Ciencia

Científicos japoneses resuelven el misterio de la esperanza de vida: ¿Por qué las mujeres viven más que los hombres?

La esperanza de vida de las personas nacidas en el Reino Unido entre 2020 y 2022 es de 78,6 años para los hombres y de 82,6 años para las mujeres .
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Cuando una niña nace en España, su esperanza de vida son 86,1 años. Cuando el que nace es un niño, 80,3. Son datos del informe anual del Ministerio de Sanidad sobre 'Esperanzas de vida en España' que analiza los datos del año 2021 y su evolución desde 2006. Y, por extraño que parezca, ocurre de forma similar en el resto del mundo, donde, de media, la esperanza de vida de las mujeres al nacer es de 74 años y la de los hombres, 69. 

Ahora, un grupo de científicos japoneses parece haber dado con la clave para resolver este misterio: las células más pequeñas y más grandes del cuerpo, es decir, los espermatozoides y los óvulos. Así que, en efecto, es una cuestión sexual.

Un experimento exitoso con peces

Para su estudio, los científicos de la Universidad de Osaka experimentaron con pequeños killis turquesas, una especie de agua dulce que alcanza la madurez sexual en quince días y vive unos pocos meses, y que, por lo que creen, podría tener un mecanismo biológico similar al que influye en la brecha de esperanza de vida de los humanos y otras especies. 

"El proceso de envejecimiento en los killis es similar al de los humanos, por lo que no creo que los humanos sean necesariamente más complicados", dijo el profesor Tohru Ishitani, autor principal del estudio en la Universidad de Osaka. "Creo que esta investigación será un trampolín para comprender el control del envejecimiento en los seres humanos".

Imagen de un pez killi.
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Aunque en lo que a esta brecha se refiere influyen multitud de factores: los hombres mueren más en accidentes, por suicidios y por un consumo excesivo de sustancias como el tabaco y el alcohol, mientras que las mujeres se ven más afectadas por trastornos depresivos y de ansiedad y enfermedades que las perjudican desproporcionadamente.

Sin embargo, Ishitani pensó que lo primero que diferencia a hombres y mujeres al nacer es tener esperma u óvulos, por lo que tenía sentido investigar si esto podría tener o no un impacto en su esperanza de vida. 

La clave: las células germinales

Tras los experimentos, el equipo demostró que anular la producción de células germinales, que son las que más tarde se convierten en espermatozoides u óvulos, provocaba que los machos vivieran más y las hembras murieran más jóvenes de lo habitual, cerrando esencialmente la brecha en la esperanza de vida.

"Esperábamos que la eliminación de células germinales extendiera la vida útil tanto de hombres como de mujeres, pero solo extiende la vida masculina y acorta la vida femenina", dijo Ishitani. "Fue inesperado, pero nos dimos cuenta de que este descubrimiento puede arrojar luz sobre las diferencias sexuales en la esperanza de vida".

Según el estudio publicado en Science Advances, el bloqueo de la producción de espermatozoides y óvulos tuvo efectos en cadena para los peces: en las hembras, estos cambios hormonales estimularon su crecimiento a expensas del mantenimiento de los tejidos sanos, mientras que la reducción del estrógeno aumentó el riesgo de enfermedad cardiovascular; los machos generaron más vitamina D en el hígado, lo que podría explicar su mejor salud ósea, muscular y cutánea.

Aunque aun no está claro si es el esperma lo suprime la esperanza de vida de los hombres, el autor del estudio, Ishitani, está seguro de que existen evidencias que respaldan esta idea. Por ejemplo, un estudio de 2012 de 81 eunucos coreanos que encontró que vivían entre 14 y 19 años más que los hombres no castrados de un entorno socioeconómico similar. Sin embargo, los registros datan del siglo XVI al XIX y es difícil excluir otros factores.

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