Un avión Boeing lleno de pasajeros se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia unas horas después de despegar al romperse el parabrisas del avión de manera repentina.
Tal y como recoge el Mirror, el avión, operado por Virgin, partió del aeropuerto de Heathrow, en Londres, y tenía como destino San Francisco, en Estados Unidos: un viaje de más de once horas. En el momento del incidente, volaba a más de 12.000 metros de altitud.
Los pilotos descartaron la posibilidad de una descompresión explosiva y el vuelo fue desviado. Los pilotos se vieron obligados a regresar al Reino Unido, donde los investigadores del aeropuerto comprobaron sorprendidos que el vidrio, de cuatro capas de espesor, estaba dañado.
La aerolínea Virgin se disculpó con los pasajeros afectados por la interrupción y les proporcionó alojamiento para pasar la noche antes de completar su viaje al día siguiente.
no es la primera vez que aviones Boeing reportan parabrisas rotos. Otro vuelo se vio obligado a regresar a su destino en 2023. Un vuelo de Air New Zealand a Tokio se vio obligado a regresar a Auckland en junio después de sufrir daños en su parabrisas a mitad de vuelo.
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