El Gobierno de Bolivia frustra el intento de golpe de Estado tras horas de máxima tensión

Golpe de estado en Bolivia
Golpe de estado en Bolivia
AGENCIAS
Golpe de estado en Bolivia

Bolivia recupera poco a poco la normalidad. El país ha vivido este miércoles una jornada de máxima tensión ante el temor de que pudiera triunfar el golpe de Estado que ha intentado llevar a cabo un grupo de militares. Sin embargo, tres horas después del asalto a la sede del Ejecutivo, situada en la ciudad de La Paz, el presidente, Luis Arce, ha logrado mantener el control y ha frustrado el levantamiento cuando los soldados han sacado los tanques de las calles y los han llevado de nuevo a los cuarteles.

La asonada comenzó sobre las 15.00 horas (21.00 hora peninsular), cuando un grupo de soldados rebeldes, liderados por el hasta este martes Comandante General del Ejército, José Zúñiga, ocupó la Plaza Murillo (La Paz). Lo hicieron fuertemente armados, montando barricadas, lanzando gas lacrimógeno contra los manifestantes y con el despliegue de varios tanques, uno de los cuales tiró abajo las puertas del Palacio Quemado, sede del Ejecutivo, para intentar hacerse con el control del Gobierno.

La fecha del golpe militar no fue casual. Se llevó a cabo en medio de un clima de tensión pública entre el expresidente Evo Morales y Zúñiga, que había ido in crescendo a lo largo de las últimas semanas. De hecho, la asonada se produjo precisamente un día después de la destitución del militar, un cese que se vio motivado tras haber asegurado en televisión que las Fuerzas Armadas no permitirían que Morales pudiera presentarse a las próximas elecciones, que se celebrarán en 2025.

Zúñiga, que finalmente ha sido detenido en la madrugada de este jueves, cerca de las dos de la mañana en España, acusó al presidente Arce de haber orquestado el golpe de Estado, de haberle ordenado sacar los "blindados" para, de acuerdo con su versión, "levantar" su popularidad. "El domingo, en el colegio La Salle, me reuní con el presidente y me dijo que la situación estaba muy jodida, que esta semana sería crítica y era necesario algo para levantar la popularidad", explicó en el momento de su arresto, antes de ser trasladado a una celda en la sede de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen. 

El Gobierno de Bolivia ha sofocado el intento de Golpe de Estado. (EP)

Por el momento, la Fiscalía General del Estado de Bolivia ha anunciado que va a abrir una investigación contra él y contra todos los que participaron en la movilización "irregular".

Enfrentamiento histórico

Estas declaraciones de Zúñiga echan más madera aún si cabe a una jornada que ha sido especialmente confusa, que comenzó con el derribo de las puertas de la sede del Ejecutivo y acabó con los tanques replegándose tras una imagen histórica: la del enfrentamiento a voz en grito y en plena calle entre el destituido comandante del Ejército y el presidente de Bolivia. 

El Gobierno de Arce denunció el intento de golpe de Estado militar pasadas las tres de la tarde en el país andino, cuando los soldados trataban de acceder a la fuerza en el Palacio Quemado. El presidente, que hizo un llamamiento a la calma en un vídeo en el que aparecía arropado por todos los ministros, llamó a la movilización ciudadana para intentar frenar el alzamiento y defender así la democracia. 

"Aquí estamos, todo el gobierno nacional, con todos sus ministros y ministras firmes con nuestro vicepresidente, firmes aquí en casa grande para enfrentar todo intento golpista, todo intento que atente a nuestra democracia", manifestó.

Poco después de sus palabras, Arce terminó desplazándose a la Plaza Murillo para encararse con Zúñiga, quien minutos antes había comparecido uniformado frente a la sede del Ejecutivo erigiéndose como nuevo líder del país. El militar, que habló con la prensa de manera improvisada y a las puertas de la sede, había amenazado con cambiar el gabinete del Gobierno y con "liberar a todos los presos políticos". "Estamos molestos por el ultraje que hay, basta", espetó.

Tras ese mensaje, llegó Arce y, en una imagen televisada en directo, el líder del Ejecutivo, que había asegurado que el país no podía permitirse la vuelta de "las intentonas golpistas", se encaró con el militar. "Repliegue todas estas fuerzas", le gritó mientras les rodeaban decenas de periodistas, "es una orden".

Poco después del altercado, que deja una de las imágenes más comentadas de la jornada, el Gobierno destituyó a la cúpula militar insurgente y nombró a un nuevo responsable del Ejército. El peso de esas horas de incertidumbre recayó sobre José Wilson Sánchez, quien ordenó a los soldados que regresaran a los cuarteles. Tras el repliegue, Arce salió a las calles a celebrar con un megáfono la restitución del control del Gobierno. 

Enfrentamiento Morales - Zúñiga

Zúñiga, detractor público del expresidente Evo Morales, se había convertido en una figura ampliamente conocida en el país mucho antes del alzamiento militar de este miércoles. Aupado por el propio presidente, el militar fue designado en 2022 Comandante General del Ejército, un cargo que ratificó el pasado mes de enero. Con ese movimiento quedaban expuestas las diferencias de Luis Arce con Morales.

El enfrentamiento de este último con Zúñiga se remonta incluso antes de que el militar ascendiera a Comandante General. Ya entonces Morales le acusó de liderar un grupo para espiarlo. La tensión entre ambos, sin embargo, escaló en junio de este año y terminó por llegar a su punto álgido el lunes, cuando el expresidente le acusó de urdir un plan para acabar con él y sus allegados. 

El destituido Comandante General respondió en una entrevista en televisión que las Fuerzas Armadas evitarían que Morales se presentara a las elecciones. "No puede volver a ser presidente de este país", aseguró. "Nosotros [el Ejército] somos un brazo armado del pueblo, un brazo armado de la Patria". Las reacciones en contra no se hicieron esperar, incluida la del expresidente Morales, quien deslizó que si el Gobierno no desautorizaba a Zúñiga quedaría claro que autorizaban "un autogolpe". Tras este último encontronazo, Arce destituyó al militar el martes aunque no fue hasta el alzamiento cuando renovó la cúpula militar y designó a un sustituto.

Condena internacional

El intento de golpe de Estado ha sido condenado por todos los líderes opositores del país (que han repudiado el golpe y han defendido la democracia), así como por la comunidad internacional. 

Uno de los blindados que ocupó los alrededores del Congreso boliviano. (EP)

España, sin ir más lejos, condenó de forma unánime cualquier intento de quebrantar el orden constitucional en el país andino. El presidente, Pedro Sánchez, subrayó que España condena "rotundamente" los movimientos militares en Bolivia, mientras el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, afirmó que "la democracia debe respetarse".

En la misma línea se pronunció la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz: "Todo mi apoyo y solidaridad con el pueblo boliviano, víctima de un nuevo intento de golpe".

La Unión Europea, además, expresó también su condena del intento de "derrocamiento", en palabras de Josep Borrell, Alto Representante del organismo para Política Exterior. "La Unión Europea condena cualquier intento de quebrantar el orden constitucional en Bolivia y derrocar a gobiernos elegidos democráticamente".

Un país bajo la sombra de golpes de Estado

Bolivia vivió durante tres horas en la máxima incertidumbre ante la sombra del triunfo del golpe de Estado. Este intento, finalmente fallido y frustrado por el Gobierno, hizo retroceder a muchos a mediados del siglo pasado, cuando en 1964 se sucedieron asonadas de manera inédita por su número si se compara con cualquier otra parte del mundo. Fue precisamente en ese año cuando la historia de Bolivia dio inicio a una serie de regímenes autoritarios mediante la sucesión de más de una treintena de golpes militares.

Desde su fundación como república en 1825, el país ha vivido casi un centenar de años bajo gobiernos militares y en algunos casos se ha llegado a mencionar que se han registrado 200 golpes de Estado. Sin embargo, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), en su libro Presidentes de Bolivia, entre urnas y fusiles (2003), aligeraba el dato al asegurar que la nación no fue víctima de tantos alzamientos como se cree en el exterior.

"La cifra [de casi 200 golpes] es absolutamente arbitraria", detalló Mesa, quien precisó que el país ha contado con 37 gobiernos de facto, de los que 23 se debieron a golpes de Estado "en su concepción convencional". Es decir, con el derrocamiento de un gobernante.

Coordinadora web '20minutos'

Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Llegué a '20minutos' en 2014, y desde entonces he desarrollado mi carrera en diferentes secciones (Actualidad, Última hora, Cierre de papel, Cultura, Redes sociales...). Portadista desde 2019 y coordinadora de la web desde 2021. Adicta a la Actualidad y apasionada de los temas sociales, los libros y las series.

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