La cuenta atrás ha terminado. El verano ya está aquí, y aunque algunos tienen la suerte de exprimirlo al máximo en la piscina o en la playa, son muchos quienes tienen que hacer frente a las altas temperaturas típicas de esta época del año en pisos pequeños en la ciudad. Por eso muchos se preguntan si es posible instalar piscinas en sus terrazas o áticos para refrescarse. Te contamos lo que dice la normativas.

¿Qué dice la ley?

En lo que a la instalación de piscinas en balcones o terrazas, todo queda en manos de los estatutos. Así lo dice la Ley de Propiedad Horizontal en el Artículo 7.2:

"Al propietario y al ocupante del piso o local no les está permitido desarrollar en él o en el resto del inmueble actividades prohibidas en los estatutos, que resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas". Por lo que, antes de nada, será imprescindible revisar las normas comunitarias.

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Además, si la piscina se va a ubicar en una terraza comunitaria, será necesario contar con el permiso de la comunidad de vecinos mediante una votación. 

Asimismo, en su Artículo 9.1, la Ley de Propiedad Horizontal indica que entre las obligaciones del propietario se encuentra "Respetar las instalaciones generales de la comunidad y demás elementos comunes, ya sean de uso general o privativo de cualquiera de los propietarios, estén o no incluidos en su piso o local, haciendo un uso adecuado de los mismos y evitando en todo momento que se causen daños o desperfectos".

¿Es peligroso instalar una piscina en la terraza?

Desde el Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos y Aparejadores de Zaragoza recuerdan que todos los veranos se produce algún derrumbe de forjado por el excesivo peso al sobrecargar la estructura con la instalación de una piscina portátil.

Por ello, aconsejan consultar con un aparejador o un arquitecto para que emitan un certificado que acredite que la estructura soporta, efectivamente, el peso extra que se está pensando instalar. No obstante, está prohibido expresamente instalar un dispositivo de este tipo porque se está sometiendo a la estructura a una sobrecarga cuando el máximo previsto es de 200 kilos por metro cuadrado, dando igual que se sitúe en un lugar privado o en una zona común.