Ciencia

¿La película 'Del revés' (Inside Out) nos enseña realmente cómo funcionan las emociones?

Una imagen de 'Del revés 2'
Pixar

Las películas animadas Del revés (Inside Out ) de Pixar han sido aclamadas por su innovadora representación de las emociones humanas, ajustadas a la trama de una niña en la primera parte y a la de una adolescente en la recién estrenada segunda parte.

Los elogios son bien merecidos por su enfoque educativo sobre la salud emocional, si bien, también ha provocado cierto análisis crítico desde diversas perspectivas de la psicología y la neurociencia más actualizada. ¿Por qué?

La personificación de las emociones simplifica conceptos muy complejos y la realidad es que las emociones no operan de manera tan claramente delineada como se muestra en la película. 

Pareciera que estamos manejados sin remedio por una serie de impulsos emocionales automáticos que controlan nuestras acciones caprichosamente, no se refleja la interacción entre pensamiento racional-emocional, que no operan además de forma tan separada como se pensaba y las teorías integrativas van ganando fuerza para explicar nuestro comportamiento. 

Las emociones son universales pero no se viven ni se construyen de forma universal, influyen, por ejemplo, nuestra personalidad, educación, experiencias o la cultura. La película no sería la misma si se pensara en la construcción emocional de países como África, India, Corea o Japón

El cerebro no está programado para ser feliz, está programado para sobrevivir

Además, a pesar de que una de las lecciones más poderosas es que la tristeza también tiene un propósito valioso, como crear empatía, buscar apoyo y fortalecer relaciones, se le sigue atribuyendo un protagonismo excesivo a la alegría, el optimismo y la felicidad. Parece que se trata de un ser dominante y las demás emociones interfieren en sus objetivos. Importante: el cerebro no está programado para ser feliz, está programado para sobrevivir.

Echo mucho en falta otras emociones muy importantes y básicas como la sorpresa, que favorece la conducta de exploración, la curiosidad, el aprendizaje y el descubrimiento (clave en la etapa infantil). En la adolescencia hubiera incluido la culpa o el desprecio.

Por último, cabe destacar la caracterización estereotípica de las emociones, representadas con rasgos fácilmente identificables pero que son poco realistas. Por ejemplo, la tristeza está constantemente seria, afligida, decaída, sin energía, abatida, llorosa y pesimista. No refleja la complejidad de los sentimientos.

 ¿No pueden coexistir la tristeza con la ilusión, la superación o la gratitud?, ¿acaso no lloramos también de alegría?, ¿no decaemos tras un triunfo? ¿no hay sonrisas, orgullo y esperanza en momentos tristes?, ¿no sentimos cierta nostalgia y aflicción en instantes felices?

Psicóloga y divulgadora

Soy madre, psicóloga y experta en salud mental perinatal. Me confieso una apasionada de la comunicación no verbal y la escritura terapéutica. Publiqué un libro: 'Se hizo el silencio' (Ediciones Alfar). En instagram soy alicia.natalmente.

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