Los analistas ven "difícil" sustituir a Biden tras fracasar en el debate: "Los demócratas erraron al no prever que esto podía ocurrir"

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el expresidente Donald Trump participan en el primer debate presidencial en los estudios de la CNN en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, el 27 de junio de 2024.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el expresidente Donald Trump participan en el primer debate presidencial en los estudios de la CNN en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, el 27 de junio de 2024.

El elefante que el Partido Demócrata tiene en su habitación desde hace unos meses comienza a ser tan grande que ya está quebrando sus cimientos. El presidente de Estados Unidos y virtual candidato de la formación a las elecciones del 5 de noviembre, Joe Biden, dio muestras en el debate de la madrugada de este viernes de que los norteamericanos tienen razones de sobra para pensar que no está capacitado para continuar en la Casa Blanca. 

Al mandatario se le vio balbuceante, inseguro e incapaz, en ciertos momentos, de encadenar frases con sentido frente a un Donald Trump desvergonzado a la hora de lanzar sus ya habituales bulos y que solo tenía que contemplar cómo su rival se desacreditaba con sus titubeos. 

"Los demócratas deben estar, como mínimo, preocupados. Se han equivocado al no haber previsto que esto podía ocurrir", cuenta a 20minutos el director del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Norteamericanos Benjamin Franklin, José Antonio Gurpegui

El partido de Biden se ha confiado con la situación judicial que arrastra Trump, pero el pobre papel que jugó el presidente en el debate ha eclipsado todo lo demás. "Creo que los demócratas se decían: 'Si Biden logró vencer a Trump hace cuatro años, cuando este era presidente, ¿cómo no va a vencerle ahora con todos los juicios que tiene pendiente o tras su polémico papel en el asalto al Congreso [el 6 de enero de 2021]?", afirma Gurpegui. 

Con todo, el escenario en las filas demócratas es ahora incierto y es inevitable que se hagan esta pregunta: ¿deben cambiar de candidato para las elecciones de noviembre? 

"Posible, pero tremendamente complicado"

Que Joe Biden dé un paso al lado y deje hueco a otro candidato es viable, "aunque tremendamente complicado", sobre todo porque el Partido Demócrata no ha potenciado otra figura presidenciable entre sus filas. 

"Los escenarios están abiertos. Recordemos que Trump y Biden son dos candidatos no oficiales que tienen que ser ratificados en las convenciones nacionales de ambos partidos", subraya Carlota García Encina, investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano. La Convención del Partido Republicano se celebrará del 15 al 18 de julio y la del demócrata, del 19 al 22 de agosto. 

No obstante, García Encina admite "el devastador escenario" en el que se encuentran los demócratas ahora mismo. "Se sabe que Biden no es un gran orador y que tiende a titubear, pero muchos hablaban del State of the Union [el discurso del estado de la Unión de marzo], que es cierto que no es un debate, pero lo hizo muy bien y transmitió bastante fortaleza. Incluso el día que habló en Normandía lo hizo bien y dio una buena imagen". 

Con todo, la investigadora ve muy complicado que el partido pueda cambiar de candidato, principalmente porque "queda muy poco tiempo" para las elecciones. "¿Hay alternativas? Sí, hay gobernadores que le apoyan, pero tienen que darse a conocer a nivel nacional. Además, están los donantes, los fondos, hay que hacer una campaña...". 

El director del Instituto Benjamin Franklin, José Antonio Gurpegui, coincide con García Encina, y reduce todo a escenarios hipotéticos que carecen de certidumbre en un contexto electoral en el que la determinación es clave. "Se habla de Michelle Obama y sigue sonando el nombre del gobernador de California [Gavin Newsom] o el de la gobernadora de Michigan [Gretchen Whitmer]". 

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, a pesar de erigirse en una sucesora natural de Biden, tampoco parece convencer en el partido. Mientras García Encina habla de las "limitaciones políticas" que tiene, Gurpegui apunta a "las discrepancias sonoras y sonadas" que surgieron entre su equipo y el de Biden tras el primer año de legislatura.  

La estrategia demócrata

Lo más paradójico de todo es que, si la madrugada de este viernes de celebró el debate, es porque así lo pidieron y lucharon los demócratas, ya que el oficial, cuando los candidatos sean validados por sus respectivos partidos, tendrá lugar el 10 de septiembre

Este movimiento tiene para los expertos dos posibles justificaciones. García Encina piensa que el partido lo ha hecho a modo de estrategia, por si las cosas no salían como esperaban, como así ha sucedido. "Es una táctica de bajo riesgo: en el caso de que en el debate Biden no tuviera una buena actuación, tienen cuatro meses por delante para encauzar la situación. Aunque en esta ocasión ha sido devastador, las consecuencias de un mal debate tienen poco recorrido". 

Eso Biden lo sabe bien, ya que, como recuerda García Encina, en el primer debate que mantuvieron en 2012 el candidato republicano Mitt Romney y el presidente Barack Obama, el primero ganó "por un margen abrumador". "Luego hubo otro entre el propio Biden y Paul Ryan y Biden arrasó", explica.

José Antonio Gurpegui coincide con la investigadora del Real Instituto Elcano, pero no obvia que los demócratas también podrían haber planteado el debate con Trump como una prueba de fuego para el actual presidente de Estados Unidos y, dentro de la premura, poder actuar así en consecuencia. 

"Está claro que puede ser. Lo que hace meses podía parecer una locura [sustituir a Biden como candidato] ahora cobra más fuerza. De todas formas, creo que la última palabra no la tendrá él, sino su mujer, Jill Biden".  

El papel de Jill Biden y "el golpe" del caso de su hijo

Con esta última declaración, Gurpegui centra la mirada en la "gran influencia" que tiene Jill Biden en el presidente. "Ahora que hay demócratas replanteándose su capacidad para estar en el cargo, es la única que puede convencerle de dar un paso al lado", opina. 

García Encina también cree que "puede estar en sus manos", aunque ve "poco probable" que sea el propio Biden el que decida abandonar la carrera presidencial. 

"Hay tres hechos que lo legitiman para ser el candidato: el primero y más importante es que es el presidente y tiene derecho a presentarse a un segundo mandato, como han hecho sus antecesores; el segundo, que el partido se unió en torno a él tras las elecciones de 2022; y el tercero es que quien tiene enfrente es a Trump, a quien ya paró los pies en esos comicios y en los de 2020", asevera la investigadora. 

Con todo, este viernes "ha quedado claro" que, como sostiene Gurpegui, "no está en condiciones de gobernar los Estados Unidos". Al deterioro físico se une una posible afección psicológica después de que su hijo, Hunter Biden, haya sido declarado culpable de tres delitos por posesión ilícita de un arma de fuego. 

"Muchos pensaban que esto podía tener consecuencias políticas para el presidente, pero no es así porque los estadounidenses han sabido diferenciar su trabajo y lo que hizo su hijo, pero yo sí argumentaba que eso le podía afectar psicológicamente. Lo ha dicho muchas veces: yo también soy padre, además de presidente, y para él ha debido ser un golpe duro", concluye García Encina. 

Periodista '20minutos'

Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Radio COPE por la Universidad CEU San Pablo. Mi relación con el periodismo comienza cuando aún andaba en pañales y mi padre me llevaba a la redacción de un modesto periódico algecireño cada vez que tenía que responder a la llamada del oficio. Trabajo en '20minutos' desde 2022. Me curtí en la sección de Cierre y ahora profundizo en mis pasiones en Cultura. En mi tiempo libre leo de manera enfermiza y doy mucho la turra con Chaves Nogales, maestro de maestros.

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