Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Política de molusco gasterópodo

Políticos en su asiento durante la sesión de control.
Políticos en su asiento durante la sesión de control.
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Políticos en su asiento durante la sesión de control.

Cada vez estoy más convencido de que los niveles territoriales en la política se parecen a los anillos del tronco de un árbol. Cuanto más cerca están del centro, más trabajan por los problemas reales y, cuanto más se alejan, más se preocupan por la apariencia, la supervivencia y la protección. En la política municipal, por ejemplo, se trabaja en asuntos concretos: obras, alcantarillado, servicios o reformas. Eso es algo que el ciudadano ve y puede apreciar o criticar, pero no hay duda de que tiene un efecto real y apreciable.

En la política autonómica cada vez se teoriza más y se asume la contaminación partidista y sectaria que viene de lo nacional, pero se sigue influyendo en servicios y mejoras, hay, a veces, ejemplos de colaboración entre diferentes partidos e iniciativas que ayudan a que la comunidad autónoma en cuestión avance y sus ciudadanos lo noten. Queda, afortunadamente, bastante política a pie de obra en lo autonómico.

Me pregunto, sin embargo, cuándo se trabaja en las necesidades de los ciudadanos en la política nacional. Lo que veo me lleva a la desesperanza. No sé cuánto tiempo hace que no vemos un debate constructivo en el Congreso de los Diputados. Las sesiones de control son ataques previsibles y defensas sin respuesta en lo esencial, con acusaciones infantiles, altas dosis de ironía y una sucesión de ocurrencias de patio de colegio que no aportan nada.

No sé cuánto tiempo hace que no vemos un debate constructivo en el Congreso de los Diputados.

Esta política de molusco gasterópodo hace ya tiempo que ha olvidado el sentido original de su trabajo. Deslumbrados por la perla que creen proteger en su concha, algunos dirigentes se pegan como lapas al sillón y soportan el oleaje como pueden con la idea de quedarse para siempre donde están. No tienen palabra, tienen cinismo. No hablan de servicio al ciudadano, no se quieren desgastar, no aportan, solo mueven las fichas imprescindibles para seguir aferrados a su silla.

¿Y el nivel europeo? Después de las elecciones todo se disuelve en una burocracia inabarcable como la de la Guerra de las Galaxias. Tragamos con lo que diga la mayoría y seguimos un camino uniforme. No hay delegaciones útiles, ni siquiera un eco de lo europeo en los países miembros, en las capitales o en las grandes ciudades. No existe tampoco un seguimiento interesante de lo que allí sucede. Desde la pandemia, muchos ciudadanos decidieron hacerse bola como un armadillo y pasar de todo. Cada vez son más. Es el mejor modo de que los mediocres dominen, mangoneen y hagan lo que les dé la gana. 

Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

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