Dellafuente muestra su inmensa calidad musical en 'Torii Yama', su último trabajo

Dellafuente en el videoclip de 'Ya no te veo'.
Dellafuente en el videoclip de 'Ya no te veo'.
Sony Music
Dellafuente en el videoclip de 'Ya no te veo'.

Fiel a su promesa de crear folk atemporal, Dellafuente ha vuelto para sacar un clásico instantáneo con una enorme versatilidad y calidad: Torii Yama. 

Que Granada, la ciudad del agua, es un núcleo de inspiración y arte puede sonar manido y repetitivo, pero es la verdad. La ciudad de la Alhambra, mágica y encerrada en belleza, es proveedora de algunos de los artistas flamencos más importantes de la historia, sin embargo, no se queda ahí, pues hay un artista obcecado por heredar su tradición que quiere trascender como pocos cantantes del género urbano lo han conseguido.

Dellafuente, apodado como El Chino y bautizado como Pablo Enoc, es quizá uno de los artistas más influyentes en España de las últimas décadas. Su éxito y su peculiar sonido ha trascendido cotas que muy pocos artistas consiguen superar, por eso ahora se permite el lujo de sacar un trabajo tan bien cuidado como este último.

Natural de Armilla, provincia de Granada, aunque muy enraizado en la capital, desde su primer álbum, Azulejos de corales, se ha encargado de construir una identidad tan fuerte que ya nadie lo cataloga dentro de un solo género; Dellafuente no es ni rap ni flamenco, ni siquiera música urbana; Dellafuente es Dellafuente, punto, y en su propio nombre radica toda la magia que irradia e intenta – con éxito – proyectar sobre su público.

Tras varios coqueteos con sonidos que sí podrían describirse como rap, el de Armilla decidió jugárselo todo a los sonidos más enraizados de su tierra, aunque con muchas influencias latinas, haciendo un arduo trabajo de introspección y estudio del sonido que ha dado como resultado un álbum tan breve pero tan complejo como es Torii Yama.

El disco, que puede transmitir en su nombre reminiscencias a la cultura japonesa – significaría algo parecido a "la puerta de la montaña" – abre una nueva capa, cual excavadora, en la forma de entender el mestizaje de culturas y sonidos de su autor, quien se encuentra en un punto de tranquilidad y confort en la industria: tiene todo lo que puede pedir a nivel económico y ahora solo quiere seguir haciendo tranquilamente su música sin preocuparse demasiado ni por el tiempo ni por las cifras (que lo consolidan como uno de los referentes de la música urbana española gracias a sus más de cinco millones de oyentes mensuales solo en Spotify).

Torii Yama, con solo diez canciones y algo menos de media hora de música, es una declaración de intenciones de su situación vital. Acompañado de una guitarra que reproduce acordes tranquilos, Dellafuente comienza a cantar en Si te lo comes, lo crías, canción en la que describe con sencillez las causas por las que ahora apuesta: no quiere una gran mansión, a pesar de haber construido algo tan grande como su música y su comunidad, sino que añora un pequeño piso en el que pueda estar cerca de los suyos; un pequeño piso en el que sus niñas crezcan felices y él las pueda ver.

El disco continúa con Romero Santo, canción en la que Dellafuente se ve ensombrecido ante la fantástica voz de Judeline. La gaditana es quizá una de las grandísimas promesas del folklore urbano español, y en esta colaboración, con su voz extasiada y su cante, funciona muy bien. El tema, que tiene cadencias que pueden recordar al trap, es fantástico.

El Chino continua con 13 preguntas, donde a ritmo de algo parecido al reguetón narra todas las dudas que tiene y le gustaría plantear a su enamorada (¿quizá la ciudad de Granada?) para proseguir con 12:15, donde vuelve a manifestar que está completamente tranquilo y no es un artista que necesite de ningún tipo de lío mediático para destacar.

Tras la canción Ayer, tema flamenco donde reflexiona sobre si quizá está entrando en la fase final de su carrera, llega Malicia, donde vuelve a dar paso a otra mujer, Amore, quien también vuela. La colaboración elegida es brillante, pues la artista se muestra implacable y aprovecha con sofisticación y contundencia la oportunidad que El Chino le da. 

Portada de Torii Yama
Portada de 'Torii Yama'
Dellafuente

Tras Una Gota, canción grabada en directo a finales de 2022; Otra noche en Granada, donde vuelve a relatar cabalgando sus letras con realismo mágico una historia que sucede en la ciudad; y Fosforito, donde canta con la catalana Lia Kali (las únicas colaboraciones de este álbum son mujeres), el disco acaba con la brillante Premio Puskas.

El Premio Puskas es el galardón entregado por la FIFA al mejor gol de la temporada, por lo que Dellafuente lo deja claro: este año ha sido otra vez el mejor. Dellafuente se apropia del egotrip del hip-hop para en esta canción, quizá la más rapera (con muchísimas notas RnB), dejar claro que ha vuelto a quedar muy por encima del resto, y eso que él ni quiere guerras ni espera confrontar con nadie. 

El granadino lleva muchos años en la cima siendo una de las referencias urbanas más importantes de España; es de esa primera generación de artistas, junto a compañeros como Rosalía, C. Tangana, Yung Beef o Bad Gyal, que empezaron a brillar tras la popularización de la música urbana en España tras el 2015. Desde entonces, se ha convertido en un músico de culto, alguien capaz de hacer un sonido comercial, pero también exquisito.

“Y a mí qué si el Grammy se asusta, otra temporada pa’ Granada el premio Puskas”, acaba la canción y el álbum. 

Colaborador '20minutos'

Periodista cultural, columnista, repotero y lo que surja; ha colaborado con una docena de periódicos y radios. Centenial que intenta explicar el centenialismo. Autor de 'Más allá de la noche' (Akal Ediciones, 2022)

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