Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

'Impasse' catalán, parálisis española

El Parlament durante la sesión constituyente.
El Parlament durante la sesión constituyente.
Parlament de Catalunya (Eva Guillamet)
El Parlament durante la sesión constituyente.

La semana pasada empezó en el Parlamento de Cataluña la cuenta atrás para investir a Salvador Illa o repetir elecciones. Lo que la noche del 12 de mayo parecía casi inevitable, que ERC accediera a apoyar al líder del PSC a cambio de algún tipo de pacto de gobierno o legislatura, se ha vuelto muy complicado. Los republicanos han caído en el pozo de una doble crisis, de identidad y liderazgos, lo que puede llevarlos a no querer elegir, con lo que la repetición electoral es un escenario bastante probable. Por su parte, en Junts han sabido sacar provecho de un resultado que, aunque tampoco fue bueno, y empeoró en las europeas, les devolvió la hegemonía en el campo independentista. Tras las generales de 2023 algunos analistas advertimos que Pedro Sánchez podría obtener la investidura pagando el precio de la amnistía a Carles Puigdemont, pero que la legislatura era harina de otro costal. El voluntarismo nunca sirve para cambiar la tozuda realidad: fiar la gobernabilidad a ERC y sobre todo a Junts, formación que todavía sigue atrapada en el 2017, es suicida. Si el impasse catalán se eterniza, la política española puede entrar en un callejón sin salida que evidencie el fracaso de la normalización en Cataluña.

Hasta que no se resuelva la situación en esa comunidad, continuará la parálisis de la legislatura. En el marzo pasado, el Gobierno no se atrevió a presentar los Presupuestos para 2024, incumpliendo el mandato constitucional, y lo mismo puede ocurrir con las Cuentas para el año que viene si fracasa la investidura de Illa. Por ahora, el pacto en el Ayuntamiento de Barcelona entre PSC y ERC, que parecía cerrado desde hace meses y anticipaba la formación de un bipartito en la Generalitat, ha caído de la agenda. Pero a diferencia de Sánchez, el alcalde Jaume Collboni sí tiene Presupuestos y no tiene alternativa en la oposición.

ERC está atrapada entre el abismo de una repetición electoral, donde muy probablemente empeoraría resultados, y la necesidad de obtener algo realmente sustancial en la negociación con los socialistas. El problema es que ha puesto el listón muy alto con la exigencia de una financiación singular que en la práctica vendría a ser el concierto vasco.

No parece que la acomplejada militancia republicana vaya a aprobar ningún acuerdo con Sánchez que no pudiera ser bendecido también por Junts, que ve en esta coyuntura la oportunidad de bloquear a Illa y presionar a ERC para concurrir bajo la fórmula de una lista conjunta. El éxito de Puigdemont con la amnistía ha dejado a ERC con la sensación de ser el tonto útil. El esencialismo y radicalidad de la autoexiliada Marta Rovira, en cuyas manos ha quedado el partido tras la dimisión de Oriol Junqueras, no invita al optimismo.

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