Gente

David y Victoria Beckham, 25 años de la boda de una pareja, que institucionalizó una forma de amarse y de promocionarse

Este matrimonio que para muchos parecía cosa de días, reúne todos los ingredientes de una teleserie de sábado por la tarde con palomitas, solo que es verdad y, por lo que dice el calendario, duradero: belleza, dinero, influencia y poder.

Uno de los futbolistas ingleses más famosos de todos los tiempos (calidad y guapura al 50%), David Beckham (49), nacido en una familia humilde, se casaba hace 25 años con la cantante que junto a su grupo había ascendido a los cielos de la discografía británica: Victoria Adams (50), la posch (pija y elegante en castellano) de las The Spice Girls. Total nada. El enlace costó un millón y medio de euros, pero lo recuperaron con creces en cuestión de imagen y promoción.

La pareja ya tenía un hijo, Brooklyn (fue concebido en Nueva York), de cuatro meses, lo que había supuesto el apogeo de sus seguidores y la prueba definitiva de ese amor que parecía al principio ser de postal. Se casaron, como apuntan las crónicas melancólicas hoy, vestidos de color morado, aunque hubo muchos cambios de look, acordes con el gusto de ambos por la moda. Todo ello presagiaba ya que este matrimonio iba a ser un poco excéntrico.

Los Beckham fijaron su residencia en Hertfordshire (Inglaterra), una mansión que se hizo popularmente conocida como el Palacio de Beckingham, en clara alusión a que ellos representaban la otra realeza del país. Una comparación que con el tiempo les llevaría a ser a amigos de los hijos de Carlos de Inglaterra.  Él es caballero nombrado por Isabel II desde 2003.

En estos años de plata, Victoria y David han girado mucho, en particular, por el trabajo de él, futbolista de éxito y pedigrí. Su llegada al Real Madrid en julio de 2003, procedente del Manchester United, su club de siempre, fue comparable al divorcio de Isabel Preysler y Julio Iglesias o a la boda de las infantas, unos años antes. Radios, televisiones, periódicos y en particular revistas rosas, se pusieron las botas.

'Story' de Instagram de Victoria Beckham.
VICTORIA BECKHAM / INSTAGRAM

La prensa del corazón pudo a la deportiva, que perseguía al matrimonio empeñado en adaptarse a España allá por donde iba. Los Beckham alquilaron su casa a la presentadora Ana Garcia-Siñériz, una casa de estilo rústico en una finca de un pueblo de la sierra de Madrid que nada tenía que ver con las mansiones de Hollywood, recargadas y gigantescas. Aquí, los Beckham tendrían a su segundo hijo, Cruz, y aunque ella pasaría a la historia de las leyendas por su afirmación de que España huele a ajo, resistieron cuatro años en nuestro país.

Posteriormente, ella dijo en algunas entrevistas que esa época fue muy infeliz: se sentía acosada, seguida y observada, aunque España le gustó.Y su buena relación con su marido se resintió. Surgió una amante, Rebeca Loos, niñera de sus hijos, y se llegó a pensar que sería el fin de la "beckamanía". Pero Victoria resistió y perdonó, como se ha visto.

David Beckham carga con su mujer, Victoria, tras la fiesta de cumpleaños de esta en Londres.
Justin Palmer / Getty Images

Su relación de pareja, ella fría y glamurosa, él amable y tatuado, y toda la expectación que levantaba su convivencia y su sentido de la moda, hicieron que se acuñara una manera de quererse. Otras parejas ligadas al deporte eran llamados también los Beckham si proyectaban esa imagen de refinamiento, familia feliz y negocios. Por ello, ha habido muchos Beckham en el fútbol español, pero ninguno como los de verdad.

Victoria se desligó de la música (no de sus amigas, las exSpice) y se orientó a la moda. De aquellos estilismos exagerados pasó a diseñar refinados modelos de no menos de tres ceros que llevan todas las celebridades del mundo (también la reina Letizia ha usado alguno) con su nombre de casada. 

Las cifras no cuadran con el impacto de sus ideas, pero no importa porque la marca Beckham es una máquina de hacer dinero por otros lados: la publicidad, el fútbol (él es dueño del Inter de Miami, donde juega Leo Messi, ya gran amigo personal), la televisión, las redes sociales, inversiones (él tiene una empresa, DTB)... han consolidado un imperio de oro. A caballo entre Gran Bretaña y EE UU.

Harper y Victoria Beckham
@victoriabeckham/Instagram

Los cuatro hijos del matrimonio (Romeo y Harper, en honor a la escritora Harper Lee), son asiduos a sus fotos. Los seis (algunas veces también la mujer del mayor, la actriz Nicola Peltz), son una institución. Ninguno juega al fútbol, cosa extraña en un mundo donde muchos hijos heredan este gen (los Zidane, los Simeone...), pero solo su presencia genera una ola que ni los influencers más seguidos consiguen levantar.

Victoria y David, guapos y distantes, siguen siendo ese espejo en el que la sociedad se mira, como algo inalcanzable y misterioso, pero inevitablemente atrayente.

Periodista Cultural '20minutos'

Licenciada en Periodismo por la Complutense. Trabajé en los principales medios de Aragón (Heraldo, televisión regional, El Día...); en el grupo Hearst: Supertele, Elle, Diez Minutos, Agency Hearst (publicidad editorial). En la editorial Roca. Unidada Editorial: Fuera de Serie.

loading...