OPINIÓN

Ya toca gobernar

Vista de una mesa electoral del CEIP Ciudad de Roma tras el cierre del colegio electoral, este domingo dentro de la celebración de las elecciones europeas.
Imagen de una mesa electoral en el 9-J tras el cierre del colegio electoral.
EFE
Vista de una mesa electoral del CEIP Ciudad de Roma tras el cierre del colegio electoral, este domingo dentro de la celebración de las elecciones europeas.

Con las elecciones europeas cerramos una agenda preñada de citas con las urnas que lleva meses impidiendo a gobiernos y partidos dedicarse a la gobernanza de las cuitas ciudadanas. El 9-J, finalmente, ha sentenciado que tanto Sánchez como Feijóo sigan vivos en sus puestos, el primero al frente del Gobierno y el segundo liderando la oposición. Ni plebiscito, ni debacle, ni gran remontada, ni para el PSOE ni para el PP… sólo el inquietante avance de la ultraderecha, la decapitación de Sumar y el descalabro de los de Puigdemont. No es escasa la lectura de las urnas del domingo, pero ya toca aprobar presupuestos, legislar, tomar decisiones y pactar con los parlamentos que han sido elegidos.

La distancia en votos entre PP y PSOE se mantiene sin enormes alteraciones y la machacona insistencia de los de Feijóo en reclamar nuevas elecciones debería ir cediendo paso a una eficaz labor de oposición que arrojará sus frutos en el momento electoral establecido. Mantener la legislatura en permanente provisionalidad y zozobra no debería ser un objetivo aceptable para ninguno de los dos grandes partidos que han gobernado España. Los problemas son demasiados y las urgencias por abordarlos llevan excesivo tiempo relegadas por los tambores electorales.

La Unión Europea inaugura tras este 9 de junio cinco decisivos años para hacer frente a retos tan sustanciales como la inmigración, la paz o la transformación digital. España, por su parte, cumplirá en breve 12 meses del arranque de una legislatura hasta ahora entregada al ruido, la crispación y la deslegitimación de nuestro marco legal e institucional pero que tiene aún tres años por delante para consolidar la recuperación económica entre otros grandes desafíos. Cataluña, finalmente, también podría afrontar el camino de la estabilización política si logra conjurar la repetición electoral y constituir un Govern mínimamente duradero, aunque la sesión constitutiva ayer de su Parlament no arroje más que dudas al respecto.

Las urnas han necesitado varios meses para hablar pero ya lo han hecho. Ahora toca gobernar.

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