OPINIÓN

Más problemas para los Windsor

La princesa Ana, el pasado mes de junio en las carreras de Ascot.
La princesa Ana, hace unos días en las carreras de Ascot.
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La princesa Ana, el pasado mes de junio en las carreras de Ascot.

A los serios problemas de salud del rey Carlos III y su nuera la princesa de Gales, que les impiden mantener con normalidad sus obligaciones oficiales y apariciones públicas, se suma estos días otro importante revés, el accidente de la princesa Ana, que permanece hospitalizada por una conmoción cerebral como consecuencia de un accidente con un caballo.

La muerte de la reina Isabel II marcó un antes y un después en los Windsor. El nuevo monarca heredaba serios problemas en el seno de su familia que llevaron a apartar definitivamente de sus funciones de representación a su hijo Harry y a su hermano Andrés, duque de York.

El príncipe Eduardo y su esposa Sofía adquirieron nuevas responsabilidades y muy especialmente la princesa Ana, que fue el miembro de la familia real británica con más compromisos en activo el pasado año. Estos días precisamente tenía previsto un viaje oficial a Canadá. Su apretada agenda tendrá que repartirse ahora entre los miembros activos de la familia y 'en buen estado de salud', que ya empiezan a verse sobrepasados.

Del accidente no se han dado demasiadas explicaciones. Parece que estaba sola cuando ocurrió y se desconocen los detalles. Gran amante de los caballos, su vida ha girado siempre en torno a la hípica. Su primer marido fue el jinete Mark Phillips, del que años más tarde se divorciaría para casarse con Timothy Lawrence, escudero de la reina, quien ha informado que la recuperación de la princesa Ana va por buen camino, pero será lenta. Se especula con la posibilidad de que sufra pérdida de memoria.

Una situación que agrava la ya por si complicada situación de la familia real, desbordada para atender a sus obligaciones.

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