El líder de Los Republicanos franceses, Éric Ciotti, ha abogado por cerrar "una alianza" con la ultraderechista Agrupación Nacional con vistas a las próximas elecciones legislativas. Esto ha desatado una cascada de críticas dentro de su propio partido y también en las filas de la mayoría que respalda al presidente, Emmanuel Macron.

Horas después de que el líder de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, abogase por esta colaboración, Ciotti ha confirmado en una entrevista a TF1 que es partidario de una "alianza" y ha defendido que ayudaría a los 61 diputados republicanos actuales a conservar sus escaños. Bardella aspira a ser primer ministro de Francia y ha asegurado este martes que quiere tener "la mayoría más amplia posible", para lo cual ha tendido la mano a Los Republicanos.

"Cada día que pasa me prepara para ejercer el poder", ha asegurado el líder, que también fue el cabeza de lista de su partido en las elecciones europeas del domingo. Agrupación Nacional logró en dicha jornada un resultado sin precedentes al obtener más del 31% de los votos. Estos resultados llevaron a Macron a anunciar la misma noche electoral la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de comicios para el 30 de junio en primera vuelta y el 7 de julio, en segunda. 

La cercanía de la cita ha obligado a todos los partidos a redefinir alianzas, teniendo en cuenta además que el sistema de doble vuelta obliga a marcar tanto amigos como enemigos. Bardella cree que "Agrupación Nacional puede ganar las elecciones", pero en una entrevista a RTL ha planteado un potencial "Gobierno de unión nacional" con presencia de otras fuerzas. Así, está dispuesto a apoyar a candidatos de otras formaciones en determinadas circunscripciones.

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El dirigente ultraderechista ha pedido al partido de Ciotti que "deje de ser la muleta política de Macron", después de que en la legislatura saliente hayan evitado respaldar las diferentes mociones de censura presentadas contra un Gobierno carente de una mayoría clara en el Parlamento. El líder de Los Republicanos ha aclarado por su parte que seguirían contando con grupo propio y ha descartado una integración bajo la bandera de Agrupación Nacional, si bien la mera posibilidad de una colaboración tan estrecha ya implicaría una ruptura del histórico cordón sanitario establecido por el centro-derecha en Francia. 

El jefe de Los Republicanos en la Asamblea Nacional, Olivier Marleix, se ha apresurado a criticar las declaraciones de su líder para matizar que "solo le comprometen a él" y reclamarle incluso que dimita como cabeza del partido si es partidario de aliarse con la ultraderecha. 

También ha pedido su dimisión el presidente del Senado, Gérard Larcher. "Considero que no puede presidir más nuestro movimiento y que debe abandonar su mandato de presidente de Los Republicanos", ha dicho en un lacónico mensaje en la red X. Larcher, de 74 años, es la segunda autoridad institucional de Francia tras el presidente de la República. Preside la Cámara Alta francesa desde hace diez años y acaba de ser reelegido, por lo que su puesto no está en juego en las próximas legislativas.

Esas voces críticas con Ciotti se han unido a las de otros pesos pesados del partido heredero de Charles de Gaulle y Jacques Chicac y refundado por Nicolas Sarkozy en 2002. El LR forma parte además del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), el más numeroso en la Eurocámara. A la entrada de una reunión extraordinaria de Los Republicanos, Michel Barnier, antiguo ministro, comisario europeo y negociador por la UE del acuerdo para el brexit, ha afirmado ante los medios que Ciotti "ya no tiene ninguna legitimidad para hablar en nombre de la familia política" de los conservadores.

En línea similar, como "traición" ha calificado la maniobra de Ciotti otro peso pesado de su partido, Laurent Wauquiez, presidente de la región Auvernia-Ródano-Alpes y líder del partido entre 2017 y 2019. "Vender su alma por un plato de lentejas y luego venderlo diciendo que es por el interés del país. Los Republicanos deben rechazar de manera inmediata el acuerdo propuesto por Ciotti con Agrupación Nacional (RN)", se ha rebelado igualmente Valérie Pécresse, presidenta de la región que engloba a París, en un contundente mensaje en redes sociales. 

Sin embargo, Ciotti ha negado que se plantee dimitir: "Soy presidente de Los Republicanos y está absolutamente descartado que dimita, ya que cuento con la confianza de una gran mayoría de militantes". El dirigente conservador ha dicho contar con "miles" de mensajes de apoyo de personas que "quieren que las derechas dejen de estar divididas".

Aplausos de la ultraderecha

Desde el otro lado de la hipotética alianza, Bardella ha celebrado que Ciotti haya "elegido el interés de los franceses por encima del de los partidos". "La unión hace la Francia", ha señalado en su cuenta de X. El claro vencedor de las elecciones europeas del domingo y aspirante ahora a primer ministro, ve margen para colaborar y "luchar contra el caos migratorio, restablecer la autoridad y el orden y apoyar el poder adquisitivo de los franceses". Miembros del Gobierno de Macron han cuestionado, en cambio, el movimiento de Ciotti, entre ellos el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire.

Para el titular de Interior, Gérald Darmanin, se trata de una "vergüenza", un "deshonor" para "la familia 'gaullista'", mientras que el responsable de Justicia, Eric Dupond-Moretti, cree que Ciotti "ofrece a Le Pen el partido del general (Charles) de Gaulle en una bandeja de plata". El líder del Partido Socialista, Olivier Faure, ha advertido de que la mayoría absoluta de la ultraderecha "y sus aliados" ha dejado de ser una mera "hipótesis" y, dado que el campo afín a Macron "ya no existe", ha afirmado que en las próximas elecciones la única alternativa "a los nacional-populistas" será el "Frente Popular" lanzado desde la izquierda.