Empieza el 'mercado de fichajes' de eurodiputados: en torno a un centenar buscan grupo para la nueva legislatura

Hemiciclo del Parlamento Europeo con un estudio de televisión gigante para retransmitir los resultados de las elecciones europeas.
Hemiciclo del Parlamento Europeo con un estudio de televisión gigante para retransmitir los resultados de las elecciones europeas.
EFE
Hemiciclo del Parlamento Europeo con un estudio de televisión gigante para retransmitir los resultados de las elecciones europeas.

La décima legislatura de la UE está a punto de comenzar; no hay respiro después de las elecciones europeas del domingo y ahora empiezan los cálculos sobre las mayorías, con un elemento que será decisivo para decantar la balanza ideológica: hay, más o menos, un centenar de eurodiputados que tienen que buscar grupo político para el nuevo lustro. Con los resultados en la mano, existen flecos por pulir. El PPE es la familia mayoritaria, con 186 escaños, y parece que se jugará a lo que ellos quieran, con los socialdemócratas segundos, con 135 asientos. No obstante, hay 45 No Inscritos y otros 55 nuevos.

De esos 100 eurodiputados la mayoría tendrá que cambiar de chaqueta los próximos días, de cara al primer pleno de la legislatura que empezará el 16 de julio en Estrasburgo. Algunos se quedarán 'en los márgenes' de la Eurocámara, pues los No Inscritos cuentan, como es evidente, con voto, pero casi no tienen voz en las dinámicas de los plenos. Si se analizan a fondo, hay unos 30 asientos de derecha radical dura, entre los que destacan los de AfD, que logró en las europeas su mejor resultado histórico, siendo segunda fuerza en Alemania. En la derecha radical más 'blanda' podrían estar los 25 de Fidesz, el partido de Viktor Orbán, expulsado hace un par de años del PPE.

En menor medida habría 20 nombres de izquierda euroescéptica, entre quienes se sientan los de SMER, el partido eslovaco del primer ministro Robert Fico, expulsado por su parte de S&D por su deriva anti Ucrania. Aquí habría que añadir al nuevo partido alemán BSW, liderado por Sahra Wagenknecht, con 6 eurodiputados y que tampoco está a favor de seguir ayudando a Kiev. 

Mucho menos peso tienen los europeístas (de nuevo, con matices) sin grupo. Habría 10 de este tipo y en esa lista aparece, por ejemplo, el partido de Petr Magiar, que le ha robado bastante voto en Hungría al propio Orbán y que aspira a sentarse en el PPE. Además, habría que añadir los 10 del M5S italiano, que no se identifica realmente con ninguna familia política, aunque ya intentó hace meses su entrada en los Verdes, sin luz verde por parte del grupo ecologista. Desde la llegada de Giuseppe Conte la formación ha intentado centrarse en el mapa político pero mantiene filias y fobias en torno a Ucrania que les mantienen desubicados para muchos de los colegas europeos.

Todo parece una cuestión numérica, pero no solo. La realidad es que más de la mitad son de partidos que representan opciones euroescépticas y además de derecha radical, por lo que ECR y ID son las dos familias políticas que tienen las de ganar en ese mercado de fichajes. AfD y Fidesz decantan las mayorías de la Eurocámara hacia la derecha. La próxima semana, con la formación de los grupos (ya sean nuevos o no), se podrían confirmar estas dinámicas. Es complicado eso sí que la ultraderecha alemana entre en uno de los dos: ID les acaba de expulsar y ECR mantiene una línea pro OTAN y pro Ucrania que no 'acepta' postulados prorrusos.

¿Hay posibilidad de que los 'retales' formen un nuevo grupo en el Parlamento Europeo? Sería una mezcla complicada. Las cuentas salen, porque el mínimo para formar un grupo son 23 eurodiputados procedentes de 7 Estados miembros, pero la forma no es el fondo y aunque AfD o Fidesz sí que se podrían sentar juntos ideológicamente, no se sumarían ahí los asientos de Magiar, competidor directo de los segundos, ni Más Madrid, más cerca de los Verdes. En España falta por ver también dónde van los tres eurodiputados de Se acabó la fiesta. Mientras, el M5S buscará más relevancia.

Cien eurodiputados son casi el 14% del total de 720 que se sentarán en la nueva Eurocámara. No parece una cifra muy elevada, pero en un panorama donde las mayorías serán tan estrechas cualquier número es importante. Desde Bruselas ya se empieza a asumir que "habrá que negociar los puntos y las comas" en cada legislación, y para eso es obligatorio incluir cada voto como si fuera el último. Hasta el más 'novato' de los eurodiputados será importante para dibujar las nuevas dinámicas de la Unión Europea.

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