¿Está la corriente atlántica AMOC al borde del colapso? Científicos españoles discrepan sobre si ocurrirá pronto y sus repercusiones

Así actúa la Corriente Circular del Atlántico (AMOC).
Así actúa la Corriente Circular del Atlántico (AMOC).
WIKIPEDIA/Hole Oceanographic Institution
Así actúa la Corriente Circular del Atlántico (AMOC).

La reciente alerta del profesor aleman Stefan Rahmstorf, una eminencia en océanos, de que hay un 35-45% de posibilidades de que se produzca un colapso de la AMOC en la próxima década ha causado un enorme revuelo entre la comunidad científica. La previsión sobre un abrupto final de este sistema de corrientes oceánicas, que transportan agua caliente desde los trópicos hacia el Atlántico norte y agua fría desde el hemisferio norte hacia el sur, ha evidenciado la división entre quienes aseguran que la detención es una realidad que traerá catastróficas consecuencias y quienes ven prematuro hablar de colapso. El tema es relevante, dado que se trata de un mecanismo fundamental para la regulación del clima.

Investigadores españoles consultados por 20minutos coinciden en que la AMOC da señales de debilitamiento por la intensificación de precipitaciones en Atlántico norte, el derretimiento de la capa de hielo en Groenlandia y calentamiento de la superficie del planeta, fruto del aumento de los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Pero no se ponen de acuerdo en cómo de cerca estamos de un posible colapso y qué repercusiones exactas tendrá para el planeta.

Mar Gómez, doctora en Física y meteorólga de Eltiempo.es confirma que el revuelo surge cuando "Stefan Rahmstorf, jefe de análisis del sistema terrestre en el Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania), habló recientemente en unas jornadas sobre los nuevos modelos para pronosticar el clima que dan una probabilidad del 35-45% de que la AMOC colapse tan pronto como en la década de 2030". 

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Gómez recuerda que en febrero se publicó otro estudio sobre cambios bruscos en la circulación oceánica que estimaba la probabilidad de colapso de la corriente atlántica en una fecha situada entre 2025 y 2095, y se señalaba al año 2057. "Ahora, en unas nuevas discusiones científicas, se ha bajado la escala temporal a fechas más cercanas, y por eso hay tanto revuelo".

La corriente oceánica atlántica AMOC (Atlantic Meridional Overturning Circulation o Circulación de vuelco meridional del Atlántico) regula el clima de la Tierra. "Es como una cinta transportadora que distribuye todo: oxígeno, nutrientes, calor... a lo largo del planeta y gracias a la cual tenemos un clima suave en el sur de Europa, porque transporta aguas cálidas desde el golfo de México. Por eso el clima de Madrid no tiene nada que ver con el de Nueva York", explica Gómez.

El meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) Rubén del Campo agrega que una hipotética detención abrupta de la AMOC tendría consecuencias irreversibles y a gran escala para el clima. Cambiarían los patrones de precipitación en los trópicos, descenderían al sur los monzones y, en el norte de Europa "los inviernos serían mucho más fríos".  

La meteoróloga Mar Gomez dice que, el colapso de la AMOC impulsaría inviernos muy fríos "de la mitad de Francia para arriba, con caídas de temperaturas de hasta tres grados por década, y de hasta 30 grados. Lo que es una barbaridad". 

Del Campo ve pertinente, sin embargo, recordar que no es seguro el colapso, ni que pueda suceder la próxima década. Ya que los científicos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), el organismo que recopila toda la información científica disponible, si bien validan una ralentización de la corriente, su debilitamiento, no ven inmediata su detención. "El IPCC afirma que muchos modelos predicen un debilitamiento significativo de la AMOC a finales del siglo XXI, e incluso antes; pero considera (con confianza media) que no sufrirá un colapso antes de 2100".

Por contra, el investigador científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) Antonio Turiel enarbola tres estudios recientes (el de Rahmstorf, otro publicado en febrero e incluso uno anterior, de 2023) que contradicen al IPCC y meten presión al hallar signos de la cercanía de una posible detención abrupta de la AMOC. Este tipping point supondría un freno de la circulación de las corrientes atlánticas del 90-95%. 

Turiel sostiene que el pronóstico del IPCC está fallando  porque se basa en modelos "conservadores" y poco actualizados, mientras que las nuevas herramientas ya detectan  signos de alarma del colapso cercano de la AMOC, tal y como ha expresado estos días el profesor Rahmstorf. Avisos tempranos como una mancha de agua dulce al sur de Groenlandia o el flujo negativo del transporte del agua a través del paralelo 34 sur. "No se trata solo de modelos numéricos. Hay indicios de que hay riesgo de colapso, si no está colapsando ya", defiende Turiel

Por su parte, la física, meteoróloga y comunicadora Isabel Moreno opina que faltan datos para hablar de un probable colapso y mucha más investigación para adivinar qué efectos tendría. "Con la AMOC, si algo sabemos, es que nos queda muchísimo por saber", señala, y por ese motivo pide desterrar escenarios apocalípticos como que pueda producirse otra glaciación. Algo que ve imposible de probar. Al mismo tiempo reconoce que "tampoco nos podemos agarrar a lo que dice el IPCC, dado que hay nuevas herramientas medidoras que nos señalan que el punto de colapso de la AMOC, aunque no sabemos dónde, puede estar más cerca y no es imposible que eso pase". 

Los científicos consultados difieren a la hora predecir el colapso de la corriente atlántica, pero coinciden en la importancia de seguir impulsando medidas contra el cambio climático"No podemos seguir jugando a la ruleta rusa, hay que limitar el calentamiento global, porque en caso de que el colapso de la AMOC esté más cerca, no merece la pena comprobar cuáles van a ser sus consecuencias", dice Isabel Moreno. "Desde luego, si el colapso se produjese en la próxima década, poco se podría hacer", apunta Rubén del Campo: "Pero parece muy improbable que esto suceda. No obstante, el calentamiento global antropogénico seguirá debilitando la AMOC. Por eso se insiste en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, porque en la medida en que seamos capaces de limitar el calentamiento dentro de unos márgenes seguros, más probable será que no se alcance el punto de no retorno de la detención de la AMOC".

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