Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Si pierdes, seguirás intentándolo

Federer, en Wimbledon ante Gasquet.
Federer, en Wimbledon.
EFE / Archivo
Federer, en Wimbledon ante Gasquet.

Estos días, las ceremonias de graduación de las universidades, de los colegios, de los centros educativos, nos suelen regalar discursos inspiradores, de esos que luego vemos en bucle una y otra vez, como el de Steve Jobs hace muchos años en Stanford, contando su historia vital a los recién licenciados. Si no lo han visto, se lo recomiendo.

En esta ocasión traigo el de Federer. Se puso el birrete y se dirigió a los alumnos que estaban a punto de terminar su etapa universitaria. Desde que dejó el tenis no suele prodigarse en muchos actos. Así que midió muy bien su mensaje.

¿Qué les dices a esos chicos que están a punto de empezar una nueva etapa, mucho más incierta, mucho más apasionante, mucho más dura que la que han vivido hasta ahora? ¿Qué les dices para que ese abismo no les paralice? ¿Qué les dices a esos nuevos adultos que todavía no lo son?

Federer tiró de experiencias vitales, de esas lecciones que había aprendido en la pista, con una raqueta en la mano, esas que le habían servido para crecer y para ser un campeón. La primera, básica, pero que nadie nos la repite: "La perfección es imposible". Y mira que nos empeñamos en buscarla, yo la primera. Buscamos que todo aquello que hagamos se mueva en la excelencia y eso nos vuelve exigentes. Muy exigentes y, quizás, poco tolerantes con el fracaso propio. No lo admitimos. Y no lograrlo nos frustra.

Jugad cada punto, les dijo. Cada punto es importante pero no es vital. "Cometí una doble falta… Es solo un punto". Y esto también lo podemos trasladar a la vida. Un proyecto, una idea, no salió como esperábamos, no pasa nada, porque la vida consiste en eso. En saber reponerse cada vez que las cosas se tuercen.

No hay fórmulas mágicas para lograr el éxito. No las hay por mucho que algunos se hayan montado un negocio en torno a eso. El éxito está en aprender cada día, en ir paso a paso. Lo dijo todo un campeón del mundo durante muchos años. Lo dijo con una sonrisa.

Un proyecto, una idea, no salió como esperábamos, no pasa nada, porque la vida consiste en eso

"Hay que aprender a creer en uno mismo". Por mucho que en nuestro entorno haya gente que intente torpedearnos, hacernos sentir pequeños. Si no crees en ti mismo, no podrás lograrlo. Tendrás talento, puede ser, pero solo con eso no llegarás a alcanzar tus metas, sean las que sean. "Hace falta disciplina". Y esto es un tanto complicado para las nuevas generaciones. En las grandes organizaciones hay ahora mismo todo un desafío laboral: cómo retener el talento. Cómo mantener esa fidelidad a la organización, algunos hablan de la cultura del sacrificio, esa que nos inculcaron a nosotros: "Trabaja, trabaja y trabaja…". No sé si la palabra sacrificio es la que más les va a motivar. Me parece arriesgado. Quizás me quedo con lo último que les dijo Federer: hacer las cosas sin esfuerzo es un mito. Si pierdes, seguirás intentándolo.

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