Cómo acabar con los mosquitos en casa con el ancestral 'método japonés' Katori Senko

Mujer con picaduras de mosquito.
Mujer con picaduras de mosquito.
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Mujer con picaduras de mosquito.

Estás a punto de quedarte dormido cuando, de repente, un zumbido en tu oreja te hace dar un salto. Todos lo hemos sentido. Es el sonido de una premonición aún peor: las picaduras de sus autores, los mosquitos.

De hecho, tal es la molestia que ocasionan a las personas estos pequeños animales que, podría decirse que se trata de uno de los pocos asuntos mundiales en los que todos coincidimos: por eso, los japoneses inventaron, hace más de un siglo, un método para plantarles cara.

Katori Senko, la técnica para echar a los mosquitos

Aunque lo de quemar vegetales aromáticos para espantar mosquitos no es una táctica exclusiva de Japón fue allí donde, hace ya más de un siglo, desarrollaron una forma particularmente eficaz de hacerlo. 

Se trata de la técnica Katori Senko, que consiste en fijar sobre diferentes soportes una barra de incienso en forma de espiral, a las que se añaden otros ingredientes para repeler insectos, como anacetum cinerariifolium, más conocida como piretro. Solo hay que encenderlo y esperar a que el humo se expanda.

The Japan Times recuerda que la idea surgió por puro azar y que su inventor, Eiichiro Ueyama no se dedicaba a combatir insectos, sino a la exportación de mandarinas. Fue gracias a la mediación de un amigo, como el estatista Fukuzawa Yikichi, acabó entrando en contacto con un comerciante de EEUU que le ofreció unas semillas de piretro, una planta vistosa que, le explicó, resultaban mortífera para los insectos. Ueayama la bautizó "jyochūgiku" y no tardó en mezclar el polvo de sus flores con almidón para elaborar unas barritas de incienso que, efectivamente, repelían mosquitos.

¿Dónde está el truco?

Sin embargo, aunque lo de las barritas fue una buena solución, se consumían muy rápido y a los 40 minutos todo eran cenizas. Fue entonces cuando la esposa de Eiichiro, Yuki, tuvo una idea ¿por qué no cambiar la forma por otra en espiral? "Las bobinas fueron un éxito y se laminaron a mano hasta 1957, cuando se mecanizó la producción. Desde entonces, poco ha cambiado en las resistencias antimosquitos de la marca Kincho de Ueyama, incluido el color verde intenso y el empaque", relata el diario nipón.

De este modo, al darle forma de espiral los katori senko ganaron algunas ventajas importantes: grosor y longitud —lo que se traduce a su vez en una mayor duración— y seguridad, ya que este nuevo diseño concéntrico reducía el riesgo de que pudiera caerse y provocar un incendio.

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