El romance imposible entre un pirata y una princesa que explica el surgimiento de una conocida roca en una playa de la Costa Brava

La Costa Brava, con sus calas escondidas, sus aguas cristalinas y sus pueblos con encanto, es un lugar donde la belleza se respira en cada rincón. Entre sus tesoros más preciados se encuentra Tossa de Mar, una villa medieval coronada por una imponente fortaleza que guarda una conmovedora leyenda: la historia de la Dama del Castillo y el Pirata Enamorado que explica la formación de la roca que corona la playa.

En la Vila Vella de Tossa, dentro de las murallas del castillo, vivía una joven de belleza sin igual. Se dice que su nombre se ha perdido en el tiempo, pero que la fama por su hermosura traspasaba fronteras, atrayendo a pretendientes de tierras lejanas. Sin embargo, la dama era inaccesible, su corazón pertenecía al castillo y a la libertad que este le brindaba.

Un pirata enamorado y un romance imposible

Un día, un pirata berberisco, atraído por las historias sobre la belleza de la dama, llegó a Tossa de Mar y, al ver a la princesa paseando por las almenas del castillo, quedó hechizado con su encanto. Al quedar obsesionado con ella, fondeó su nave frente a la villa y esperó pacientemente una señal, una mirada, un gesto que le confirmara su amor.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses, pero el pirata permanecía inmóvil, con la vista fija en la dama, mientras su tripulación lo abandonaba y su nave se deterioraba bajo el sol y la sal. Su cabello y barba crecieron desmesuradamente, su cuerpo se debilitó y su piel se curtió como pergamino. Pero su amor por la dama nunca flaqueó.

Una decisión radical por amor

Cansado de esperar una respuesta, el pirata tomó una decisión radical. Para permanecer por siempre cerca de su amada, hundió su nave en la playa, frente al castillo. La quilla del barco, como una gran ballena herida, emergió del agua y se convirtió en una roca que en la actualidad es muy característica de la playa del municipio y que representa un símbolo de amor "eterno e inquebrantable".

Los tosenses siguen contando que, en las noches de luna llena, cuando la luz baña la Costa Brava, se puede ver la silueta del pirata de pie sobre la roca, con la mirada fija en la Torre d'en Jonàs, donde la dama solía asomarse.