La UE trata de asfixiar la ruta asiática del gas ruso cerrando sus puertos a barcos de GNL con destino a terceros países

  • Los Veintisiete adoptan el décimo cuarto paquete de sanciones contra Moscú que por primera vez toma medidas contra el gas. 
  • La prohibición de trasbordar GNL de Rusia en los puertos europeos tardará en aplicarse nueve meses.
  • España sigue siendo uno de los países de la UE que más gas importa desde Rusia, del que en buena medida termina en otros países.
El Alto Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell, en la reunión de ministros que este lunes ha adoptado nuevas sanciones contra Rusia.
El Alto Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell, en la reunión de ministros que este lunes ha adoptado nuevas sanciones contra Rusia.
Consejo de la UE
El Alto Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell, en la reunión de ministros que este lunes ha adoptado nuevas sanciones contra Rusia.

La UE prohibirá que atraquen en sus puertos metaneros cargados de gas natural licuado (GNL) procedente de Rusia y que tengan como destino final países terceros. Así lo han acordado este lunes los ministros europeos de Asuntos Exteriores, dentro del décimo cuarto paquete de sanciones contra Moscú por la invasión de Ucrania que por primera vez afecta al gas natural ruso, no al que siguen consumiendo los países europeos pero sí con el objetivo de asfixiar el comercio hacia Asia, según los expertos.

En concreto, esta nueva decisión de la UE contra el régimen de Vladimir Putin prohíbe todos las inversiones futuras en proyectos relativos al GNL en Rusia y las exportaciones y, después de un periodo de transición de nueve meses, el uso de los puertos de la UE para trasbordar GNL ruso, así como importarlo a terminales -regasificadoras- europeas que no estén conectadas con la red europea de gasoductos.

Según ha indicado la Comisión Europea en una nota, esta prohibición "van en contra de petroleras que forman parte de la flota oscura de Putin que circunvala la UE y los límites de precios [del gas] con de prácticas marítimas engañosas en completo incumplimiento de las normas internacionales". 

La decisión de este lunes incluye una primera lista con 27 embarcaciones que es irá actualizando regularmente para incluir otras que "ayuden a Rusia a financiar su esfuerzo de guerra contra Ucrania", ha explicado la Comisión tras la adopción de un nuevo paquete de medidas que suma a otras 69 personas y 47 entidades a la lista de 116 sobre los que pesan sanciones como las viajar a la UE y que incluye también la prohibición de que los bancos de la UE fuera de Rusia utilicen su sistema SPFS, el equivalente al sistema SWIFT.

El jueves pasado y tras adoptarse por parte de los embajadores europeos en Bruselas este nuevo paquete de sanciones que este lunes han refrendado los ministros de Asuntos Exteriores en Luxemburgo, los expertos de Energía del think tank con sede en Londres IEEFA apuntaban a los efectos que esta decisión tendrá sobre el gas que Rusia vende a los mercados asiáticos y que hace llegar hasta allí en una ruta en barco que rodea la UE. ."La UE se ha dado cuenta por fin del papel que juegan sus puertos en el transporte de GNL ruso a Asia", decía esta organización,  que elabora análisis sobre las adquisiciones de gas ruso.

A su llegada a la reunión de este lunes, el ministro español, José Manuel Albares, ha declarado que estas nuevas sanciones "van a permitir que cada vez más se reduzca el esfuerzo de guerra de Rusia y por supuesto que España lo apoya". También respalda uno de los principales acuerdos de este Consejo de Asuntos Exteriores, movilizar los 1.400 millones en activos rusos congelados para ayudar a Ucrania, que finalmente ha salvado el veto de Hungría.

Regasificadoras en España

A la espera de conocer todos los detalles de la medida cuando se publique en el Boletín Oficial de la UE, el efecto de esta medida sobre las regasificadoras que hay en España -donde se ubican siete de la veintena que hay en toda la UE- y las importaciones de GNL ruso es que cuando entre en vigor, dentro de nueve meses, estas instalaciones podrán aceptar los barcos si el gas es para consumo de un país de la UE pero no si es para terminar en un país tercero. Por ejemplo, la regasificadora de El Musel, que el Gobierno recuperó hace dos años como almacenamiento para poder incrementar la llega de gas natural por barco, podrá almacenarlo si es para España u otro país de la UE pero no si solo está haciendo escala y va a ser trasbordado a otro buque para proseguir camino.

España es junto con Bélgica y Francia uno de los tres países de la UE que más GNL ruso importa, pero en buena medida no son el destino final, sino que terminan en países como la India u otros, en rutas en los que "se les pierde la vista", según apuntan fuentes gubernamentales, en alusión a la de veces que atracan en distintos puertos o trasbordan sus mercancías.

De acuerdo al seguimiento de las importaciones europeas de GNL que elabora IEEFA, Rusia fue el segundo exportador a la UE después de Estados Unidos y solo España, Francia y Bélgica recibieron el 80% de estas importaciones, que entre 2021 y 2023 crecieron un 11%. Según Enagás, en enero de 2024 Rusia era el tercer principal origen del gas que entra en España, después del GNL de Estado Unidos y del gas que llega desde Argelia por gasoducto y llegaron de allí 8.687 gigavatios de gas, un 26,9% más que en enero de 2023.

El año pasado, la UE gastó más de 8.000 millones en importar GNL ruso, de los que los operadores españoles pagaron la mayor cantidad, 2.310 millones, por delante de Francia, Bélgica y Países Bajos. Según el mismo informe de seguimiento de IEEFA, hay dos puertos españoles entre los cinco que más metaneros rusos con GNL han recibido en estos dos años, el de Bilbao y el de Mugardos, en Ferrol.

En esta situación, el Gobierno español hubiera deseado que la UE prohibiera "todas" las llegadas de GNL desde Rusia, incluidas las que son para consumo interno, pero hasta ahora ha sido imposible alcanzar un acuerdo entre los Veintisiete que, además, en estos casos tiene que ser por unanimidad.

En marzo ya lo intentó sin éxito la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. La nueva directiva de gases renovables incluye la posibilidad de que los  Estados miembros que lo deseen prohíban la importación de GNL de Rusia y de Bielorrusia pero, como Bélgica, España se opuso a tomar una decisión unilateral, contra la que también advirtieron compañías como Naturgy, que cerró acuerdos de comercialización con Rusia mucho antes de que empezara la guerra en Ucrania y que empezara a ser objeto de sanciones europeas.

Estos dos gobiernos intentaron sin éxito en un Consejo de Energía en marzo que la UE lo prohibiera de forma coordinada, para que la prohibición fuera total. El siguiente paso lo dio, pocas semanas después, el Alto Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Josep Borrell, al plantear a los Veintisiete el veto al gas ruso que recala en los puertos para hacer escala hacia otros países que finalmente se ha aprobado este lunes.

La UE aún no garantiza un gas asequible

Al no afectar al gas natural licuado que llega al mercado europeo desde Rusia, este nuevo embargo no afectará -ni a favor ni en contra- a las deficiencias que el Tribunal de Cuentas de la UE observa en la estrategia europea para 'independizarse' del gas ruso incluso antes de la invasión de Ucrania, en febrero de 2022.

Según el informe especial que este organismo, con sede en Luxemburgo, ha difundido este lunes, las medidas que desde entonces ha tomado la UE para reducir su dependencia del gas ruso adolecen de una metodología para evaluar su efectividad y, de momento, han tenido más éxito en asegurar el abastecimiento que la "asequibilidad", que avisa de que en ninguno de los dos casos estarían garantizadas si vuelve a producirse una crisis como la de hace dos años. 

Según afirma, "la UE tiene todavía muchos retos por delante para prepararse frente a una nueva crisis del gas" y "no puede mostrarse complaciente con la seguridad del suministro" y tampoco con que el gas sea asequible si vuelve a darse una situación de escasez.

El Tribunal de Cuentas europeo analiza las distintas medidas que ha tomado la UE y aunque considera que algunas lograron reducir el consumo de gas ruso, como el objetivo de ahorro del 15%, señala que no se sabe si esto se logró por este mandato del Consejo de Energía o porque el invierno de 2022 fue anormalmente cálido y porque el gas estaba caro.

Tampoco, añade, puede evaluarse la eficacia del llenado de los almacenes europeos de gas que superó el objetivo del 90%, que no es más que "el nivel normal" antes de la crisis, ni tampoco el tope de 180 euros/MWh que se fijó al precio del gas, dado que desde que se acordó no superó ese umbral y hasta el momento no ha sido necesario activarlo. Ocurre lo mismo con la plataforma de compras conjuntas que se creó para que los operadores europeos se unieran y consiguieran precios más bajos, algo que el Tribunal tampoco ha podido determinar si este instrumento "aportaba valor".

"Con vistas al futuro", el Tribunal pide a los países de la UE que "consoliden su marco de asequibilidad del gas", que también podría poner en riesgo del abastecimiento, y que avancen en las tecnologías de captura de CO2 para cumplir sus objetivos climáticos. Según su informe, los cuatro proyectos de captura, almacenamiento y utilización de carbono que funcionan en la UE puede eliminar de la atmósfera alrededor de 1,5 millones de toneladas de CO2 al año, "una gota en el océano" de las emisiones, ya que para 2050 deberían capturarse 450 millones de toneladas.

Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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