Springsteen vence al tiempo y a la mala acústica del Metropolitano

Bruce Springsteen actúa en el escenario del Estadio Cívitas Metropolitano el 12 de junio de 2024 en Madrid.
Bruce Springsteen actúa en el escenario del Estadio Cívitas Metropolitano el 12 de junio de 2024 en Madrid.
Mariano Regidor / GETTY IMAGES
Bruce Springsteen actúa en el escenario del Estadio Cívitas Metropolitano el 12 de junio de 2024 en Madrid.

Bruce Springsteen, con sus 74 años,  ha regresado a Madrid tras una prolongada ausencia de ocho años y ha reunido a 55.000 personas en el primero de tres conciertos que ofrecerá en la capital. Aunque poco precalentada mediáticamente, quizás porque el estadounidense actuó en Barcelona en 2023 o por la resaca de la visita de Taylor Swift, su gira ha conseguido un lleno total durante las tres noches (165.000 personas en total).

Al Metropolitano, que ya visitó en 1999 y en 2003 cuando aún era conocida como La Peineta, ha llegado el estadounidense tras varios días de reposo por prescripción médica tras verse afectada su garganta, lo que le obligó a posponer varios shows al año que viene.

El 'Boss' se ha acercado a las tres horas de concierto y ha presentado su trabajo de pandemia Letter To You y luego algunas melodías del abum Only The Strong Survive (2022), y por supuesto parte de su repertorio retrospectivo, con las habituales sorpresas no tan manidas, como Seeds, que ha sonado en la primera parte.

Poco ha importado que el espectáculo arrancara 20 minutos tarde. Ha sido empezar a desfilar cada miembro de The E-Street Band y desatarse la euforia, multiplicada al aparecer el héroe enfundado en chaleco, corbata y camisa remangada, como desmintiendo sus años con un porte ajeno al paso del tiempo.

Un arranque en perfecto español

Al grito en español de "Hola, Madrid, ¿estáis preparados?", ha arrancado el concierto entre la vibra álgida de Lonesome Day, seguida de No Surrender y, entre lo poco que ha sonado de Letter To You, Ghosts.

Justamente uno de los temas de este primer bloque fue posteado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha dado esta noche la bienvenida a Bruce Springsteen.

"¡Bienvenido, Bruce! España te recibe con los brazos abiertos. Como merece el gran artista que eres", ha publicado en X Pedro Sánchez, y ha añadido la canción 'No Surrender' (No hay rendición). 

El ánimo encendido del público no se ha visto perturbado por la acústica del Metropolitano que se empeñaba en deslucir el trabajo de la banda, entregada a fondo como siempre.

Estrechando manos con sus seguidores, Darlington County ha supuesto un pequeño hito de emoción añadida en la primera hora que ha mantenido al versionar el clásico de John Fogerty Rocking All Over The World entre arengas en español ("¡Más alto!"), algo que no ha hecho falta justo después con el primero de los grandes éxitos de la velada, Hungry Heart.

La energía era ya contagiosa al emprender el segundo tercio del concierto. Incluso el sonido resultaba más preciso y a un tema reciente como I Was The Priest le ha sacado junto a Steve Van Zandt un coleo de guitarras a la altura de los grandes temas.

Con todo, ha sido la nostálgica calidez de My Hometown la que ha erizado vellos, más aún al engarzarse con el arranque mítico de The River y rematar este con un largo y agudo arrullo, que no debería salir teóricamente de una garganta gastada. Aplauso enorme y otro de los momentos para el recuerdo.

"La muerte proporciona cierta claridad mental y entiendes que la aflicción no es mas que el precio que pagamos por querer bien", ha reflexionado antes de Last Man Standing, al recordar que él es el único miembro con vida de su primera banda, otra llamada a exprimir el momento, a exprimir esta noche en la que Springsteen aún no es un recuerdo.

Cuando el asunto empezaba a cobrar un tono demasiado elegíaco, Because The Night ha levantado hasta al más seco para iniciar por todo lo alto el camino del tercio final arropado por la savia fresca del saxo de Jake Clemmons, sobrino de Clarence Clemmons.

Ya era solo cuestión de dejar rodar hasta los bises una bola cada vez mayor empujada por Wrecking Ball, por el clamor colectivo de The Rising con sus la-la-lás, el fuego cruzado de Badlands, con todo el estadio a saltos, y la aparente huida liberadora por su Thunder Road.

Solo aparente, porque aún tenía que estirar el repertorio para rondar las tres horas y alcanzar la treintena de cortes con unos bises igualmente de altura iniciados con Land of Hope And Dreams, pero prendidos como siempre con la imprescindible Born To Run o Dancing In The Dark.

"¡Gracias, Madrid!", se le ha oído exclamar con bazas aún bajo la manga como una versión acústica de 'I'll See You In My Dreams' (Te veré en mis sueños, en español). Al menos durante dos noches más en Madrid y otras dos en Barcelona, de momento no será en sueños.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento