Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

Los relojes y el tiempo

Cumbre del G7 en Italia.
Cumbre del G7 en Italia.
AGENCIAS
Cumbre del G7 en Italia.

El año 2007 me encontraba en Afganistán cumpliendo una misión dentro de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). Allí escuché por primera vez una afirmación que a lo largo del tiempo ha cobrado para mí un sentido cada vez mayor. En una conversación con los ancianos de un villorrio para alcanzar un acuerdo y mejorar las condiciones de sus habitantes, las exigencias que planteaban eran desorbitadas. Se me ocurrió decirles que el tiempo me daría la razón si accedían a permitir que realizásemos una conducción de agua desde un manantial alejado unos 15 km del núcleo habitado. La respuesta de los ancianos fue: "Ustedes tienen los relojes, pero nosotros tenemos el tiempo". Me decían claramente que los prescindibles -por caducidad- éramos nosotros, y las condiciones permanentes, las suyas.

Esta pasada semana ha estado plagada de acontecimientos 'globales'. Primero, la reunión del G7 en Italia que nos ha deparado una serie de imágenes de impacto y altamente explicativas de un momento de complejidad extrema. Parte de la prensa titulaba "Una ganadora", refiriéndose a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, "rodeada de seis perdedores". Frase dura pero muy descriptiva del momento que se está viviendo en los países presentes en la reunión; unos por el análisis de los resultados en las recientes elecciones al Parlamento Europeo, otros, preocupados por un horizonte muy brumoso de cara a las próximas elecciones nacionales (Reino Unido y Estados Unidos). 

Ni unos ni otros han estado a la altura de lo que supone ser miembros del selecto club que representa al 9,3% de la población mundial y al 43% de su PIB. En todo caso, se ha llegado a acuerdos de calado como el de proporcionar un préstamo de 50.000 millones de dólares a Ucrania que será financiado con los intereses de los activos congelados de la federación rusa en el sistema bancario occidental. También se ha acordado el apoyo incondicional hasta que Kiev prevalezca y recupere su integridad territorial.

Otra serie de importantes hitos tienen que ver con la actividad diplomática del presidente Zelenski que ha conseguido firmar acuerdos bilaterales con Estados Unidos -a diez años- y con Japón. Una salvedad: dichos acuerdos nunca contemplan la cláusula de asistencia mutua en el sentido de implicación directa caso de agresión, se refieren a ayuda, consultas técnicas, apoyo, etc. Indudablemente, significan un balón de oxígeno para la maltrecha Ucrania, que lucha por sobrevivir en el frente y mantener una estructura de estado en un momento muy complicado en el que economía, población e infraestructura se encuentran en situación crítica.

Por último, la conferencia global de paz que se ha desarrollado en la localidad de Bürgenstock, Suiza, ha reunido a 101 países. En la declaración final de la cumbre se ha afirmado que cualquier solución tiene que respetar la integridad territorial de Ucrania y garantizar que la energía nuclear no se puede utilizar como arma de guerra, en directa referencia a la central nuclear de Zaporiyia, actualmente en manos rusas, una posición conjunta sobre seguridad alimentaria respecto a la libre navegación por el mar Negro, y la devolución de prisioneros de guerra y niños deportados de Ucrania. 

No obstante, algunos países muy destacados del denominado Sur Global, como India, Sudáfrica, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, México y Brasil (presente en calidad de observador), no han firmado la declaración final, poniendo de manifiesto la dificultad de Ucrania para extender su relato a países reticentes a lo que consideran intereses y dictados de 'Occidente', poniendo de manifiesto, además, la incongruencia que supone la ausencia de la otra parte implicada en el conflicto, Rusia, que no ha sido invitada. 

A ello hay que añadir al "elefante en la habitación", la ausencia de la República Popular China que, a nadie se le oculta, tiene una enorme capacidad para influir en la Federación Rusa. Pese a todo lo anterior, el presidente Zelenski considera un éxito el resultado de la cumbre por el compromiso obtenido por parte de un gran número de países y por el mensaje de unidad que se ha transmitido.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la presidenta federal suiza, Viola Amherd, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, el presidente de Chile, Gabriel Boric, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en la Cumbre de Paz para Ucrania celebrada en Suiza.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la presidenta federal suiza, Viola Amherd, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, el presidente de Chile, Gabriel Boric, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, en la Cumbre de Paz para Ucrania celebrada en Suiza.
AP

En una clara maniobra de comunicación estratégica, el presidente Putin enunció el día 14, un día antes de iniciarse la cumbre, las condiciones para la paz que, de cumplirse, la Federación Rusa estaba dispuesta a negociar. En síntesis, la retirada de las tropas de Ucrania de los oblast de Jerson, Zaporiyia, Donest y Lugansk, la "desnazificación", y desmilitarización del régimen de Kiev, además de la neutralidad de Ucrania, que no podría ser miembro de la OTAN. En síntesis, lo mismo de lo que se hablaba el 24 de febrero de 2022. Nihil novum sub sole.

Del mundo de la política al del frente de batalla, las acciones terrestres se suceden sin tregua a lo largo de todo el frente, con violencia sostenida en la zona de Adiivka y Bajmut, avances marginales, ataques y contraataques que representan mínimas ganancias y un coste extremo en vidas. Desde que comenzó el año 2024 únicamente 800 km cuadrados han cambiado de manos de forma alternativa. Es un conflicto de desgaste humano, material y moral en el que quien consiga resistir, vencerá.

¿Quién tiene el reloj y quién dispone de tiempo? A eso se remite este conflicto que nos va llevando, sin aparentemente darnos cuenta, a un enconamiento de posturas y a nuevo enfrentamiento de bloques de resultado incierto, pero probablemente indeseado.

Llegamos a construir con la Agencia Española de Cooperación Internacional y Ayuda al Desarrollo (AECID) esa conducción de agua en Afganistán que mejoró la calidad de vida de la población de forma notable. Sorpresivamente, la conducción dejaba de funcionar frecuentemente por "obstrucción" en el cono de captación. Investigamos el hecho y el resultado fue que eran las propias afganas quienes cegaban la toma con piedras. Nos pareció un contrasentido, y al preguntar el motivo nos dijeron que la aguada, por dura y penosa que fuera, era el único momento del día en el que podían hablar entre ellas a salvo del control de los varones. Una lección más: no todo lo que a primera vista parece salvífico lo es. "El mayor bien para el mayor número y el menor perjuicio para el menor número" y mirando siempre alrededor para no obviar a nadie.

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