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Javier Puebla novela sobre el marqués que hizo de los coches su locura: "Comparto con él que me gusta hacer lo que quiera"

Javier Puebla, con su novela más reciente, en la Redacción de 20minutos.
JOSÉ GONZÁLEZ

Antes que escritor y poeta, Javier Puebla (Madrid, 1958) fue diplomático y viajero impenitente por África. Pero él quería libertad, que no le daba la gestión de conflictos y sí la literatura, un invento propio que él se ha 'fabricado' mezclando realidad y mentira. Así, el autor de libros, entre otros, sobre el marqués de Salamanca y sobre ese continente que conoció tanto, juega con los mismos elementos en El sabor del último beso (La Esfera de los Libros), una reciente y amena novela sobre un aristócrata sin miedo: Alfonso de Portago. Este libro, del que firmará ejemplares en la Feria del Libro de Madrid este miércoles 12 de junio, cuenta quién era ese ahijado de Alfonso XIII, amante de la primera modelo de la historia, arriesgado, millonario y sobre todo, empedernido loco de la velocidad y del riesgo. Este aristócrata salvaje y apasionado jugó con la vida rozando la muerte, sobre un Ferrari y amarrado al peligro. 

¿Cómo llegó a este personaje fascinante, un aristócrata amante de la velocidad?Estuve en casa de mi hermano pequeño un domingo, comiendo. Mi hermano siempre hace cosas por mí, todo el tiempo (le dedica a él el libro). Me cuida muchísimo. Y allí me dijo que por qué no escribía algo sobre el Marqués de Portago. Le dije que sí porque para él era fascinante. Mi hermano le gustan mucho los coches, por eso conocía a este personaje.

Cuando soy escritor me convierto en un actor que interpreta a su personaje

¿Hay algo que Alfonso de Portago comparta con el autor: un espíritu aventurero, su pasión por los viajes, las amistades peligrosas, el no tener miedo a nada?Hay muchas cosas parecidas entre él y yo, porque cuando soy escritor me convierto en un actor que interpreta a su personaje. Si soy Tintín, (muestra su camiseta, que lleva para la entrevista), me convierto en un santo. Así, que para este libro me convertí en Alfonso y convertí los coches es una pasión. Y cuando eres escritor, utilizas todas las cosas que tienes en común con ese personaje; yo comparto con él las amistades peligrosas, y que me gusta hacer lo que quiera. Por eso dejé de ser diplomático para poder ser y hacer lo que quiera con mi vida.

La aristocracia de antes, ¿era como la prensa del corazón de ahora? ¿Eran más nobles los de antes que los de ahora?Ahora nos hemos vuelto todos iguales, aristócratas y no aristócratas, porque existe Instagram. En aquella época (principios de siglo XX) no podías acercarte a ellos. Eran como dioses, porque lo dibujaba todo la imaginación. Es como el erotismo. Eran más míticos y entre ellos hacían cosas absurdas y extremas como pasar con una avioneta por debajo de un puente.

Usted mezcla habitualmente en sus novelas la ficción con la realidad. ¿Hasta dónde llega la invención en la recreación de Alfonso de Portago?Te respondo con una frase de Stephen King: "Los escritores y los pintores somos los únicos medios que admite la sociedad actual". Cuando escribo la novela del Marqués de Salamanca, El hombre que inventó Madrid, me documento, pero también imagino cosas que luego veo que han pasado. Es como una madre que sabe que el niño se despierta. Es inspiración. Explicar la inspiración desde la razón es muy complicado. Lo indiscutible es que es mi verdad, porque todo el tiempo me lo he creído. Yo tengo muchos problemas para ver la realidad. Para estar en la realidad. Se me da mal la realidad. Mi primero libro Aullidos de anti realidad,  lo fui vendiendo por la calle y lo compraron unas mil personas, algo más. Me quedan aún cinco ejemplares.  

El escritor se confiesa nocturno y reacio a entender la realidad.
JOSÉ GONZÁLEZ

¿Es este un libro sobre la velocidad de vivir? El Ferrari, ¿es su metáfora literaria?Creo que la respuesta es sí. Ferrari es lo que representa todo, es como vive el protagonista, es el peligro, es el glamour: tanto que en aquella época hace que le pinten el coche en negro, cuando el color de Ferrari es rojo. Los nobles de antes no eran tan ricos, pero tenían más poder que ahora. Ahora están vigilados, no tienen patente de corso, como tenían antes para hacer lo que quisieran.

Soy escritor desde que tengo 5 años

Escritor, periodista, diplomático... ¿Qué le gustaría que pusieran en su epitafio y por qué?Me gustaría que pusieran: "Fui creador y libre". Y sí dejé de ser diplomático, aunque el trabajo es muy interesante. Dakar es el destino más importante que tuve y no recuerdo ni un día igual en el mismo sitio. Aunque sigues teniendo que ir a una oficina, un horario. El precio que pierdes por la diplomacia es que pierdes sus raíces. Mi país soy yo. En África estuve cuatro años. De allí salió Pequeñas historias africanas, Belkís y Blanco y negra. Cuando estuve en Nueva York hice un cortometraje. He podido vivir después porque soy muy austero y además ahorré. 

O sea que siempre ha podido su vocación escritora.Pedí una excedencia como diplomático, pero la verdad es que soy escritor desde que tengo 5 años. Escribí a esa edad una aventura que sucedía en Australia. Veo más el interior que el exterior de las cosas y de las personas. Viendo lo de fuera, noto la vibración que hay, la sé traducir muy bien.

Puebla está a vueltas con la edición de unos cuentos.
JOSÉ GONZÁLEZ

¿Tiene en la historia su principal fuente de inspiración? Sus otros libros parecen avalarlo así.Cuando escribí un cuento al día (habla de El año del cazador (365 relatos que encierran una novela dentro)), fue un desafío brutal. Ahora mismo, estoy oyendo lo que dices para poder escribir un cuento. A la inspiración, lo decía Carlos Marzal, le puedes hacer un guiño, sonreír, es como llamar a la suerte. Para el piloto Fernando Alonso (lo saca al hilo de la historia de su piloto), la superstición es muy importante. Yo cojo historias todo el tiempo. En los árboles veo historias todo el tiempo. El final de este libro era brutalmente difícil de escribir. Es una mezcla de escritura y arte y artesanía. Me cuesta más esto último. A la artesanía lo pueden convocar cuando quieras.

Hábleme de Tigre Manjatan (hay una novela con ese título suya), un alter ego suyo que a punto estuvo de firmar El sabor del último beso.Un día estoy en un tren viniendo de algún lado. Llevo siempre libretas: acabo de descubrir un personaje, no sé nada de él pero sé que me hará rico. Hago tres versiones, y lo llamo Tigre Manjatan. Allí nació. Escribiendo soy muy lento, me duermo. Este libro solo tardé tres meses en escribirlo, pero si me dejan y la editorial no mete prisa, lo dejo durmiendo. Tengo la lentitud de las liebres.

Un premio es muy lenitivo de cara al mundo. al final, te pone en paz contigo mismo

Entre los premios que tiene, quedó finalista en 2004 del Nadal con Sonríe Delgado, uno de los más prestigiosos de España. ¿Los premios dan tranquilidad, popularidad, oportunidades...?El año que gané el Nadal me reconcilié con el mundo, hasta ese momento sientes que has sido un hombre muy raro. Yo pensé que había sido como una oposición. Mi mejor amigo del colegio dice siempre que cada vez que te ama alguien, alguien te odia. El marco de un premio te ayuda y te desvirtúa al mismo tiempo. Es muy lenitivo de cara al mundo. Al final te pone en paz contigo mismo.

Dice su protagonista en su libro que hay dos tipos de pilotos: los que se matan antes y los que se matan después. ¿Usted en que grupo se encuentra?Por el momento, estoy en el segundo. Esta es una frase del verdadero Alfonso de Portago.

¿Qué tiene entre manos ahora mismo?Una edición de mis cuentos. Es un magma vivo. Los he publicado en varias partes, los he modificado, me ha servido para crear personajes. Pero ahora es dificilísimo el trabajo de reeditarlos, me viene casi grande. Hice un juego de contrarrealidad y volví a cumplir 25 años. Todas las noches camino por Madrid y hago una serie de juegos sobre eso. Yo soy muy nocturno, me puedo creer que soy como me da la gana. Sobre la edad, doy la respuesta de Picasso: "Quien es joven de verdad, lo es para toda la vida".

Periodista Cultural '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Complutense. Trabajé en los principales medios de Aragón (Heraldo, televisión regional, El Día...); en el grupo Hearst: Supertele, Elle, Diez Minutos, Agency Hearst (publicidad editorial). En la editorial Roca. Unidada Editorial: Fuera de Serie.

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