todas las personas: "Esta es la pandemia de todos. Todas las personas que estamos en instituciones y organizaciones debemos trabajar para resolverlo allá donde haya una sola persona así". 

"Un esfuerzo conjunto de las autoridades"

"Sabemos que la soledad no deseada puede afectar a todas las personas a lo largo de su vida, que está relacionada con el contexto que se vive y con los modelos sociales. La mayoría asocia esta soledad con personas mayores, pero sabemos que no solo se presenta en esta etapa de la vida", ha destacado Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, quien ha atendido el acto y ha apostado por generar "más redes de amistad y apoyos positivos"

"Es un equilibrio que no es sencillo y que requiere un esfuerzo conjunto de las autoridades. Estas tareas deben avanzar en la dirección correcta. Ahora solo estamos en un punto de partida", ha añadido el ministro, que ha reconocido la labor del estudio y ha apostado porque se sigan realizando más investigaciones sobre esta problemática. 

Sobre este mismo asunto también se ha pronunciado Matilde Fernández, presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada: "El Estado de Bienestar del siglo XXI tiene que analizar las causas que siguen produciendo exclusión social, aislamiento y soledad. Hay que ver como se puede dar una respuesta y debe haber más implicación pública". 

Para Fernández, la soluciones a la soledad son todavía complejas, pero ha remarcado que es importante trabajar en torno a tres ámbitos. El primero, la propia persona: "Hay que atender la educación, la sanidad, los servicios sociales...". El segundo de ellos, como ha expuesto, es "la cercanía de barrio", donde ha señalado que la vecindad y la proximidad con las personas que nos rodean llevan a crear un verdadero "tejido social". 

"Por último, el otro aspecto clave son los poderes públicos, que deben poner a las personas en el centro de las políticas", ha explicado la presidenta del Observatorio. A su vez, Raúl Ruiz apuesta porque se trabaje para que se consiga romper el estigma existente: "Se tienen que desarrollar condiciones para que se diga con naturalidad. Si me siento solo, hay que poder reconocerlo para poder pedir ayuda". Ante este escenario, ha remarcado que es imprescindible que cada vez se vayan rompiendo más los "tabúes" presentes en la sociedad: "Esto tiene que cambiar igual que hace 20 o 30 años había cuestiones que parecían inasumibles"·

Redactor '20minutos'

Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos en 2023, momento desde el que escribo en 20minutos, en la sección de Última hora. Con un ojo puesto siempre en la educación, a su vez me formo en el Grado de Educación Infantil en la UNED.

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