La fundación Arrels ha denunciado este jueves que el Pla Endreça del Ayuntamiento de Barcelona está provocando "más dificultades" a las personas que viven en la calle, con "más sanciones y vulneraciones de derechos". Además, indican que se les está echando de los espacios en los que están normalmente. Unas críticas que el consistorio ha desmentido, asegurando que no se han cambiado los criterios ni las directrices para tratar a las personas sin hogar de la ciudad.
La comisionada de Convivència, Montserrat Surroca, ha asegurado que todos los servicios municipales tratan con la máxima sensibilidad a este colectivo y que intentan vincular a estas personas con los servicios sociales.
Las declaraciones del Ayuntamiento llegan después de que Arrels haya asegurado este jueves que el paquete de medidas municipales, que entró en vigor en julio de 2023, se está traduciendo en un endurecimiento de la aplicación de las ordenanzas que regulan el uso de la calle y que este hecho provoca un incremento de las penalizaciones que reciben las personas sin hogar.
"Amenazar con tirarles las pertenencias o hacerlo sin previo aviso, mojar a las personas que están descansando en la calle, tirar a la basura sus mantas, cartones, documentación, móvil o la medicación son algunas de las actuaciones policiales y de los servicios de limpieza que personas que viven a la intemperie y que conocemos en Arrels nos han explicado", ha dicho la fundación.
Asimismo, han explicado que la policía municipal acude mucho más que antes, casi diariamente y a la misma hora: "Esto se traduce en la rotura de las rutinas de las personas que viven en la calle, en muchos casos relacionadas con la supervivencia: tienen que hacer guardia y quedarse en el lugar donde duermen a la hora que viene la Guardia Urbana, esperar a que se haga la limpieza, esperar a que se seque el suelo y volver a colocar las cosas en su lugar".
Esto, denuncian, "puede comportar que se pierdan turnos en comedores sociales, recursos de atenciones básicas…". La fundación también ha indicado que, a veces, amenazan a las personas que acompañan con quitarle los animales de compañía que tienen o los sancionan con multas.
Ante esta situación, han detallado que las personas a las que acompañan tienen la impresión de que hay abusos y sienten impotencia, ya que "muchas de estas actuaciones se producen de manera reiterada cada día", lo que provoca que sufran síntomas como estrés y ansiedad.
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