![Una joven en silla de ruedas junto a su cuidadora.](https://imagenes.20minutos.es/files/image_640_360/files/fp/uploads/imagenes/2024/06/12/una-joven-en-silla-de-ruedas-junto-a-su-cuidadora.r_d.2121-243-2133.jpeg)
Mirar al individuo, ver a la persona con discapacidad y sus necesidades para buscar soluciones ajustadas y coordinadas en lugar de mirar a una etiqueta que agrupe y estandarice respuestas. Esa fue la conclusión principal del foro sobre los retos del autismo que organizamos en Capaces, pero también lo es ante cualquier abordaje social, incluida la recién llegada modificación del despido por incapacidad o la aún más reciente estrategia estatal de cuidados.
Ver al individuo y sus circunstancias, pero también dotar de recursos cualquier estrategia. Sin partidas presupuestarias que sostengan las buenas intenciones, no hay transformación posible.
Mirar a cada persona, cada caso, y poner sobre la mesa el dinero que sea necesario. Al final va a ser que sí hay una receta mágica para hacer bien las cosas, lo que hace pensar en la voluntad como el ingrediente que falta en la mayoría de estos guisos.
Querer poner el suficiente dinero. Así de simple. Tenemos buenos profesionales y conocimiento suficiente sobre las actuaciones idóneas y demasiada gente esperando una respuesta que les resulta imprescindible. Es así en casi todas las problemáticas que rodean a la discapacidad, ya sea al autismo, la realidad de los cuidados, las enfermedades raras, la atención temprana o los procesos inconcebiblemente dilatados en el tiempo para conseguir la discapacidad o la dependencia.
Las pelotas, porque es cierto que son muchas y diferentes, están en el aire y está más que claro a quién le corresponde recogerlas y encestar. Son miles de familias las que no se pueden permitir que toquen el suelo ni son capaces o se merecen seguir jugando sin descanso por más tiempo.
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