El Gobierno juega con una nueva baza para intentar mantener los apoyos parlamentarios de Junts en el Congreso de los Diputados en medio de una complicada negociación con los republicanos para una financiación singular en Cataluña a cambio de su apoyo a la investidura de Salvador Illa. La decisión de la Comisión Europea de dejar fuera a España de la lista de países que se exponen a medidas correctoras para equilibrar las cuentas ha dado alas al Gobierno para intentar cautivar a Junts con unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025 mucho más "expansivos" y que posibiliten más transferencias a Cataluña, en un momento en el que los posconvergentes piden tomar parte de las negociaciones sobre la financiación singular catalana, que a su juicio se deberían de desvincular de las que se están produciendo en el Parlament catalán.

Los socialistas trabajan de forma "bilateral" con ERC para dotar a Cataluña de una financiación singular, lo que ha levantado asperezas en varios de sus socios, así como entre sus barones autonómicos y también ha contado con la oposición del PP. Pese a todo, Moncloa es optimista con poder alcanzar un acuerdo con ERC para la investidura de Illa, aunque advierte a los republicanos de que su compromiso depende del alcance de sus peticiones, ya que en el caso de necesitar la modificación de la Ley Orgánica de Financiación Autonómica (LOFCA) necesitaría del aval del Congreso de los Diputados, lo que no depende exclusivamente del PSOE.

Mientras tanto, Junts pide su cuota de protagonismo en esta negociación, que quiere desvincular del acuerdo entre el PSC y ERC para la investidura de Illa. El secretario general de los posconvergentes, Jordi Turull, fue muy claro al asegurar que la misma debería estar vinculada con la continuidad de Pedro Sánchez al frente del Gobierno y también con la aprobación de los PGE, para lo que el Ejecutivo necesita el apoyo de Junts. La respuesta de Moncloa vino de la mano del propio presidente, que en el pleno de este miércoles y respondiendo a la portavoz Miriam Nogueras desligó la financiación "singular" del "pueblo catalán" de la investidura de Illa, alegando que este era un compromiso tanto con ERC como con Junts para conseguir su apoyo para poder seguir en la Moncloa hace unos meses.

También aprovechó para anunciar la decisión de Europa de sacar a España del brazo sancionador del déficit excesivo. "Estamos expandiendo la economía, haciendo crecer al país, creando empleo y consolidando las cuentas públicas", apuntó Sánchez durante la sesión de control y después de que Nogueras pidiese que el Ejecutivo pagase a Cataluña lo que le "corresponde". En este sentido, Moncloa asegura que presentará unos presupuestos que permitan incrementar las transferencias a las comunidades autónomas. "Habrá más para repartir", subrayan.

El Gobierno se saca este 'as' de los presupuestos mientras Junts exige desde hace días un 'cupo catalán' como el de Navarra y el País Vasco precisamente a cambio de apoyar las cuentas para 2025. Con todo, Moncloa insiste en que presentará las cuentas aunque no tenga garantizados los apoyos, haciendo hincapié en la expansión de las mismas, lo que espera que seduzca a los posconvergentes y a ERC.

Sumar también pone la vista en los presupuestos

Sumar, por su parte, también ha comenzado a posicionarse de cara a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, con la que pretende coger algo de oxígeno tras la serie de batacazos electorales que ha dejado a la coalición en una situación crítica. En Sumar se admite desde hace meses que, dada la falta de estructuras de la que adolece, la formación es mucho más dependiente de las medidas que consiga arrancar dentro del Gobierno. Y de ahí que las futuras cuentas sean, para los de Yolanda Díaz, capitales en un momento en el que luchan por su supervivencia.

El pasado lunes, el portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ya dejó claro que la "prioridad" de su partido en los próximos meses será conseguir "el máximo impulso a la legislatura con el desarrollo de una agenda social", un empujón con el que Sumar espera comenzar a darle la vuelta a sus pésimos resultados de las elecciones europeas. Los Presupuestos son la mejor vía para comenzar a aplicar esas medidas sociales, y también el mejor escaparate para un Sumar necesitado de banderas que le permitan diferenciarse del PSOE y recuperar una parte de su electorado perdido.

Por ello, la formación que lidera Yolanda Díaz ya ha anunciado que, en esa negociación con los socialistas para elaborar un proyecto de cuentas, peleará por convertir en permanentes los actuales impuestos temporales a los beneficios de la banca y las empresas energéticas, que en su actual formulación se retirarán el año que viene. Y, además, Sumar presionará para extender la prestación por crianza, lo cual implica ampliar la ayuda de 100 euros al mes que perciben ahora las madres con menores entre 0 y 3 años para que se perciba de manera universal —incluso con la reforma de la pasada legislatura, que ensanchó el número de perceptores, algunas familias se quedaron fuera— y para que abarque cada vez a más familias aumentando el número de años que puede cobrarse.

Una buena muestra de la estrategia de Sumar de priorizar la negociación de los Presupuestos tuvo lugar el pasado martes, cuando el portavoz de la coalición en el Congreso, Íñigo Errejón, preguntado por las diferencias dentro de Sumar en relación a una posible reforma del sistema de financiación autonómica, calificaba este debate como "señuelo" y afirmaba que la discusión real debe darse en torno a las cuentas de 2025. "Ahí se va a decidir cuánto dinero va en inversiones para cada territorio y cómo mantenemos el nivel de ingresos del Estado" para la "protección de quienes más lo necesitan", señaló Errejón, que insistió en que, "frente a quien dice que hay que volver a perdonar impuestos a energéticas y bancos, nosotros decimos que esos impuestos a los beneficios extraordinarios hay que hacerlos permanentes".