UGT cree que reducir jornada no será difícil en la hostelería: "Los turistas van a venir aunque los camareros no trabajen 50 horas"

Reducir la jornada laboral manteniendo el salario aumentará la productividad y será beneficioso para todos los sectores de la economía, incluida la hostelería o el comercio. Así lo ha manifestado Pepe Álvarez, secretario general de UGT, en un desayuno informativo celebrado este martes en el que ha manifestado que reducir tiempo de trabajo "es absolutamente imprescindible". Interrogado sobre los efectos que podría tener el recorte en las horas máximas que se puede trabajar legalmente en estas actividades, Álvarez ha señalado que "no va a generar ninguna dificultad". 

"Los turistas van a continuar viniendo a nuestro país, aunque los camareros dejen de trabajar a las 50 horas de media, que es lo que se trabaja en nuestro país en hostelería. Ocurrirá exactamente lo mismo en comercio, creo que no vamos a ir a comprar a Francia o a Portugal desde Madrid", ha manifestado el líder ugestista. 

No obstante, desde el sector empresarial no comparten este punto de vista. Un informe reciente de la patronal turística Exceltur estima que reducir la jornada de las 40 horas actuales a 37,5 horas en 2025, como pretende el Gobierno, podría costarle al sector turístico 2.348 millones de euros. Ese es el coste en el que cifran el efecto que supondría compensar la reducción de jornada de 1,2 millones de trabajadores vinculados al turismo. Fundamentalmente, cocineros, auxiliares de cocina y camareros.

Álvarez ha defendido también que trabajar menos horas se traducirá en una mayor productividad igual que ha ocurrido con las subidas del salario mínimo interprofesional. "El recorte de horas de trabajo traerá consigo una actualización del sistema productivo, ganando elementos importantes de productividad. Lejos de ser un factor que vaya en contra de la productividad, la va a mejorar", ha señalado. 

Una afirmación que cuestionan varios economistas, quienes defienden que las reducciones de jornada suelen ser una consecuencia de aumentos en la productividad y no al revés. Es decir, que los países que trabajan menos horas lo hacen porque son más productivos y no porque hayan reducido su jornada para mejorar su eficiencia.

Hacia un acuerdo con la patronal

La negociación para cerrar un texto legal que desarrolle la reducción de jornada ha tomado velocidad de crucero, ha recordado este martes la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. El departamento que dirige Díaz ha metido presión a sindicatos y empresarios para cerrar un acuerdo antes de verano y les remitirá una propuesta en breve.

A partir de ahora se celebrarán reuniones cada semana y se ha dado carpetazo sin acuerdo a la mesa técnica en la que sindicatos y empresarios negociaban paralelamente sin Trabajo. Algo que hace pensar que un pacto a tres bandas resultará difícil, dado que sindicatos y patronal no han sido capaces de ponerse de acuerdo por su cuenta.

Pese a ello, Pepe Álvarez ha trasladado que UGT hará "todo lo posible" por sumar a los empresarios a un acuerdo para que este sea duradero y cuente con un amplio apoyo en el Parlamento, algo difícil con el delicado equilibrio actual. Eso sí, como punto previo a un pacto a tres, Álvarez ha pedido a las patronales CEOE y Cepyme que aceptan la reducción de jornada, para poder entrar a negociar después con qué condiciones.

El papel de las horas extra

Uno de los puntos de fricción en este apartado es el papel que podrían jugar las horas extraordinarias para compensar la reducción de jornada. Actualmente, están limitadas a un máximo de 80 por año y los empresarios verían con buenos ojos que el recorte en la jornada máxima viniera acompañado de una mayor flexibilidad en el uso de las horas extra. 

Álvarez reconoce que esta cuestión está "encima de la mesa" aunque ni los sindicatos ni el Ministerio de Trabajo se han mostrado demasiado favorables a ello. "No vemos con buenos ojos el intercambio de reducción de trabajo ordinario por jornadas extraordinarias voluntarias por los trabajadores", expresó ayer el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. "Se trata de acotarlas [las horas extra], que haya un registro de jornada que le ponga freno. Ampliar esos márgenes no lleva a ninguna solución", defendió Mari Cruz Vicente, negociadora de CCOO.

En este apartado es importante recordar que UGT denunció a España ante el Consejo de Europa en enero de este año para tratar de obligar a que las horas extraordinarias se paguen al menos un 25% más que las ordinarias. La reclamación está siendo estudiada y el Gobierno deberá responder antes del 17 de julio si esta propuesta es viable.