Como en una película de espías, unas cuantas decenas de coches negros de gran lujo invadieron la pista del aeropuerto de la isla griega de Mikonos, uno de los paraísos del país por sus playas y su ambiente bohemio y lujoso.
De un avión se bajó la exreina Lalla Salma (ahora princesa), acompañada de sus hijos, el heredero alauita, Moulay Hassan, y su hermana, Lalla Khadija. Lalla Salma, ingeniera informática, se casó con el rey de Marruecos en 2002. Se divorció de él en 2018, aunque sus privilegios como exesposa, princesa y madre de heredero, lejos de menguar, se han mantenido inalterables. Asistentes personales, mayordomos y cocineros iban en esos vehículos.
En otro avión iba el equipaje de la familia real, tan voluminoso que se necesitaron diez coches solo para transportar enseres. Según los medios locales, a la princesa no le convenció la decoración de la villa que ha alquilado junto al mar, motivo por el que quiso que fuesen llevados hasta allí muebles y objetos de decoración de su gusto. Eso explicaría el amplio despliegue de vehículos.
La princesa Lalla y su hijo, Moulay Hassan, fueron captados disfrutando de un paseo por las pintorescas calles de la bonita isla, vestidos de manera informal y rodeados de miembros de seguridad.
En 2015, la pareja real visitó Grecia y gastó alrededor de 5 millones de euros en sus vacaciones de siete días en la región de Ilia, en la costa occidental del Peloponeso. La princesa y su hijo también viajaron a Grecia al poco del divorcio, por lo que se ve el aprecio que la familia real marroquí tiene por este país mediterráneo.
Mientras, el rey Mohamed VI de Marruecos, que tiene casas por todo su país y por medio mundo, disfrutaba de sus vacaciones en Tetuán, en uno de sus palacios.
Comentarios