Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Democracia atragantada

Debate electoral entre Trump y Biden.
Debate electoral entre Trump y Biden.
Getty Images
Debate electoral entre Trump y Biden.

Nunca había ocurrido algo semejante cuando faltan apenas cuatro meses para las elecciones presidenciales y, cada día que pasa, aumentan las dudas de quiénes serán los dos aspirantes a ocupar la Casa Blanca los cuatro próximos años. Cuatro años, todo hay que recordarlo aunque sea superfluo, que coinciden en un momento en el que el mundo está tan revuelto que se habla de nuevo de una tercera guerra mundial.

Nunca en la historia electoral norteamericana, tan cuadriculada con el paso de los siglos, se ha atragantado tanto el proceso. Y, como los males nunca vienen solos, en el momento más complicado y las circunstancias más difíciles.

Ya unas horas atrás estaba complicada la selección entre dos expresidentes, aspirantes a la reelección: uno, delincuente condenado y el otro, implicado en los escándalos de un hijo declarado culpable en otro proceso judicial. Y es ahora cuando la gente se percata de las muestras de senilidad de Joe Biden, que pone su candidatura en el aire.

No era la primera vez que Biden incurría en despistes y fallos de memoria que sembraban aliento entre sus opositores, los bravucones fans de Donald Trump, y de inquietud a sus propios seguidores demócratas. La situación se agravó la semana pasada en Atlanta, al comienzo del primer debate entre los dos candidatos, en el que Biden se mostró perdido, sin ideas claras ni capacidad para reaccionar.

En la segunda parte recobró la normalidad, estuvo al nivel de las circunstancias y sacó el debate adelante. Pero ya era tarde. Surgió la alarma entre los suyos y las explicaciones que intentó ofrecer no impidieron que los medios de comunicación se explayaran informando de la situación. Los analistas consideraron que la situación que se creaba era grave y empezaron a especular con las posibilidades que se abren ahora.

La primera, que Biden a sus 81 años renunciase a la candidatura que a falta de la convención ya tiene garantizada y el partido demócrata se apresurase a nombrar a un sustituto. Enseguida se empezaron a barajar nombres entre los presidentes de los Estados. Pero Biden reaccionó en contra: él no renunciará, considera que aunque sufra algún lapsus, está preparado para gobernar.

La duda seguirá adelante: según el sistema norteamericano nada resulta fácil de arbitrar y menos sin la colaboración del interesado. Mientras tanto, Trump no ha ganado electores por este percance y también vive a la espera de más acusaciones graves, pendiente de varias decenas más de procesos, y aguarda a una sentencia, anunciada para el día 11, que podría condenarle a prisión.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento