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¿De dónde surge el 'Lexit'? La historia de un reino nacido en 910, sus vínculos con Castilla y la integración de ambos en la Transición

García I, primer rey que en 910 que trasladó la corte a León.
WIKIMEDIA

La Constitución no determinó nunca cuántas ni cuáles debían ser las comunidades autónomas. Es decir, la estructura territorial de España no es intocable. Sí, el estado autonómico no admite secesiones pero sí modificaciones. El artículo 2 de la Constitución Española reconoce el derecho a la autonomía de las regiones y a esa norma se acoge León una vez más. No es la primera vez que esta provincia pide separarse de Castilla y ser comunidad autónoma, pero sí es la ocasión en la que más repercusión está consiguiendo.

Movimientos reivindicativos de este estilo, regionalistas pero no nacionalistas, han existido siempre. Cartagena no quiso ser Murcia; el Campo de Gibraltar y La Línea de la Concepción aún se pelean con la idea de ser parte de la provincia de Cádiz; o, de otro modo, el burgalés Condado de Treviño quiere ser alavés. Pero lo de León es más profundo. Por algo allí en muchas señales que la Junta de Castilla y León clava en caminos y carreteras se ven tachados el castillo y la palabra Castilla.

Intentando el 'Lexit'

El pleno de la Diputación de León aprobó este miércoles la moción por la autonomía leonesa con los votos a favor de PSOE y Unión del Pueblo Leonés (UPL), y los votos en contra de Partido Popular y Vox. Sus impulsores solicitan a la Junta de Castilla y León que se inicien los trámites para la formación de una comunidad autónoma propia para la Región Leonesa.

Este voto positivo se suma a los de los 63 consistorios de la provincia de León que ya aprobaron iniciativas similares en los últimos años. El primero fue el Ayuntamiento de León capital, que lo hizo en diciembre de 2019.

¿Por qué hay 17 CCAA? ¿Qué dice la Constitución?

La Constitución española no establece un modelo territorial acabado, sino que configura un "Estado unitario regionalizable", en palabras del que fuera magistrado del Tribunal Constitucional, Jesús Leguina Villa. Es decir, un Estado que permite el acceso a la autonomía de las nacionalidades y regiones, estableciendo para ello una serie de procedimientos que darían lugar a una posterior regionalización de la totalidad del territorio.

Mapa de España
Getty Images

En 1978, la Carta Magna no determinó cuáles debían ser las comunidades autónomas, sino que estableció una serie de procedimientos para la formación de las mismas a partir de las provincias. Entre 1979 y 1983 se constituyeron las diecisiete comunidades autónomas. En orden de acceso a la autonomía, son: País Vasco, Cataluña, Galicia, Andalucía, Asturias, Cantabria, La Rioja, Región de Murcia, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias, Navarra, Extremadura, Baleares, Comunidad de Madrid y Castilla y León. Ceuta y Melilla quedaron configuradas como ciudades autónomas.

¿Y va a ser a así siempre? La historia demuestra que nada, tampoco el mapa administrativo de una nación, es para siempre. La generación del baby boom aprendió en su EGB que España la conformaban Galicia, Asturias, Vascongadas, Navarra, Aragón, Cataluña, Baleares, Valencia, Murcia, Andalucía, Extremadura, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja y León. Aquello eran sólo regiones, sin poder ni casi competencias en un estado centralista como era la España de la dictadura de Franco. En ese mapa León era una región, pero no lo eran Cantabria, La Rioja o Madrid.

¿Por qué León perdió en el reparto autonómico?

Entonces, si León como región era parte del mapa de España y del imaginario colectivo, ¿por qué perdió su derecho en los años 80 y no fue considerada comunidad autónoma? En León lo han tenido claro siempre: la culpa fue de la UCD, concretamente de Rodolfo Martín Villa.

Fue Jefe Nacional del Sindicato Español Universitario, y luego, recién fallecido Franco, ministro de Ministro de Relaciones Sindicales, del Interior, de Administración Territorial y hasta vicepresidente primero del Gobierno en 1981. Y había nacido en León, en la localidad de Santa María del Páramo.

De cómo Martín Villa y UCD cambiaron de parecer

En 1979, en plena discusión sobre el mapa autonómico que se estaba fraguando para España —aquel "café para todos"—, Martín Villa dijo que la UCD iba a tomar una decisión sobre la base de León como provincia autónoma. También el PSOE y el PCE eran partidarios de esa solución.

Rodolfo Martín Villa, en una imagen de archivo.
ARCHIVO

Pero en Madrid, los menos aperturistas del centro y la derecha españolas pensaron que la "federalización" del país iba a beneficiar a Cataluña y País Vasco (ya constituidas como autonomías) o, de otro modo, iba a perjudicar a la España más interior. Se necesitaban contrapesos.

El caso es que en 1980 la UCD cambió de opinión y apostó por unir Castilla y León. Lo sorprendente del caso es que también lo hizo el PSOE (en ese caso el señalado es Gregorio Peces-Barba, ya fallecido). De paso se evitaba la posibilidad de crear una comunidad que uniera Asturias y León, que hubiera sido un feudo de la izquierda con base en la industria minera (hoy desaparecida) de ambos territorios.

Rechazo popular en las calles de León

En enero de 1983, se presentó el proyecto de Ley Orgánica 4/1983 del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. Ni la UCD ni Martín Villa estaban ya en el Gobierno, pero nadie paró aquello, pese al rechazo de los leoneses y de la Diputación de León, que votó el 13 de enero de 1983 y rechazó unirse a Castilla como CCAA. Dio igual.

El Estatuto de Autonomía de Castilla y León fue aprobado el 25 de febrero y una sentencia del Tribunal Constitucional dio por bueno el proceso. Todavía el 4 de mayo, más de 90.000 leoneses salieron a la calle al grito de "León sin Castilla es una maravilla". Hoy, la UPL insiste en ello: la comunidad se impuso.

Bandera de León con crespón negro.
UPL

Una región histórica sin autonomía

Lo que León y los leonesistas aseguran es que con la independencia de Castilla se lograría "revertir la actual situación de agravio de la zona, ya que es la única región histórica de España que no es autonomía". Lo cierto es que León existió antes que Castilla.

El reino de León se fundó en 910 cuando la capital del reino de Asturias se trasladó de Oviedo a León. Las Cortes de León, las primeras de Europa, se abrieron en 1188. El reino tuvo un papel importante en eso que seguimos mal llamando Reconquista. 

Fue así que nació el reino de Castilla (o el de Portugal). A ese respecto, resulta ilustrativo que la ciudad de Valladolid (objeto del odio de León contra la comunidad en la que están integrados) fue fundada por el leonés Conde Ansúrez, cuya estatua preside desde hace décadas la Plaza Mayor de la capital pucelana.

En 1230, León y Castilla se unieron en un solo reino y aunque entre 1296 y 1301 León recuperó su independencia (cuestiones sucesorias), finalmente quedó como parte de la Corona de Castilla. Pasaron siglos hasta que la existencia de la Región de León fue recuperada en 1833, con las provincias de Zamora y Salamanca incluidas. Por eso, todavía en la EGB (como recordábamos antes) se dibujaba en el mapa de España la región leonesa.

Y la economía: León se hunde

León está mal; muy mal en algunas comarcas. Los leonesistas lo tienen claro: la culpa es de la comunidad autónoma donde les han encerrado. Acusan a la Junta de Castilla y León y antes incluso a Valladolid de ser los causantes de su ruina económica.

Pero tal vez el problema no sea tanto de la capital pucelana como del centralismo que practican, parece que irremediablemente, todas las administraciones autonómicas. Acusaciones como las de León contra Valladolid se escuchan en Asturias contra Oviedo, en Aragón respecto a Zaragoza o en Andalucía contra Sevilla.

Problema de León o del noroeste español

No es la economía de León la que va mal, es la de Castilla y León y la del noroeste español en general (apartado de las rutas que unen las grandes capitales españolas con la Europa continental). En mayor o menor medida todas las provincias de la región castellanoleonesa son parte de la España vaciada, pero eso también ocurre en territorios de otras provincias del noroeste español.

Castilla y León ha sido la tercera autonomía con menor crecimiento económico en 44 años de democracia

La economía de Castilla y León creció un 122,6% en 44 años de democracia, entre 1978 y 2022, según datos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) de marzo pasado. Parece mucho, pero no lo es. La región castellanoleonesa fue la tercera autonomía con un menor crecimiento tras Asturias y Cantabria, frente al 230% de Murcia o el 224,4% de la de Madrid.

Subidas y bajadas de la población en España estos últimos 20 años, según el INE.
20MINUTOS

Valladolid va mejor

Castilla y León es la séptima economía de España por volumen de PIB, con 64.227 millones de euros. En cuanto al PIB per cápita, indicador de la calidad de vida, fue de 26.992 euros, frente a los 30.320 euros en España. Así, la región es la octava del ranking autonómico de PIB per cápita. Pero sí es cierto que a Valladolid le va mejor. En este momento lidera, junto a Burgos, el crecimiento de la economía y con ello de población.

Valentín Martínez, portavoz de la UPL, destaca estos días "los pésimos datos leoneses en índices como la tasa de juventud, la tasa de vejez o el índice de envejecimiento, siendo actualmente las tres provincias de la Región Leonesa las más envejecidas de la comunidad de Castilla y León, de la cual eran la segunda, cuarta y séptima más envejecidas cuando ésta se formó en 1983".

El sentido de pertenencia en Castilla

Sea por historia o por economía, o por ambas cosas, lo cierto es que "Castilla y León no funciona en el sentido de pertenencia". Lo ha dicho el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que es de Valladolid.

"Esta es la realidad y no pienses que no me duele", le dijo el otro día a Carlos Alsina en Onda Cero. Claro que ese nulo sentido de pertenencia no se da sólo en León; también en Zamora, Salamanca, Soria y hasta en Segovia. Una gran mayoría de sus habitantes no se sienten castellanos o leoneses; se sienten zamoranos, salmantinos, sorianos o segovianos. Ser castellano, ¿qué significa hoy ser castellano? Según Julio Llamazares, decir "castellanoleonés" es "algo así como ser austrohúngaro pero en pobre".

El escritor, declarado leonesista, asegura que "nadie en Castilla y León se dice castellanoleonés ni se considera tal y sí, por el contrario, castellano o leonés, incluso burgalés, soriano o salmantino, pues la provincia sigue siendo la gran referencia". Llamazares ha escrito que la "artificiosidad" de la comunidad creada y el desconocimiento mutuo por su enorme extensión "impiden que cuaje un sentimiento de pertenencia común a un proyecto que ven artificial y, lo que es peor, impuesto".

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