Von der Leyen da el primer paso hacia su reelección con el 'abrazo' de su grupo tras el éxito de las europeas

Manfred Weber y Ursula von der Leyen.
Manfred Weber y Ursula von der Leyen.
EPP
Manfred Weber y Ursula von der Leyen.

"Desde el primer día, nos hemos comprometido a trabajar por una Europa más segura, más fuerte y mejor". Ursula von der Leyen ya ha dado el primer paso para su reelección, y su mensaje parece claro: quiere construir "un bastión contra los extremos" en la nueva legislatura de la UE y ha iniciado su camino para seguir como presidenta de la Comisión Europea. Lo ha hecho al recibir este miércoles el 'abrazo' de su familia política, el Partido Popular Europeo (PPE). Son los grandes triunfadores de las elecciones europeas, aupándose hasta los 186 escaños y siendo la única fuerza europeísta que creció en los comicios. 

Todo les ha salido a pedir de boca y a Von der Leyen en concreto más si cabe porque a la victoria general hay que añadir el triunfo aplastante de su partido, la CDU, que se aupa hasta los 29 escaños en el nuevo esquema de la Eurocámara. Con esos números en la mano ya no hay demasiado debate en si la germana debe seguir o no sentada en el Beralymont durante cinco años más. "Las elecciones nos dan un mandato fuerte para nuestros grandes candidatos y para nuestro programa", aseguró el líder del PPE en el Parlamento Europeo y presidente del grupo, Manfred Weber.

El que fuera no hace tanto rival interno de Von der Leyen lleva ya desde la campaña cerrando filas con ella; las divisiones en el PPE pueden empezar a verse una vez arranque la legislatura, pero de momento todos tienen claro en el barco conservador que necesitan asegurar las mayorías para un nuevo mandato de la que se ha convertido en la 'hiperlideresa' de la UE. Para ello, eso sí, tienen que hacer dos cuentas diferentes.

La primera tiene que darse en el Consejo Europeo. Los apoyos de los jefes de gobierno son decisivos, pues son ellos quienes tienen que proponerla para presidir la Comisión. Tiene muchos síes asegurados pero su tendencia a querer reeditar la mayoría de populares, socialdemócratas y liberales podría exigirle tener que sudar algunos otros, como los de Giorgia Meloni o Viktor Orbán. La italiana, no obstante, podría ceder si su país acaba representado (o su grupo) en otro alto cargo para esta nueva era en la Unión Europea.

También le tiene que salir la suma a Von der Leyen en el Parlamento Europeo. Si del Consejo Europeo sale todo con el orden esperado en la Eurocámara no habrá problemas para ella: esa coalición proeuropea supera los 400 escaños y podría añadir a los Verdes sin demasiados remilgos. Aunque haya votos sueltos incluso del PPE -como los Republicanos franceses, que la consideran una candidata "de Macron"- sus 'opositores' no tendrán números suficientes. Además, tampoco salen candidatos alternativos. 

Quien podría hacerlo, el propio Emmanuel Macron (que ya tanteó al ex primer ministro italiano Mario Draghi para el puesto), acaba de adelantar elecciones legislativas en Francia dado su mal resultado el 9 de junio y ve a Le Pen imponiéndose con mucha claridad. Así, en el Elíseo están mucho más preocupados de las dinámicas internas que de condicionar la elección de los top jobs en la UE. Lo mismo pasa con el Gobierno alemán, muy debilitado como para poner problemas a una candidatura que no molesta ni mucho menos al canciller Olaf Scholz.

Ya se van tachando días del calendario para que Ursula von der Leyen pueda cumplir, si todo va bien, diez años al frente de la Comisión Europea. Una década es el tiempo que estuvo en el cargo José Manuel Durao Barroso; el portugués fue presidente desde el 2004 hasta el 2014, para después dar el relevo a Jean Claude Juncker. Ese segundo lustro de Von der Leyen además serviría como espaldarazo para el sistema de spitzenkandidaten (candidatos principales), en el que los grupos políticos lanzan de antemano a un candidato para presidir la Comisión.

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