La campaña francesa entra en un duelo entre la ultraderecha y una "gran coalición"

Carteles electorales de las elecciones legislativas colocados en vallas publicitarias con la imagen de Marine Le Pen y el presidente de Agrupación Nacional (RN) y candidato a primer ministro, Jordan Bardella.
Carteles electorales de las elecciones legislativas colocados en vallas publicitarias con la imagen de Marine Le Pen y el presidente de Agrupación Nacional (RN) y candidato a primer ministro, Jordan Bardella.
EFE
Carteles electorales de las elecciones legislativas colocados en vallas publicitarias con la imagen de Marine Le Pen y el presidente de Agrupación Nacional (RN) y candidato a primer ministro, Jordan Bardella.

La campaña electoral francesa entró en una nueva fase que enfrenta a dos bloques, la extrema derecha y los demás partidos, entre los que se perfila una difusa "gran coalición" todavía lejos de concretarse.

Después de que más de 200 candidatos, sobre todo de la izquierda y del macronismo, se retiraron ayer de la segunda vuelta del domingo, para evitar la dispersión del voto y complicar una mayoría absoluta de la ultraderecha, las líneas del duelo aparecen más perfiladas, pero siguen siendo borrosas.

La publicación del primer sondeo tras la retirada de candidatos, que deja a la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen lejos de la mayoría absoluta, puede dar más tracción a esta idea.

El sondeo de Harris Interactive para varios medios de comunicación asigna a RN 190-220 diputados, muy lejos de los 289 que marcan la mayoría en la Asamblea Nacional.

El Nuevo Frente Popular (NFP) lograría 159-183 diputados de confirmarse el sondeo, mientras que el bloque macronista obtendría 110-136 y el conservador Los Republicanos de 30 a 50.

Otros partidos y candidatos (regionalistas e independientes diversos) tendrían de 17 a 31 diputados, precisa el sondeo.

Cooperación contra la RN aún sin definir

Con estas cifras, la única posibilidad de mayoría sería una cooperación que vaya de los conservadores hasta la extrema izquierda y resulta difícil de imaginar.

En el campo del centroderecha del presidente, Emmanuel Macron, se formulan vericuetos verbales para intentar tranquilizar a sus electores y garantizarles que no gobernará con el partido más contestatario de la izquierda, La Francia Insumisa (LFI), al que hasta hace pocos días ponía al mismo nivel de extremismo que a la ultraderecha.

Macron dijo este miércoles al Consejo de Ministros que, si no hay mayoría absoluta del ultraderechista RN, favorito unánime para la victoria, "no gobernaremos con LFI. Las renuncias (electorales) no suponen una coalición", según se filtró a la prensa tras la reunión.

En la misma línea, el primer ministro, Gabriel Attal recalcó en X que "no hay ni habrá jamás una alianza con La Francia Insumisa".

Pese a todo, Attal y otros pesos pesados de la política, como el expresidente socialista François Hollande o el conservador Xavier Bertrand (presidente de la región de Altos de Francia), insistieron este miércoles en la necesidad de crear un entendimiento de emergencia.

Llamado "gran coalición" por algunos, "Gobierno provisional" por otros, o "frente republicano" en otras partes, este entendimiento busca evitar frenar la llegada al poder de RN y crear un poder alternativo, dado que ningún otro grupo puede alcanzar la mayoría.

Sin embargo, esa indefinición parece deliberada, al menos hasta saber el equilibrio de fuerzas que tendrá cada grupo tras la votación del domingo.

Los partidos del Nuevo Frente Popular de izquierda creen que el primer ministro tendría que ser para uno de los suyos, ya que tendrán previsiblemente el mayor número de diputados, mientras que en el campo macronista se busca hacer valer su actual presencia en el Ejecutivo.

Mientras tanto RN, que tiene asegurada la victoria relativa y que tras las primera vuelta pensaba que era posible lograr una mayoría absoluta, se aferra todavía a esa posibilidad.

Le Pen aún confía en la mayoría absoluta

La líder del partido, Marine Le Pen, aseguró que está "muy confiada" en lograr todavía esa mayoría, ya que "los franceses han mostrado que quieren el cambio".

Y sobre los posibles acuerdos entre partidos para apoyarse contra el RN, afirmó que "los franceses están hartos de no ser tratados como adultos responsables que saben lo que es bueno para el país", según dijo al canal TF1.

Anteriormente, había atacado lo que considera falta de legitimidad democrática de esas maniobras y la heterogeneidad de los que le hacen frente. "La clase política da una imagen cada vez más grotesca", había dicho.

Su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, prefirió apuntar a lo que considera falta de proyecto común de la "gran coalición" que se esboza en su contra.

"El único proyecto y la única ambición que tienen todos mis adversarios en estas elecciones consiste en impedirme ganar", dijo en una entrevista a Le Figaro.

Tras las renuncias del martes, la segunda vuelta del domingo próximo se decidirá en 405 escaños que se disputarán entre dos candidatos (en la mayoría de casos, con un rival del RN frente a solo un rival).

También habrá 89 escaños disputados por tres aspirantes y dos en los que luchen cuatro candidatos.

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