Las víctimas de abusos y exadictos al porno relatan su historia para educar en sexualidad: "Me di cuenta de que no tenía el control"

Víctimas de abusos sexuales y exadictos al porno.
Víctimas de abusos sexuales y exadictos al porno.
JOSÉ GONZÁLEZ
Víctimas de abusos sexuales y exadictos al porno.

Daniel Ribeiro tuvo su primer contacto con el mundo de la pornografía cuando tan solo era un niño. Fue en una época en la que, como relata, no había internet todavía, pero sí existían un gran número de materiales gráficos como el que poseía uno de sus amigos, una cinta VHS que los dos se pusieron a ver en el salón. Era una escena de sexo explícito, de "porno duro" que le hizo ir corriendo a esconderse en un primer momento. Sin embargo, ese miedo inicial pasó a convertirse en una amplia curiosidad ante todos los carteles e imágenes de mujeres sexualizadas que recibía en revistas y medios de comunicación. Y de la curiosidad, dio paso "al placer", algo que llegó a través de la llegada de un ordenador a su casa. Este era, en sus palabras, "el escaparate donde todo lo podía encontrar". 

Desde ese momento, como asegura Daniel, el sexo pasó a convertirse en algo que ocupaba un espacio muy grande en su cabeza. "Los pensamientos venían durante el día, por un cartel, porque una chica que veía me gustaba, por una escena de una serie... luego llegaba y estaba hasta altas horas de la madrugada viendo pornografía". Un proceso de adicción que, asegura, era difícil de parar y que llegaba a durar incluso días: "Me di cuenta de que no tenía el control". Tras ponerse en manos de profesionales y reconocer su adicción ante su mujer, a sus 37 años celebra llevar siete sin consumir ningún tipo de material pornográfico: "Las dinámicas siguen pasando, pero la diferencia es que ahora las herramientas que tengo a nivel social son más eficaces".

Su testimonio como exadicto al porno ha sido uno de los que se han expuesto en la presentación del proyecto Hablemos de Sexualidad que el Colegio de la Psicología de Madrid ha presentado este martes, un plan desarrollado a través de jornadas, debates, conferencias y mesas redondas dedicado a prevenir problemáticas y a acabar con los estigmas que rodean a la sexualidad humana. 

"La sexualidad es como un compañero de viaje, nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos", ha expuesto Alejandro Villena, psicólogo, sexólogo y coordinador de todo el proyecto: "Es una fuente de placer, de disfrute, pero también genera vínculos afectivos y emocionales. Es nuestro copiloto que nos acompaña y pasa por diferentes momentos. No es lo mismo en la infancia que en la adolescencia o en la tercera edad. Y no estamos cuidando bien a este copiloto a pesar de ser una de las sociedades con mayor libertad sexual de la historia". 

Los datos, como revela el propio Villena, son preocupantes: las agresiones sexuales han aumentado un 55% en los últimos años; también lo han hecho las infecciones de transmisión sexual, especialmente entre los adolescentes de 14 a 18 años. Asimismo, el 50% de los jóvenes asegura no haber recibido ninguna educación sexual y, pese a ello, los estudios certifican que el primer contacto con el mundo pornográfico se sitúa entre los 9 y los 11 años. 

Daniel Ribeiro, exadicto a la pornografía.

Es, precisamente, en torno a estas tres problemáticas (pornografía, abuso sexual y la educación afectivo sexual en los menores) en las que se ha basado todo este proyecto. "En mi caso, nadie hablaba del consumo de la pornografía, era algo muy normal, de hombres. Había otros amigos igual que yo. Cada vez empecé a tener más ganas de alejarme de eso, cada vez me daba más rabia, más asco... y empezaron a surgir más recursos para conocer qué es lo que ocurre. No tenía ni idea que podía pedir ayuda a un profesional", cuenta Daniel, quien agradece la labor de los expertos y, tras su experiencia, participa activamente en colegios para que su historia llegue hasta los más jóvenes. 

El abuso infantil, "un tema tabú"

Otra de las grandes problemáticas a tratar en torno a la sexualidad se trata del abuso. Como expone Villena, se estima que entre el 10 y el 20% de la población española ha sufrido algún tipo de abuso sexual durante la infancia. Ocho de cada diez de estos casos provienen, además, del ámbito familiar y uno de cada diez es el propio padre de la víctima. "Es muy duro porque las personas que te tienen que proteger son quienes te agreden y humillan", asevera el experto. 

Una de tantos que han sufrido este tipo de violencia es Candela Gómez. "Soy superviviente de abuso sexual en la infancia", ha comenzado explicando: "Es un tema tabú que, cuando no se habla, parece que no existe, pero las cifras son alarmantes. Mi pesadilla comienza a los 9 años, era ingenua, feliz y obediente, hasta que un familiar cercano empezó a través de un tocamiento, una cosa que acabó derivando en lo peor"

Candela Gómez, víctima de abuso infantil.

Como ha relatado Candela, su situación llevó a que de pequeña hiciera como que no ocurriera nada, aunque acabó canalizándolo a través de la rebeldía, un bajo rendimiento académico o llamadas de atención constantes. Los abusos que sufrió, además, duraron durante más de diez años, hasta los 19: "Era incapaz de verbalizarlo hasta que tuve la fuerza de decirle a esa persona 'se acabó'. Sin embargo, mi agresor se había encargado de colocarme una mochila en la espalda con emociones como culpa, vergüenza, miedo y hacerme creer que todo lo que estaba viviendo lo había provocado yo". 

En su caso, Candela no llegó a contárselo a su familia hasta que tuvo a primer hijo con 26 años. Su mente, asegura, había bloqueado todos los recuerdos de abuso sexual infantil: "Cuando lo conté nadie se esperaba nada porque yo había tenido una relación aparentemente normal con esa persona". Tras ello, afirma que empezó un "proceso de sanación" que la ha llevado, con 31 años, a ser abogada penalista especializada, precisamente, en delitos sexuales. "Ahora acompaño emocionalmente a las víctimas". 

"Tenemos que hacer entender a los niños que su cuerpo es suyo, que no pertenece a otros. En cuanto alguien te toque hay que decírselo a mamá o a papá. Tenemos que decirles a los niños que las partes se llaman por su nombre: pene, pecho, vulva... nada de diminutivos. Tenemos que hacerles saber a los niños que hay secretos buenos y secretos malos que no se deben guardar, porque los agresores juegan con ello. No hay que obligar a dar besos porque eso no es educación, sino que el niño pierda la autonomía sobre sí mismo. Tenemos que enseñarles a los niños a que digan 'no, no quiero' y que no pasa nada por ello", ha expuesto Candela. 

Lo mismo ha señalado Villena, quién ha reincidido en que la marca que deja el abuso es el aumento de intentos de suicidio, muchísima tristeza e incluso volver a ser víctima de ello porque lo único conocido es esa violencia. "Genera estrés, ansiedad y creencias negativas como la culpa, el 'no valgo' o 'me lo merezco'. Al final tu primer contacto con algo que debería ser bueno se convierte en algo dañino". 

La importancia de la educación sexual

Ante este escenario, los expertos reinciden en la importancia de trabajar la educación afectivo-sexual desde niños. "Durante años nos hemos centrado en meter miedo con que va a pasar algo como un embarazo. Hablar de sexualidad no es pervertir, es darles herramientas para que se enfrenten a un mundo tan importante como cualquier otro", ha explicado Villena, quien reitera que una de las claves es tratar el tema desde un enfoque positivo, sin ningún tipo de vergüenza, enseñar a pedir ayuda y llamar a las cosas por su nombre. 

Lluna Porta es, además de una profesora que trata la sexualidad con sus alumnos, una de esas madres que también lo ha abordado en casa con su familia. De hecho, gracias a la comunicación abierta con su hijo, este dejó incluso de consumir pornografía a los 17 años en un momento en el que todos sus compañeros de clase visualizaban ese tipo de contenido a diario, una decisión por la que le han calificado de 'exadicto'. 

Su hijo dejó de consumir pornografía a los 17 años

"Esta generación tenemos el reto de educar a nuestros hijos cuando nosotros no hemos recibido educación sexual. Nosotros no tenemos un referente y, cuando empecé a leer y a mirar cosas, vi que esto no pintaba bien. Empecé a hablar de consentimiento porque es la base, que se ducharan ellos solos, que solo ellos se tocaran sus partes. Hay que hablar con los niños para saber las cosas, porque todo empieza en la familia hablando con ellos, sabiendo a qué juegan, con quien están...", explica Lluna. 

Estas preguntas, de hecho, fueron las que le llevaron también a descubrir que otro niño jugaba a "tirarle del pene" a su hijo. Cuando Lluna lo puso en conocimiento de la otra familia, así como del tutor y del responsable del centro, recuerda que la respuesta que recibió fue que eso eran "cosas de niños". Indignada todavía ante ello, recalca la importancia de hablar de consentimiento desde la primera infancia: "Las familias somos clave". 

En el mismo sentido se ha expresado Villena, quien ha afirmado que existe una "asignatura pendiente" que es hablar de emociones, de los riegos, de prevenir la violencia o de aprender a decir que no. "Hay que hablar del respeto, comprender, cuidar, que haya una ética de la sexualidad", ha defendido a la vez que ha sostenido que hablar de afectividad es hacerlo también de sexualidad: "Hay que ofrecer una sexualidad positiva. Es nuestro copiloto al que hay que cuidar". 

Redactor '20minutos'

Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos en 2023, momento desde el que escribo en 20minutos, en la sección de Última hora. Con un ojo puesto siempre en la educación, a su vez me formo en el Grado de Educación Infantil en la UNED.

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