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Rishi Sunak, el último capitán del naufragio conservador en Reino Unido

Rishi Sunak
Rishi Sunak
Carlos Gámez
Rishi Sunak

Rishi Sunak (Southampton, 1980) tiene que ir contra todo y contra todos. Su desafío como candidato conservador en las elecciones de este jueves en el Reino Unido es una lucha contra los números, contra el pasado, contra el tiempo... contra una población cansada y que, al menos según las encuestas, parece reclamar un cambio. Él no pierde la esperanza. El actual primer ministro británico es el último capitán de un barco que se hunde, después de que los tories no hayan sabido gestionar ni convencer, con cuatro líderes en cinco años, herederos de un brexit que salió mal y del que ya nadie habla. 

El primer premier de origen indio de la historia del Reino Unido llegó a Downing Street como un soplo de aire fresco cuando el viento ya iba en contra, pues heredó ya un partido deshecho y no ha sabido levantarlo antes de las elecciones, aunque él se agarre a un clavo ardiendo y ponga el foco en que su gestión es mucho mejor que la de sus predecesores y alerte del "desastre" que sería una vuelta al poder de los laboristas, muy favoritos según las encuestas. "El fanatismo de los laboristas significará impuestos cada vez más altos para usted y su familia", escribió en redes el propio Sunak, que ha centrado su campaña no tanto en ganar, sino en que el lado izquierdo del mapa no sume mayoría suficiente para gobernar sin problemas. Ha hecho una campaña, por tanto, en negativo, centrada en la economía y en los riesgos de que la izquierda vuelva al número 10.

Sunak se formó en el Winchester College y en el Lincoln College de la Universidad de Oxford y después pasó por Stanford. Está casado con Akshata Murthy, hija del empresario indio Narayana Murthy. Su suegro es la quinta fortuna de su país y, de hecho, ese trasfondo familiar ha jugado en contra de Sunak tras las acusaciones de dónde tiene su esposa cuentas bancarias abiertas. Ella ha sido acusada de evadir impuestos, pues no tiene residencia fiscal en territorio británico, mientras él ha dudado entre bajarlos o no en plena crisis en el Reino Unido. Ese tema sigue siendo clave para Sunak, quien ha acusado a los laboristas de querer subirlos a las clases más humildes; ha hecho de ese asunto su tema clave de campaña, aunque no le esté dando demasiado rédito.

Asimismo, es conservador de cuna. Llegó a la Cámara de los Comunes después de pasar por la City como analista financiero y de trabajar en Goldman Sachs. Es uno de los economistas más reputados del país y su carrera política ha sido un ascenso constante desde que aterrizara en la primera línea tory. De hecho, empezó a tener notoriedad antes del referéndum del brexit y la salida de la Unión Europea fue una de las causas que más ha defendido. De Sunak se dice que era brexiter incluso desde antes de que en el Reino Unido se empezara a cocer la idea.

Con la llegada de Boris Johnson al poder, Sunak adquirió su propio espacio. En 2019 fue nombrado Secretario Jefe del Tesoro y solo un año después pasó a ser ministro de Hacienda, un reto de altura si se tiene en cuenta que ocupó el cargo durante toda la pandemia. Su gestión económica se miró con lupa y es su principal baza y al mismo tiempo el déficit que más le pesa: se le vio como heredero de un Johnson que cayó de forma estrepitosa, en parte por un partygate -el escándalo de las fiestas en Downing Street- en el que Sunak también participó. Eso, en cambio, no ha sido lo que más le ha desgastado.

La economía, su gran tema de campaña

No todo ha sido malo en su mandato: la economía está mejor que hace meses y él lo ha reivindicado, en el escenario del resto de países del G7. El Reino Unido sigue en una crisis profunda y los conservadores han evitado los temas más espinosos como el brexit, apostando por defender sus políticas contra la inmigración irregular y unas bajadas de impuestos que no han hecho realidad durante sus últimos años en el poder. Sunak asegura que necesita más tiempo para plantear este tipo de políticas a medio y largo plazo. 

En el plano exterior ha mantenido buen tipo. El Reino Unido ha sido uno de los grandes apoyos de Ucrania, y sigue teniendo en su agenda un papel muy activo en la OTAN para que Kiev resista ante la invasión rusa. Junto con Estados Unidos Londres es el gran donante de material militar para el Ejército de Volodimir Zelenski, algo que, eso sí, no cambiará demasiado con un Gobierno laborista. Otro logro de Sunak, además, ha sido el de suavizar las relaciones con la UE; no era complicado, pero ha sabido mantener los contactos sobre todo respecto a Gibraltar, a la guerra y a una cooperación no más estrecha pero sí más calmada.

Después de muchos meses de sobresaltos lo cierto es que Sunak lo ha hecho mejor, al menos sobre el papel, que sus antecesores. No era complicado, pero tampoco parece haber sido suficiente. Su fortuna combinada con la de su esposa estaría cerca de los 650 millones de libras (760 millones de euros), lo que supera la riqueza del rey Carlos III, cuyo patrimonio está estimado en 610 millones de libras (707 millones de euros), según la lista anual de ricos que elabora The Sunday Times. Rishi Sunak, con todo, no necesita de la política, pero esta le atrapó desde muy joven y ahora asegura que necesita más tiempo al frente del Gobierno británico; pero según las encuestas los ciudadanos no están por la labor. Sunak tiene que desafiar al pasado reciente de su partido, la crisis casi perenne del país y los sondeos para este 4 de julio. Una tarea muy compliciada.

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