Andrés de Inglaterra se ha buscado una triquiñuela para no desalojar la mansión donde vive, como le exige su hermano el rey

Virginia Giuffre, una de las presuntas víctimas del empresario estadounidense acusado de tráfico sexual de menores, Jeffrey Epstein, presentó una demanda civil en Nueva York contra el príncipe Andrés de Inglaterra, quien asegura abusó de ella cuando era menor de edad, informó este lunes People.
Andrés de Inglaterra, junto a su exmujer, Sarah Ferguson, con quien vive en su mansión. ARCHIVO
Virginia Giuffre, una de las presuntas víctimas del empresario estadounidense acusado de tráfico sexual de menores, Jeffrey Epstein, presentó una demanda civil en Nueva York contra el príncipe Andrés de Inglaterra, quien asegura abusó de ella cuando era menor de edad, informó este lunes People.

Una de las primeras cosas que Carlos de Inglaterra hizo al llegar al trono fue mantener fuera del foco y de la agenda a su hermano Andrés, a quien su madre, la reina Isabel, ya apartó cuando se conocieron sus conexiones con el pederasta Jeffrey Epstein, para protegerlo más que para castigarlo.

Carlos, que mantiene en el ostracismo a su hermano, también le exigió que dejara la mansión de Royal Lodge, de 30 habitaciones y a 40 minutos de Londres, que ocupa con su exmujer, Sarah Ferguson, y cuyos gastos suponen una fortuna para las cuentas reales. 

Desde entonces, Andrés se resiste y no parece probable que lo haga, a pesar de que su hermano a cambio de la vivienda actual le ofrece otra más pequeña, Frogmore House, de donde, a su vez, ha desalojado a su hijo, el príncipe Harry.

Andrés ha encontrado la fórmula por la que su hermano lo tendrá más difícil echarle. Según Daily MailThe Times, Andrés se propone cambiar la titularidad y poner el contrato de arrendamiento, firmado en 2003 por 75 años, a nombre de sus dos hijas, Beatriz y Eugenia. Una maniobra legal posible y que mantendría la casa en manos de los York hasta junio de 2078.

Andrés ya lo intentó con Sarah, pero el divorcio legal (a pesar de que viven juntos) lo hace inviable. Además, el hecho de que la casa esté a nombre de las sobrinas predilectas del rey y primas queridísimas de Guillermo haría más difícil a Carlos tomar una decisión definitiva.

Para 'defenderse' de la posibilidad de tener que irse, Andrés y Sarah al morir la reina, se quedaron con todos sus perros, de la raza Corgi, la favorita de Isabel, en Royal Lodge.

<p>La reina Isabel II de Inglaterra, la reina Máxima de los Países Bajos, el rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos y el príncipe Andrés de York saludan desde el carruaje a su llegada a las carreras de caballos.</p>
La reina Isabel II de Inglaterra, los reyes de Holanda y Andrés, que era el favorito de su madre.
Neil Hall / EFE

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