Madrid inicia los pasos para declarar BIC la Quinta de los Molinos y la Feria del Libro
- La Comunidad inicia ocho expedientes para declarar Bien de Interés Cultural otras obras y espacios de la región.
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La Comunidad de Madrid ha iniciado ocho expedientes para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) varias obras y ubicaciones de la región. Entre ellas destacan la Feria del Libro y el Parque la Quinta de los Molinos. Este miércoles el Gobierno regional ha publicado en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) los expedientes administrativos necesarios para conceder esta categoría y protección especial. El trámite ha abierto el periodo de consulta pública, que durará un mes, para después otorgar esta categoría singular.
La cita literaria anual más importante de la región, la Feria del Libro, comenzó hace 91 años, cuando un puñado de libreros de Madrid decidió montar puestos improvisados en la calle. En estos mercadillos colocaban sus libros para que los viandantes que paseaban pudieran ojear los ejemplares y comprar alguno. La novedad que introdujeron fue los descuentos añadidos. Según cuentan las crónicas, este fue el germen de la Feria
"Es un encuentro de los autores con sus lectores, hecho que se ha mantenido a lo largo de toda su historia desde su primera celebración hasta nuestros días, lo que incrementa su valor y justifica plenamente su protección como Bien de Interés Cultural inmaterial", expuso el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, Mariano de Paco, al anunciar en mayo su intención de declarar la festividad BIC. De Paco justifica esta decisión en su larga tradición de este "evento cultural de carácter popular", que tiene por objetivo "promover el libro y la lectura".
Por su parte, la vegetación y los elementos patrimoniales situados en el parque Quinta de los Molinos, en el distrito de San Blas-Canilleja en la capital, serán incluidos en la categoría de Conjunto Histórico. El nombre del recinto recibe su nombre de los singulares molinos de viento traídos de Estados Unidos en los años 20 del siglo XX para extraer agua de los pozos. Las quintas de recreo tomaron su modelo de las villas romana, evolucionando y adaptándose a las necesidades de la burguesía, evolucionando y adquiriendo su propio estilo arquitectónico. Estos espacios ubicaban a medio camino entre el campo y la ciudad. Desde el siglo XVII las quintas de recreo se popularizaron en Madrid y fueron perdiendo su carácter agrícola para adoptar un espacio dedicado a la experimentación artística o científica.
El Palacete de Cort en la quinta fue encargado por César Cort (arquitecto y concejal del Ayuntamiento de Madrid en 1931) quien fue ampliando los terrenos y reformando la vivienda. El edificio original, de ladrillo visto, parece una reinterpretación racionalista de la arquitectura de la cercana finca de Torre Arias. Las obras de después de la guerra transformaron el aspecto del palacete, acercándolo a ejemplos internacionales y convirtiéndolo en uno de los pocos ejemplos de arquitectura secesionista tardía de la capital.
A lo largo de estos años de reformar, el resto de construcciones y antiguas casas de labranza fueron remodelados hasta unirse y conformar lo que hoy se conoce como la Casa del Reloj, que Cort frecuentó durante sus últimos años de vida. Los terrenos de la quinta se extendieron añadiendo un total de doce fincas, hasta completar las 29 hectáreas. Sin embargo, desde 1954 se perdió de manera progresiva varias hectáreas.
Junto a la Feria del Libro de Madrid y la Quinta de los Molinos, la Comunidad de Madrid también declarará BIC el hilado tradicional del esparto como Patrimonio Inmaterial; la pintura 'Sansón y el león', obra de Pedro Pablo Rubens; la iglesia parroquial de La Asunción de Nuestra Señora en Valdemorillo, en la categoría de Monumento, y la villa romana de 'La Torrecilla', en Perales del Río (Getafe), en la categoría de Zona Arqueológica.