Le Pen, un macronismo desgastado o una izquierda unida por obligación: Francia se asoma a un posible cambio de era

Las elecciones en Francia
Las elecciones en Francia
Henar de Pedro
Las elecciones en Francia

La política internacional actual va de laboratorios; de campos de pruebas para ver cómo un cambio de era estratégica se puede trasladar a los resultados electorales. Francia se pone a prueba a sí misma con las elecciones legislativas que celebran este domingo su primera vuelta a tres bandas: los ciudadanos tendrán que elegir entre una Marine Le Pen crecida tras su enorme resultado en las europeas, un macronismo desgastado y en horas muy bajas y una izquierda que se ha unido casi por obligación para "frenar a la ultraderecha" de Agrupación Nacional en estos comicios. Mientras, Europa mira hacia París.

La voz cantante la llevan Le Pen y los suyos, impulsados por su triunfo el pasado 9 de junio. RN es el partido con más presencia en el Parlamento Europeo y la líder espera que las legislativas sean el primer paso para ser presidenta de la República en 2027. Las encuestas respaldan una institucionalización de la ultraderecha, con apariencia de partido de Estado y con algo más de centrismo en algunos temas como la energía o los asuntos económicos. Eso sí, mantiene medidas como la prohibición de que los ciudadanos con doble nacionalidad no puedan acceder a los altos cargos de la Administración. Los sondeos les aúpan a más del 30% de los votos, aunque aspiran a la mayoría absoluta para que a Macron no le quede otra que nombrar un primer ministro de RN: Jordan Bardella, líder de facto del partido y eurodiputado es el nombre mejor situado.

Mientras, el macronismo trata de sobrevivir. Es un globo que ha pinchado y su apuesta, la del actual premier, Gabriel Attal, no permite levantar el vuelo. Su mensaje pasa porque los franceses sigan apostando por la centralidad, apoyándose en palabras de figuras como Mbappé o Thuram, que han pedido "votar contra los extremos". No les sirve de mucho: a la debacle en las europeas se suman unas encuestas muy negativas. Macron no dimitirá pase lo que pase, pero su espacio prácticamente ya no existe. Se agarra por tanto Attal a temas como la posible salida de Francia de la UE de la mano de Le Pen. "¿Quiénes fueron los primeros partidarios del brexit? ¿Quién dio nombre a las 'calles del brexit'? ¿Quién ha mostrado abiertamente su apoyo al líder del Brexit [Nigel Farage]? Agrupación Nacional", avisan sin mucho efecto de momento.

La izquierda, por su parte, persigue su gran oportunidad desde la unión y también desde la exigencia. Y pese a las diferencias parecen en disposición de competirle la victoria a RN o al menos de trastocar sus planes para las mayorías. El PS parece la pata más firme del edificio progresista para las elecciones, pero Melénchon quiere seguir llevando la voz cantante; socialistas, verdes e insumisos se han repartido en terreno para ser más efectivos, con un programa común de corte social, y menos crítico de lo que quisiera la derecha radical: apoyo a Ucrania, defensa de la UE, y reformas de varias de las políticas impulsadas en los últimos años por Macron, como la reforma de las pensiones. Además, han rescatado a viejas glorias como el expresidente François Hollande.

Javier Carbonell, profesor asociado en SciencePo, fellow de Future Policy Lab y coautor del ensayo La desigualdad de la riqueza, explica a 20minutos que lo que está en juego es "darle o no poder a la ultraderecha", aunque asume que los cambios no se darían "de la noche a la mañana"; se aceleraría eso sí "una erosión de la democracia" y son gobiernos "especialmente agresivos con los más desfavorecidos incluso pese a la retórica que tienen a favor de los obreros; atacan las cuestiones más culturales". El problema de los sistemas mayoritarios como el francés, dice, es que "previenen la llegada de la extrema derecha al poder durante más tiempo, pero una vez llega lo hace con mucha más fuerza que en los sistemas proporcionales".

También considera Carbonell que estos comicios son el principio del fin del macronismo. "Creo que sí porque ahora mismo Macron es un político tremendamente impopular a los dos lados del campo ideológico", comenta, y se sostiene "solo por oposición a los extremos". Pero esta estrategia "no es a largo plazo" porque además "no parece que haya nadie capaz de reemplazarle" de cara a 2027. "Macron representaba 'el último neoliberal', con una política basada en una visión muy técnica. Y ahora la población reclama otra cosa, con cambios ideológicos mucho más fuertes".

Macron representaba 'el último neoliberal', con una política basada en una visión muy técnica

Para concluir, el profesor ve viable una cohabitación, pero se pregunta hacia qué lado. Ve dos posibilidades: que gobierne RN junto con los Republicanos y que incluso Macron permita esto para que "la ultraderecha se queme en el poder". Esto, asegura Carbonell, "sería una mala estrategia" porque a corto plazo ese desgaste no se produciría e incluso ese escenario podría servir "para que muchos franceses superen la barrera mental de no ver a Marine Le Pen como presidenta. La segunda posibilidad es "más extraña", con la izquierda con un buen resultado pero necesitando a Macron para poder llegar al Gobierno. "Esto dependerá de las divisiones internas entre la izquierda; si apuestan por un candidato moderado sí lo veo posible".

Por su parte, David Gómez, de El Orden Mundial, sostiene que estas elecciones son importantes porque "desafían uno de los pilares que ha marcado la quinta república, ese cordón sanitario a la ultraderecha". Además, van a ser "un buen termómetro de lo que le espera a Francia después de Macron". Gómez ve dos cuestiones esenciales: si el país ha virado hacia la extrema derecha, "si se ha roto el frente republicano" y también ver "los equilibrios que se van a dar en la izquierda". Todo ello lleva al "fin del macronismo entendido como una coalición centrista".

El analista apunta que ese macronismo "se va a evaporar" ahora y sobre todo de cara a 2027. Las legislativas, añade, son la primera prueba para un camino "hacia un nuevo bipartidismo", con RN en la derecha y una izquierda rearmada sobreviva o no el Frente Popular. El modelo para Le Pen es el de Meloni en Italia, pues absorberá a los Republicanos. "El Frente Popular, eso sí, vamos a ver quién lo encabeza" porque parece que el PS está renaciendo tras las europeas.

¿Cómo afectan estas elecciones a las dinámicas de la UE? Francia ha quedado dividida en tres y dependiendo de lo que pase en las legislativas su peso y discurso en Bruselas podría cambiar, sobre todo con la evolución de RN y un Macron al que podría no escucharse tanto a nivel comunitario: el motor de la Unión ha quedado gripado tras las elecciones europeas y podría quedar totalmente parado en función de lo que se decida en París. Lo que pase en Francia, si es un terremoto, podría sentirse en cada esquina del continente.

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