Shannen Doherty fue diagnosticada por primera vez de cáncer de mama en 2015. En un momento dado, allá por 2017, se creía en remisión, pero hace algo más de cuatro años llegó la peor de las noticias: su cáncer había hecho metástasis en su cerebro y huesos y había alcanzado la fase cuatro. Es decir, que era incurable.
Sin embargo, la actriz de 53 años no pierde la esperanza en absoluto y de hecho se va a someter ahora a una ronda de quimioterapia. "Mi esperanza está mezclada con mi tristeza, pero estamos tirando la casa por la ventana", ha declarado para explicarle a sus fans que no piensa renunciar a las pocas posibilidades que tenga de seguir con vida.
La intérprete de Sensación de vivir o Embrujadas ha recurrido a su propio pódcast, Let's Be Clear, para hablar de esta nueva etapa en su enfermedad y explicarles los próximos pasos a sus oyentes. "He de decir que hay algo de optimismo, y esto se debe a que la estructura molecular de mis células cancerosas ha cambiado recientemente. Es decir, que hay muchos más procedimientos que se pueden intentar", ha explicado.
Doherty ha agregado que, además, se trata de una de las primeras veces en mucho tiempo que siete este tipo de fe en el futuro. "A ver, es que, por primera vez en un par de meses, tengo razones para sentirme esperanzada porque ahora hay muchos más protocolos [médicos], mientras que antes sí, tenía esperanzas, pero todavía me estaba preparando", ha declarado.
La actriz, que asegura necesitar "unas vacaciones, montar en barco y explorar el mundo", ha matizado que verdaderamente desconoce "una vez más" cuáles son "las quimioterapias" que está recibiendo, si bien ha puntualizado que es "más de una", porque no quiere dejar sin probar ninguna opción.
Una de ellas, eso sí, ha admitido que la ha dejado "destrozada". Se trata de un puerto de quimioterapia, lo que se describe como un dispositivo de acceso venoso implantado en el paciente que administra el medicamento directamente al torrente sanguíneo.
La intérprete, que lo ha contado entre lágrimas, ha dicho que la colocación del mismo "es muy complicada" y que la simple idea ya la dejaba "hundida". "Me ha destrozado en el sentido de que sí, sabía que estaba en fase 4 y que es muy grave, pero cuando tienes que ir al hospital y que te pongan un puerto, se vuelve muy real de una forma completamente diferente a lo que habías imaginado", ha finalizado.
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