Internacional

La renuncia de Ribera a recoger el acta como eurodiputada mientras sigue en Moncloa solo tiene un precedente... y también socialista

Teresa Ribera
Henar de Pedro

Teresa Ribera será la representante de España en la nueva Comisión Europea si todo sale bien en el reparto de cargos en la UE. La idea de Pedro Sánchez es que la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica asuma una cartera -y vicepresidencia- relacionada con el clima o el medioambiente en el Ejecutivo comunitario para los próximos cinco años, pero Ribera de momento prefiere curarse en salud: no dejará su puesto en el Gobierno hasta que no se confirme su salto a Bruselas. Además, no recogerá el acta de eurodiputada, pues fue cabeza de lista del PSOE en las europeas del pasado 9 de junio.

¿Es esto habitual? Solo en parte, pues Ribera dará una vuelta de tuerca más a estos casos. Tal como confirmó este miércoles en la sesión de control a la pregunta de Miguel Tellado (PP) no habrá relevo en el Ejecutivo hasta el 1 de diciembre, cuando asumen los cargos los nuevos comisarios siempre y cuando hayan pasado el examen del Parlamento Europeo. Antes que Ribera, pasaron por este camino Josep Borrell y los populares Miguel Arias Cañete y Loyola de Palacio.

Todo hace indicar que Ursula von der Leyen seguirá como presidenta de la Comisión, y una vez que pase la votación en la Eurocámara arrancará el proceso para el nombramiento de los comisarios. El presidente electo (o presidenta, en este caso) designará a 26 de los 27 comisarios -cada gobierno de cada país miembro propone un nombre para el reparto de cargos-. El que falta es el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (que también ocupa una vicepresidencia), y su nombramiento lo realiza el Consejo Europeo, aunque también requiere la aprobación del presidente de la Comisión. Los comisarios designados comparecen en las comisiones parlamentarias de su materia correspondiente, donde se evalúa la idoneidad para el puesto. 

Una vez son aprobados, el Parlamento emite una votación para la aprobación del Colegio de Comisarios al completo, incluyendo presidente electo y Alto Representante. Si el Colegio en su conjunto es aprobado, el Consejo Europeo culmina el proceso con el nombramiento formal de todos los comisarios.

Faltan bastantes semanas para que el proceso se complete, y Ribera tendrá que esperar: pero lo hará desde la vicepresidencia. En 2019 Josep Borrell hizo lo mismo, al no recoger el acta de eurodiputado y esperar a ser elegido Alto Representante para salir del Gobierno, en el que ocupaba entonces el cargo de ministro de Exteriores. En caso de haber abandonado el Ejecutivo, Sánchez tendría que haber reasignado su cartera a otro ministro. El caso de Borrell, eso sí, fue algo más ágil puesto que él se quedó con uno de los altos cargos de la UE (aunque también tuvo que pasar, evidentemente, el examen del Parlamento Europeo).

Las diferencias de salario

Entran en juego también los números. Ribera percibe como vicepresidenta y ministra ahora mismo 84.600,72 euros al año, según datos oficiales. Si recogiera el acta y fuera eurodiputada durante la próxima legislatura, su sueldo sería de 7.776 euros al mes netos, con más de 4.700 euros en dietas y casi otro tanto para viajes. Asimismo, dispondría de 28.412 euros mensuales par asistentes. Como vicepresidenta de la Comisión, por otra parte, ingresaría unos 29.000 euros al mes.

Quienes escogieron una vía para muchos más lógica fueron las opciones del PP en 1999 y en 2014: Loyola de Palacio y Miguel Arias Cañete. El segundo, de hecho, abandonó el Gobierno de Mariano Rajoy incluso antes de que se celebrasen las elecciones europeas, y fue reemplazado por Isabel García Tejerina al frente del ministerio de Agricultura. Esa misma cartera ocupó en la Comisión Europea liderada entonces por Jean Claude Juncker. Arias Cañete tampoco recogió el acta de eurodiputado como paso intermedio, pero sí se centró de lleno en la vía europea.

En 1999 Loyola de Palacio, que era titular también de Agricultura, salió del Gobierno de Aznar para presentarse a las elecciones, y fue sustituida rápidamente por Jesús Posada. Tampoco pasó por el Parlamento Europeo y acabó en la Comisión como vicepresidenta y como comisaria de Relaciones Parlamentarias, Transportes y Energía bajo el mando de Romano Prodi.

Con todo, Ribera parece tener el camino despejado para ser comisaria, pero no será tan fácil como parece, al menos a nivel de contenido. Su aspiración es capitanear la política climática desde Bruselas, con rango de vicepresidencia salvo sorpresa; pero el tema puede pasar a un segundo plano en favor de otros asuntos como la Defensa, la industria o la migración. Ribera, asimismo, tendrá que pasar el filtro de una Eurocámara donde la derecha radical ha ganado mucho peso.

Además, puede darse el caso de que las comisiones de turno de la Eurocámara veten el nombramiento de algún comisario. Dos de los más recientes afectaron directamente a Rumanía y a Francia. La comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo bloqueó la candidatura de la comisaria designada como responsable de Transporte, Rovana Plumb, por unos conflictos de intereses con sus declaraciones de bienes. El puesto acabó en manos de Adina Valean, que sí pasó el examen. Sylvie Goulard, por su parte, estuvo implicada en un escándalo de contratos ficticios y no pudo ser comisaria de Mercado Interior porque la Eurocámara no le dio luz verde. Finalmente el puesto recayó en Thierry Breton. El bloqueo de algún comisario obliga al gobierno del Estado miembro afectado a proponer otro nombre.

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