OPINIÓN

'Divide et impera'

Pablo Ruz, alcalde de Elche.
Pablo Ruz, alcalde de Elche.
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Pablo Ruz, alcalde de Elche.

Creo que se hacen un flaco favor a sí mismas y a todas las personas que celebran la semana del Orgullo lo que hacen algunos, no sé si pocos o muchos: utilizar una fiesta para atacar a los que no comulgan con sus ideas a pie juntillas; aprovecharse de un movimiento para sus batallas políticas; buscar por todos los modos adueñarse de un colectivo y sus reclamaciones e identificarlas con una corriente política determinada.

Mientras los representantes del colectivo organizan los festejos y la reivindicación de sus derechos, denunciando injusticias o reclamando políticas (el espacio público y la libertad están para esto), determinados representantes políticos aprovechan la efeméride para señalar con malas artes a su rival político. O lo que es más grave, no se solidarizan con sus adversarios cuando reciben ataques a través de las redes sociales, como los sufridos por la alcaldesa de Valencia y el alcalde de Elche.

Que existan desnortados en redes me preocupa, sí, pero no me quita el sueño; otra cosa es cuando ciertos políticos echan gasolina al fuego y practican esa política de tierra quemada que es pan para hoy (y ni eso) y ya veremos mañana. Esto sí me causa desvelos, la moda del divide et impera, un error porque al final perdemos todos.

Estoy seguro de que muchos de nuestros conciudadanos que celebran estos días su semana grande no están contentos al ver que el ruido pone en un segundo plano sus reclamaciones. Igual les ha venido a la mente aquello que dijo Ortega y Gasset en uno de sus discursos sobre la República: "¡No es esto, no es esto!". Y es que, como afirma Carlos Marín-Blázquez, "la búsqueda del bien común ha sido sustituida en la vida pública -y no solo en la vida pública- por el oportunismo, la mezquindad y la defensa sectaria de las convicciones particulares. Y la pregunta ineludible es si un mundo así resulta habitable".

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