El contenedor amarillo no es suficiente: España se encamina al retorno de plásticos para elevar la tasa de separación de envases

Una campaña recuerda que el contenedor amarillo no es "el contenedor de los plásticos", sino "el de los envases"
Un contenedor amarillo, donde van los envases de plástico, ...
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Una campaña recuerda que el contenedor amarillo no es "el contenedor de los plásticos", sino "el de los envases"

Tirar los envases de plástico al contendor amarillo provocó hace  años un cambio de mentalidad en los ciudadanos, que empezaron a separar la basura en orgánico, papel y plástico pero ya no es suficiente para cumplir con las nuevas normas de separación de residuos. En este escenario, el Ministerio de Transición Ecológica tendrá que tomar en el otoño una decisión sobre cómo elevar las tasas de recogida por separado de los envases de plástico de un solo uso para cumplir con los objetivos marcados en la UE a los que de momento no llega España. La solución por la que parece inclinarse es por la instauración de un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), similar al que hasta hace unas décadas existió para el vidrio.

"Estoy convencida de que veremos muy pronto la implantación", dijo la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, hace unas semanas en el Congreso sobre el SDDR que le reclamaron ERC y PNV. Según dijo, podría "servir de plan B si el plan A no funciona", en relación al sistema vigente de contenedores amarillos donde los ciudadanos depositan voluntariamente los plásticos y de acuerdos de recogida con determinadas empresas, sobre todo del sector servicios.

La instauración de un sistema de recogida de plásticos con recompensa es la solución que en mayo exigieron a Ribera Greenpeace, Ecologistas en Acción y Retorna, que recurrieron a la consultora europea Eunomia para que revisara las cifras 'reales' de la recogida voluntaria de plásticos que se realiza en España por medio de lo contenedores amarillos. Su conclusión fue que están "falseadas", que España no cumple con el objetivo fijado a nivel de la UE para 2021 y, al ritmo actual, tampoco será capaz de llegar a los siguientes, en 2025, 2027 y 2030.

Según el estudio que hizo esta consultora -que también lo es de la Comisión Europea en cuestiones medioambientales-, la tasa real de recogida de plásticos en 2021 fue del 36% frente al 71,1% que certificó Ecoembes, que sí habría llegado al objetivo europeo. Teniendo en cuenta esta cifra, a los grupos ecologistas se les antojaba difícil pensar que España pueda cumplir la meta de retirar el 77% de los plásticos de un solo uso en 2025, del 85% en 2017 y del 90% en 2030. 

Según el portavoz de Retorna, Miquel Roset, cada día circulan hasta 55 millones de envases de plástico de un solo uso, de los que 35 millones terminan en vertederos o abandonados en cualquier sitio. "Todos los expertos saben que los resultados de recogida de los últimos 25 años no son reales, España está reportando a la UE unas cifras que no son reales y nos encontramos latas, botellas y bricks tirados en nuestras playas y montes", enfatizó.

El siguiente paso fue elevar este informe al Ministerio para la Transición Ecológica, al que exigen que aplique el artículo de la Ley de Residuos que le da hasta el 31 de octubre de este año para evaluar si España cumple con la norma europea de recogida de plásticos con el sistema actual. Si no, Ribera deberá exigir a fabricantes y distribuidores que pongan en marcha un sistema obligatorio de recogida. Todavía quedan varios meses para que se tome esta decisión y Transición Ecológica deberá estudiar las cifras de recogida que distintos colectivos le han puesto sobre la mesa. Pero, en el Congreso, la vicepresidenta ya pareció inclinarse por un sistema de depósito, devolución y retorno.

La evolución del contenedor amarillo

A pesar de que en mayo fue acusada directamente de "mentir" en sus cifras de recogida de plástico en el contenedor amarillo, Ecoembes ha evitado en todo momento una 'guerra de cifras' y se ha limitado a facilitar a Transición Ecológica sus datos sobre lo que recogen los municipios y las empresas asociadas. 

Obligar a los establecimientos a recoger los envases plásticos de los consumidores no su opción preferida, pero Ecoembes tiene claro que el sistema actual, de contenedor amarillo, va a evolucionar. Están seguros de que no va a desaparecer, pero sí de que a partir de este otoño el sistema se va a "reforzar" con otros elementos, algunos de los cuales también han sido validados por expertos en sostenibilidad y por la propia Autoridad Fiscal. Además de recoger los residuos, plásticos en este caso, en Ecoembes apuntan a la necesidad de cubrir toda la cadena, que empieza por reducir su uso, que ahora es prácticamente "testimonial", y termina en el reciclaje. En todo caso, añaden que "estamos en un momento de evolución del sistema" que también reconoció Ribera en el Senado cuando apuntó que "todavía tenemos que conseguir mucho más y tengo la impresión de que los propios gestores de envases hoy están más convencidos que nunca de quizá algunos de estos flujos sea la mejor inversión".

Un sistema eficaz, según la Airef

El sistema de depósito, devolución y retorno es un esquema similar al que hasta hace unas décadas existía para las botellas de vidrio y consiste en la devolución de los denominados 'cascos', en este caso de botellas de plástico, bricks o latas, como las que se tiran al contenedor amarillo, a cambio de una compensación económica que se restaría de un incremento de los precios, de alrededor 10 céntimos, que el consumidor recuperaría al retornarlos en comercios o supermercados, ya sea a personas físicas o a máquinas que estos deberían establecer, según su preferencia. Hace unos años, el gobierno balear ya legisló al respecto, pero la normativa fue guardada en un cajón ante la negativa del Gobierno central de crear distintos sistemas para la recogida de plástico. Ahora, puede ocurrir que convivan los dos -el contenedor amarillo y la devolución- en todo el territorio.

En un estudio sobre gestión de residuos municipales publicado hace justo un año, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) concluyó que este sistema ha dado "buenos resultados" en los 14 países de la UE que ya lo aplican. Según una encuesta elaborada por la Airef para este documento, "sería un incentivo eficaz para aumentar los ratios de separación de los hogares", puesto que el 57% contestó que sería "muy probable" que aumentara el reciclado y un 21%, que sería "bastante probable". Además de elevar las tasa de retorno, la Airef concluía que también elevaría la calidad del material recogido para facilitar su reciclado y puede también incentivar la reutilización y el ecodiseño.

En caso de que vuelva a instaurarse para el plástico, se cerraría el círculo que empezó con la extinción del sistema de retorno del vidrio, que se produjo cuando este material empezó a dar paso masivamente a los envases de plástico, que heredaron la atención sobre cómo hacer que los consumidores no las tiraran sin más -en muchos casos, ni siquiera a la papelera, porque se encuentran por miles en playas o montes- y se estableció un sistema voluntario de recogida que desde su nacimiento en 1996 ha liderado Ecoembes, la empresa sin ánimo de lucro que tiene entre sus socios a fabricantes bebidas o grandes distribuidores. 

Recogida puerta a puerta o pago por uso

Sin embargo, este no es el único modelo que existe. Otras formas que citan Ecoembes y expertos en gestión ambiental es la llamada recogida "puerta a puerta", que ya se aplica en otros países europeos y en unos 300 ayuntamientos de Cataluña. Consiste en la recogida de residuos distintos dependiendo del día de la semana no en contenedores de calle sino en cada casa o comunidad de vecinos. Por ejemplo, hacer un calendario para que en tres días alternos se recoja residuos orgánicos, otro para el plástico y otro para el papel y el cartón.

"Son calendarios que premian mediante las frecuencias [de recogida], con más frecuencias para la basura orgánica y más bajas para resto", explica Ignasi Puig, doctor en Ciencias Ambientales y fundador de la organización ENT, especializada en la elaboración de proyectos medioambientales, de energía y también de residuos. De su aplicación en barrios de Barcelona, Lleida y pequeños municipios catalanes así como en Suiza, Bélgica o Italia, Puig indica que los efectos son inmediatos y que la tasa de recogida, de plásticos en ese caso, pasa del 30% al 70-80% al día siguiente.

Otro método que Ecoembes pone sobre la mesa y que Puig considera "un paso más" a la recogida puerta a puerta es el llamado "pago por uso" que sigue el principio de que pague más quien más residuos genere, con reflejo en este caso en la tasa municipal de basura de cada hogar. Este sistema puede funcionar mediante la implantación de "contenedores inteligentes" como los que ya existen en Pamplona, que se abren al contacto con una tarjeta de cada hogar, que registra el número de veces que tira cada tipo de basura para calcular la tasa. Pero, según apunta Puig, esto puede tener el efecto contrario de que la gente deje las bolsas de basura fuera del contenedor para no quedar registrado.

La otra forma de aplicarlo es como se hace, por ejemplo, en ciudades como Bruselas, donde el usuario paga la tasa en el precio de las bolsas de basura, que tienen distintos precios en función de las veces que debería ser recogida -más baratas las de residuos orgánicos, más caras las de los demás-. 

La Airef también estudió esta modalidad "puerta a puerta", de establecer un "calendario semanal" para la recogida de distintos tipos de basura y en "un horario estipulado" con ventajas como que "permite identificar al generador del residuo, lo que sirve de partida para otros instrumentos" como tasas de pago por generación y que mejoraría los porcentajes de recogida separa y la calidad de la separación. Sin embargo, también veía "desventajas o riesgos", como que un horario muy concreto podría llevar a que no hubiera nadie en casa y fuera necesario implantar "puntos de recogida de emergencia", que los costes aumentarían con respecto a otros sistemas o que necesitaría de "un cambio en los hábitos de la ciudadanía" que podría llegar al rechazo. También según su encuesta, el grado de aceptación sería menor que el sistema de depósito, devolución y retorno, y solo un 51% decía veía muy probable o bastante probable separar más los residuos.

Con todos estos elementos, el Ministerio de Transición Ecológica tendrá que tomar una decisión a la vuelta del verano, para dar un paso más desde el contenedor amarillo. "Tiene un papelón", según señalan en el sector, aunque Ribera parece inclinarse por un sistema de depósito, devolución y retorno, a pesar de que puede que para entonces ya haya dejado el Gobierno o esté a punto de hacerlo para convertirse en comisaria. Todo, para cumplir con objetivos en la recogida de envases que Puig ve muy bien que "sean exigentes". "La experiencia internacional da que pensar en un sistema de incentivos potentes como el de depósito, devolución y retorno, pero qué va a hacer el Ministerio al respecto, no tengo una bola de cristal", añade este experto.

Clara Pinar
Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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