España vive desde hace años en una situación de "estrés hídrico estructural" que las autoridades afrontan con un déficit milmillonario en infraestructuras hídricas, también en el ámbito urbano, donde se construyen menos depuradoras o se hace un menor mantenimiento de tuberías que llevan el agua a cada hogar que hace su uso no sea eficiente ni que se aproveche todo el potencial de reutilización. Esta es una de las conclusiones sobre la situación actual de las inversiones, el gasto y la gestión de la demanda de aguar urbana que hace la Asociación de Gestores Urbanos de Agua (AGUA), que consideran que sería necesaria una inversión cinco veces mayor a los 1.200 millones al año que se presupuestan para infraestructuras hídricas que, entre otras vías, podría financiarse incluyendo una partida específica en la tarifa del agua, que en España está por debajo de la media de la UE.
AGUA está formada por 50 empresas líderes que prestan servicio a 14 millones de ciudadanos en España en materia de abastecimiento de agua y este jueves ha presentado el informe Déficit de inversiones en el ciclo urbano del agua en España, elaborado por PwC, que se centra en el consumo de agua en las ciudades para constatar que España está "bastante por detrás" de otros países europeos por lo que respecta a la inversión en infraestructuras como depuradoras, alcantarillado o tuberías, que hacen llegar el agua al consumidor final. También lo está en cuanto al gasto por habitante y por lo que respecta al precio que se paga por el agua.
Estiman que las inversiones necesarias ascienden a 6.200 millones al año, que supone "multiplicar por cinco", la cifra presupuestada en estos momentos, 1.200 millones al año, que además se ha reducido con respecto a hace década y media, desde por ejemplo los 3.730 millones anuales que previó el Gobierno entre 2003 y 2010.
Solo el 3% del consumo
Según los datos del informe, la desalinización y la reutilización suponen son el origen no natural del 3% del agua que se consume, el 97% restante de fuentes naturales, aguas superficiales y subterráneas. De todo el agua que se consume, el 78% es para uso agrario y en segundo lugar, con un 17%, está el abastecimiento, en el que se centran las empresas agrupadas en torno a AGUA. Otro 4% es uso industrial. A pesar del periodo de "alto crecimiento poblacional" como el que se registran en los últimos años, el consumo de agua ha menguado desde los 320 litros por habitante y día en 2000 a 245 en 2020.
"Estamos invirtiendo mucho menos de lo que deberíamos invertir, si se compara con otros países la foto no es muy alentadora", ha apuntado Santiago Otero, coordinador del informe. Ha abundado que la mitad de los 6.200 millones al año que son necesarios debería destinarse a nuevas infraestructuras, el 40% a renovar las ya existentes, incluidas redes y tuberías, y el 10% restante, a adaptar el sistema de depuración a los nuevos y "más exigentes" requisitos de la UE.
Con todo, España cumple al 84% las normas europeas de depuración de agua, aunque a diferencia de Alemania, que cumple al 100% y en su mayoría con el "tratamiento más riguroso", en España esta categoría es del 29%, mientras que el resto son métodos menos avanzados.
La tasa de reutilización del agua en España es del 11%, una tasa que ha descendido en la última década -en 2020 se reutilizaron 533hm3 frente a 491 en el año 2000-. Aunque baja, está en línea con otros países europeos, pero no por lo que respecta a la renovación de infraestructuras de abastecimiento y alcantarillado, que en 2019 apenas era del 0,4% -la media de la UE es 0,7%- con el 44% de sus infraestructuras con más de 40 años de antigüedad.
Menos inversión y menos tarifa
En su informe, AGUA hace una comparativa tanto del tratamiento del agua de uso urbano en otros países como el gasto por habitante y el coste y señala que "el déficit de inversión se explica por el estancamiento de las tarifas en términos reales que impiden que el principio de recuperación de costes se cumpla en su totalidad". Así, mientras que Países Bajos invierten 179 euros por habitantes y 91 euros Alemania, en España la cifra es de 24 euros, a la que se llega a través de una línea descendente desde el pico de 122 euros que se llegó a invertir en 2006.
El informe asegura que "el sistema tarifario" en España tiene "dos importantes problemas", que "las tarifas son bajas y volátiles" y con ellas no se recuperan los costes y la "muy alta dispersión en el valor de las tarifas", que aplican los distintos municipios, incluso dentro de una misma comunidad autónoma.
En el primer caso, las tarifas del sector del agua en España de 2,1 euros por metro cúbico (en 2020) son un 32% inferiores a la media de la UE, donde países como Alemania gastan 5,2 euros/m3 o Países Bajos, 3,9 euros/m3. Esta tarifa en España solo cubre el abastecimiento (el 75%) y el saneamiento de agua residual (25%) pero no el de agua de lluvia como sí hacen otros países. Si bien no es la más acusada en la UE, dentro de España la "dispersión territorial" de las tarifas varía un 124%.
Asimismo, el gasto que hacen los hogares en la factura del agua es también menor, que en otros países y también en comparación con lo que gastan en otros servicios. Mientras que los hogares españoles gastan un 125% y 123% más que los europeos en telefonía o electricidad, lo hacen menos -un 71%, frente a 100%- en servicios de agua. "Este hecho indica que los servicios del agua en España son comparativamente más baratos" que la media de Europa, dice el informe, que plantea la posibilidad de elevar las tarifas y crear componentes específicos para financiar la construcción y mantenimiento de infraestructuras hídricas como uno de los elementos para poder financiarlas.
"Para garantizar la adecuada de los recursos hídricos hay oportunidades como los fondos Next Generation que no podemos dejar pasar", ha afirmado el presidente de AGUA, Hilario Albarracín, que también cree "clave" la colaboración público-privada. "Sin embargo, los fondos europeos y el Plan de Recuperación de España tienen un impacto limitado en el sector del agua", ha añadido. Es, ha dicho, "insuficiente para paliar el déficit de inversión para garantizar el servicio que el sector presta a todos los ciudadanos."
Por ello, una de las medidas que plantean las empresas que gestionan el agua en las ciudades es que se apruebe una metodología nacional para "la estimación de las tarifas urbanas" para acabar con la "arbitrariedad" actual que debe incluir los costes del servicio pero también otros conceptos como la "amortización de las inversiones" para que se recuperen los costes.
"Las tarifas han de ser actualizadas con la suficiente agilidad como para repercutir subidas del coste del servicio de exógenas a la operativa en sí misma y han de permitir e incentivar el que los operadores lleven a cabo mejoras de eficiencia en el servicio", dice el informe, que enfatiza en la idea de incluir "partidas específicas en las tarifas de agua para financiar la reposición de los activos existentes", con la "creación de cuotas finalistas dentro de las tarifas que sirvan para financiar determinadas actividades del ciclo del agua".
Las empresas gestoras plantan también crear un "Fondo Nacional del Agua" que financie inversiones hídricas necesarias en los municipios que tengan más difícil otras vías de financiación, así como que el Gobierno "asegure la continuidad de los fondos europeos tras la finalización de los PERTE", algo previsto en 2026 por lo que también aboga el Ejecutivo pero que está difícil de conseguir en Bruselas.
Otras de las peticiones que también podrían tener una incidencia sobre la tarifa del agua es la "creación de herramientas de gestión digital y bases de datos con información operativa y técnica" para "asegurar una gestión eficiente". "La digitalización abre nuevas oportunidades para desarrollar modelos de tarifas más avanzados y personalizados, que reflejen de manera más precisa el uso real del agua. Las empresas de agua pueden llegar a diseñar tarifas más transparentes, así como programas de incentivos para promover comportamientos responsables por parte de los usuarios", dice el documento.
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