Entrevista

Giuseppe Aloisio (ANICE): "Tiene que haber una negociación política y diplomática tras la investigación de China a la carne de cerdo"

El director general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), Giuseppe Aloisio, en la feria de alimentación SIAL de Shanghái (China).
El director general de ANICE, Giuseppe Aloisio, en la feria alimentaria SIAL, en Shanghái.
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El director general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), Giuseppe Aloisio, en la feria de alimentación SIAL de Shanghái (China).

El sector cárnico español mira con "incertidumbre" y "tranquilidad" a partes iguales la investigación abierta por China a las importaciones de cerdo europeas como represalia ante los aranceles impuestos por Bruselas a sus coches eléctricos. Así lo manifiesta el director general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), Giuseppe Aloisio, que lamenta que el sector se haya convertido en una "víctima colateral" del choque entre las dos grandes potencias. El responsable de la patronal cárnica confía en el "trabajo bien hecho" por parte de la industria española, que es el primer exportador europeo de cerdo a China y, por tanto, sería el principal perjudicado en caso de que el gigante asiático endureciera su política comercial.

¿Cómo afronta el sector cárnico la apertura de la investigación por parte de China? ¿Les ha sorprendido?La primera impresión ha sido de sorpresa. No nos lo esperábamos, máxime después de que hace poco más de 20 días el sector cárnico español estuviera presente en la feria SIAL de Shanghái, que es la feria de alimentación más importante de Asia, demostrando su compromiso con el mercado chino. El lunes nos merendamos ese jarro de agua fría. A pesar de la sorpresa, activamos todos los resortes y mantuvimos rápidamente una primera reunión con el Ministerio de Comercio y con el Ministerio de Agricultura.

¿Qué peso tienen las exportaciones de cerdo a China en el sector cárnico español? ¿Cuál es la situación del mercado chino?En 2023, exportamos a China 560.000 toneladas de carne y elaborados de porcino por un valor de 1.223 millones de euros. Supusieron el 14% de las exportaciones del sector cárnico. Hace diez años, en China hubo un brote muy importante de peste porcina africana que les obligó a sacrificar a la mayor parte de su cabaña y el chino es un gran consumidor. En ese momento de desabastecimiento, China acudió a España y estuvimos a la altura hasta colocarnos como primer exportador europeo de carne de porcino a China y tercero del mundo. Desde hace cuatro años, el mercado chino está menguando. Se buscan otros mercados. Antes de la pandemia, exportábamos más de 3.000 millones de euros a China. Ahora han crecido mucho las exportaciones a Europa y a países terceros como Filipinas, Corea del Sur o Japón. Exportamos a más de 120 países. 

¿Cuáles son los principales competidores de España en el mercado chino?El mercado chino es un mercado de gran volumen, pero muy sensible al precio. Hay competidores que son capaces de suministrar carne de cerdo a China más barata que la europea y la española, como Brasil o Estados Unidos, que encabezan el ranking de las exportaciones mundiales a China de porcino. Nosotros ocupamos el tercer lugar, el primero europeo. ¿Por qué ellos producen más barato? Por la estructura de costes que tienen, muy condicionada sobre todo por la alimentación animal. La proteína principal del pienso para el cerdo es la soja y tanto Estados Unidos como Brasil son grandes productores de soja. Además, los brasileños no tienen los condicionantes regulatorios que tiene la producción porcina europea.

¿Cómo afectaría a España un hipotético endurecimiento las exportaciones europeas de cerdo a China?Perder el volumen del mercado chino sería una faena para el sector cárnico español, pero esto nos pasó hace muchos años con Rusia. ¿Somos capaces de recolocar esa producción en caso de que finalmente la investigación termine con una imposición de aranceles? Sí, seríamos capaces, con dificultades y con la ayuda de nuestra Administración. Se irá viendo en el devenir de la investigación. El sector cárnico es lo suficientemente ágil para recolocar esas producciones y, además, el Ministerio de Comercio está siendo especialmente sensible con nosotros porque es el primer interesado. El mejor plan de contingencia es tener países terceros que sirvan como posible alternativa en caso de que finalmente la investigación de China llevase a la imposición de aranceles.

La investigación abierta por China no afecta al jamón y a los embutidos, ¿eso les hace respirar un poco más tranquilos?El mercado chino es un mercado de gran consumo de porcino, pero pesa más la casquería. Lo que nosotros denominamos despojos comestibles para ellos son grandes manjares. La cultura china a nivel culinario es muy diferente a la europea. La investigación no afecta ni a los jamones ni a los productos elaborados. ¿Por qué? Porque lo que China busca es que pueda haber habido una política de ventas por debajo del coste y que ese diferencial de coste se haya cubierto con ayudas o subvenciones públicas. En el caso del porcino, eso no existe, está fuera de la órbita de la PAC, no recibe ayudas de ningún tipo. Además, productos como el jamón no tienen un equivalente en el mercado chino, con lo cual no habría ningún daño industrial colateral para los productores chinos. Para la carne sí, para los despojos sí, pero para los productos elaborados no.

¿Por qué cree que se ha puesto el foco en el cerdo?Nosotros no estábamos invitados a esta fiesta. Esto viene del ámbito geopolítico, de un choque entre grandes potencias comerciales como son la Unión Europea y China a colación del anuncio de Bruselas de imponer aranceles a los coches eléctricos chinos. Lo que ha hecho China es un ejercicio bastante simple. ¿Qué importa China de Europa? Carne.

Señala que se han reunido con los ministerios implicados, ¿desde ANICE le piden al Gobierno alguna medida de contención?En los primeros compases siempre hay un poco de revuelo. El Ministerio de Comercio nos está ayudando a descifrar cuál es el procedimiento a seguir para aportar la información en la forma y plazos que dictan las autoridades chinas, pero evidentemente aquí tiene que haber una negociación política y diplomática. Nosotros manteníamos y mantenemos una excelente relación diplomática con China, sobre todo en el ámbito de las relaciones comerciales agroalimentarias y nuestra aspiración es que las sigamos teniendo.

¿Las autoridades chinas han empezado ya a requerir información a empresas españolas?El mismo lunes 17 de junio ya empezaron a correr los tiempos fijados por parte de las autoridades chinas. Con la máxima transparencia y celeridad estamos siguiendo al pie de la letra el procedimiento, que empezó con la apertura de un plazo de 20 días para que los operadores españoles exportadores de porcino a China se inscriban en un portal del Ministerio de Comercio chino donde se identifica al operador y, a partir de ahí, las autoridades chinas envían un cuestionario donde habrá que detallar las operaciones comerciales que se realizan con China en 2023. A partir de ahí, la investigación puede durar entre un año y 18 meses. La afrontamos con la incertidumbre de que estas cosas no nos gusta que pasen, pero también con la conciencia tranquila de un trabajo bien hecho y de una trayectoria impecable en la relación comercial entre España y China.

Por el momento las exportaciones continúan con normalidad, ¿no?Sí, hasta que no se dicte alguna medida cautelar por parte de las autoridades chinas, el flujo de exportaciones no debería verse afectado. Por el momento no parece que por la entidad de la investigación haya un riesgo cierto de que puedan tomar medidas, con lo cual hasta que no se concluya la investigación el flujo comercial no debería verse afectado. Es cierto que se ha creado un nerviosismo en el mercado, pero esperamos que la inestabilidad se disipe a medida que pasen las semanas y vayamos cumpliendo los hitos que se marcan. El procedimiento que seguirá el Gobierno chino es el previsto en la Organización Mundial del Comercio.

¿Son optimistas respecto al devenir de la investigación?Sí. Ayer nos reunimos con todos los operadores del sector exportador porcino y ha habido unanimidad en la proactividad para suministrar la información al Gobierno chino e intentar disipar las dudas en el menor tiempo posible. No tenemos nada que ocultar. Durante 19 semanas en 2023, el cerdo español en su cotización en vivo fue el más caro del mundo. Es un tiempo hiperlargo como para que haya gente dispuesta a vender a pérdidas. Los mataderos y las salas de despiece española mueven volúmenes tan grande que sería absolutamente insostenible desde el punto de vista económico vender a pérdida. Nos parece complicado que haya habido alguna práctica continuada de dumping y que además haya sido compensada por ayudas públicas. Espero que el plazo de un año o de 18 meses anunciado por las autoridades chinas se pueda acortar.

Aunque China no llegara a tomar medidas concretas, ¿creen que las tensiones comerciales puede afectar a la carne española y europea en términos de reputación en el mercado chino?No. Entiendo, espero y deseo que no sea así, porque no estamos hablando de un problema de seguridad alimentaria. Estamos hablando de conflictos comerciales.

¿Temen posibles represalias hacia otros productos más allá del cerdo?Me encantaría tener la respuesta, pero sinceramente no la tengo. Nosotros en esta situación nos consideramos una víctima colateral de una situación que se escapa de nuestro control. La inmensa mayoría de los fabricantes de automóviles y de componentes tienen las matrices fuera de España. En nuestro caso, las inversiones, los animales, la carne y el empleo del sector porcino está en España, con lo cual nos duele mucho la situación. Si al final China decidiese tomar medidas de protección de su producción con aranceles, no será por demérito del sector porcino español, sino por elementos que se escapan de nuestro control y buen hacer.

¿La investigación puede ralentizar la apertura del mercado de vacuno en China? ¿En qué punto se encuentra el proceso?En febrero, los embajadores anunciaron que España se podía considerar un país libre de encefalopatía espongiforme bovina, el llamado mal de las vacas locas. A partir de ahí, las autoridades chinas y españolas tienen que desarrollar un protocolo y un procedimiento técnico al que seguirán las inspecciones de China a las plantas españolas. Con la convulsión actual, lo más lógico es pensar que este proceso de apertura del mercado de vacuno se ralentice, lo mismo que la apertura del mercado ovino, la autorización de 33 operadores de porcino que está en lista de espera... Pero a medida que se avance la investigación, espero que las relaciones comerciales vuelvan a la normalidad y los expedientes abiertos puedan seguir su curso con los tiempos que marcan las autoridades chinas. Al final el que compra es el que manda y el que marca el timing.

Redactora '20minutos'

Graduada en Periodismo y Ciencia Política por la Universidad Rey Juan Carlos. En 20minutos desde 2022, primero en la sección de Última Hora y actualmente en Nacional. Escribo sobre todo de economía, aunque también he cubierto la actualidad política.

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