Para muchos son los días más difíciles de la semana. Vuelta a la rutina, se acaba el descanso, acabas comiendo sobras del domingo o tienes que aguantar a un compañero que ha llegado con las pilas cargadas y quiere hacértelo saber.

Son terribles, ya que hay un pequeño duelo para el que, desde la tarde anterior, ya te estás preparando. Te gustaría seguir en casa, disfrutando de tus hobbies, y, al final, la realidad es que toca volver al mismo lugar donde las siguientes ocho horas se harán eternas. A la mayoría de los mortales les pasa eso; sin embargo, hay algunos afortunados a los que no. Les gustan sus lunes.

Hace unos días escuchaba una entrevista radiofónica donde al cantante del grupo Revolver, Carlos Goñi, le preguntaban por ese consejo que les había dado a sus hijos para que su vida fuese mejor. No dudó, y comentó que él simplemente les dijo: "Procurad que os gusten vuestros lunes". Y ese mensaje se me quedó grabado en la memoria. Cuánta verdad atrapa. Da igual lo que alguien quiera estudiar, formarse o destacar, si cuando suena el despertador un lunes está fastidiado por tener que volver a la rutina.

Dicen que somos pocos los que tenemos la fortuna de trabajar en algo que nos gusta. Pero también es cierto que, con ese pequeño consejo, muchas personas quizá se habrían replanteado su formación o elección laboral en el momento en que pudieron.

Los lunes son días eternos, aún queda un mundo para llegar al siguiente descanso. Todos los domingos acaban pareciéndose en menor medida a esa angustia que de niño se sufría cuando el verano se acababa y llegaba el último día de vacaciones de septiembre antes de volver a clase. La merienda ya no sabía igual, el partido de fútbol con los amigos era con un tinte depresivo, los padres se dedicaban a forrar libros y a preparar estuches de lápices, bolígrafos, gomas y sacapuntas en mochilas que iban cargadas hasta las trancas.

Era un día muy duro de afrontar y el problema está en que mucha gente padece esa sensación de la niñez cuando son adultos y toca poner punto y final al domingo para volver a ganarse el pan. Si te gustan tus lunes, ya tienes mucho terreno ganado en la vida.