La carga mental materna se refiere al peso invisible que conlleva la planificación, organización y gestión que muchas mujeres asumen en el ámbito doméstico y familiar.
Esta actividad cognitiva constante va desde pensar el menú semanal o acompañarles a otros cumpleaños, a recordar las citas médicas, pasando por preparar diariamente la mochila o el cambio de armario según la temporada y las tallas del crecimiento de los hijos, como ejemplos de una 'lista mental' interminable que resulta agotadora y abrumadora.
La disparidad de género en la distribución de las responsabilidades familiares es un factor crucial que contribuye a esta carga mental materna.
A pesar de la creciente fuerza laboral femenina, los estudios preliminares anteriores y la reciente investigación que la mide específicamente, revelan que las mujeres siguen asumiendo una desproporcionada actividad relacionada con los cuidados.
En promedio, las madres son responsables del 72,57% de todo el trabajo mental en comparación con el 27,43% de sus parejas. Y del 63,64% de todo el trabajo físico doméstico en comparación con el 36,36% de sus parejas.
La carga mental se relaciona con un elevado nivel de alerta sostenida que puede derivar en diferentes problemas de salud mental incluyendo: mayor índice de estrés y ansiedad, depresión y otros trastornos del estado de ánimo, así como problemas en la relación de pareja, agotamiento físico y emocional, debidos a las exigencias continuas sin el suficiente valor, apoyo, reconocimiento, recompensa y descanso; no solo por parte de la pareja, se trata de un problema que se invisibiliza socialmente, en el entorno laboral y en el sistema político o sanitario.
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