Feijóo se planta ante Vox en favor de los menores migrantes y deja la pelota en el tejado de Abascal

Casi un año después de que PP y Vox pactaran hasta cinco gobiernos autonómicos, el líder popular se ha impuesto ante las amenazas de Santiago Abascal. Esta vez, Alberto Núñez Feijóo ha salido en "solidaridad" con los menores migrantes que Vox se niega a aceptar: "No se puede amenazar a nadie por cumplir con su deber y nosotros vamos a cumplir con nuestro deber". El líder popular no se daba este miércoles por aludido con respecto a la posible inestabilidad de Castilla y León, Extremadura, Aragón, Murcia y Baleares porque, en su opinión, depende de la decisión que tome Vox. La reacción airada de los de Abascal llegó poco después de que las comunidades presididas por el PP aceptaran acoger a casi 400 niños migrantes que están en Canarias: acusaron a Feijóo de ser el que rompe los gobiernos de coalición y convocaron de urgencia para este jueves a su comité ejecutivo nacional para "acordar los próximos pasos".

Con la decisión salomónica de Feijóo, anunciada por él mismo en la mañana del miércoles y que las comunidades presididas por el PP acataron en bloque, el dirigente popular dejaba en manos de Abascal la opción de abandonar los gobiernos autonómicos que, en ese caso, quedarían solo en manos de los populares. Se trataría de Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Extremadura y Murcia.

"No creo que hayan votado a sus dirigentes para desestabilizar", explicaban desde Génova, que giraban su argumento en torno a la idea con la que el PP se ha enfrentado a cada una de las citas electorales: "Somos un partido de Estado". Y es en esto en lo que tratan de diferenciarse con Vox en un momento en el que, además, los populares han conseguido crecer en cada cita electoral.

Tanto la dirección nacional como los barones que cogobiernan con Vox en sus comunidades mantenían el sosiego. Algunos incluso ni siquiera daban crédito al órdago de los de Abascal, ya que no es la primera vez que amenazan con romper los gobiernos sin que después hubiera consecuencias. Como cuando en enero del año pasado el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, amenazó con romper el gobierno de Castilla y León si el PP no cumplía con su protocolo 'provida' sobre el aborto. El Gobierno se ha mantenido hasta la fecha pese a que el presidente popular, Alfonso Fernández Mañueco, se desmarcara de dicha iniciativa en favor de la elección de las mujeres.

Este miércoles, el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo [Vox], se mostró dispuesto a dejar su cargo si el PP acepta el reparto de menores inmigrantes: "Se está diciendo que para ser solidario con Canarias hay que contribuir al reparto de todos estos supuestos menores por toda España, pero la realidad es que si se concluye, si se realiza ese reparto, el mensaje que estamos mandando a las mafias es que la frontera española es un pitorreo y que la frontera española no sirve para nada".

Los populares optaban por obviar a los de Vox. Primero porque, según Feijóo, "el PP está cumpliendo taxativamente los compromisos de un partido de Estado"; segundo, porque "está cumpliendo con los acuerdos de estabilidad en las comunidades donde gestiona Vox" y además en estos territorios donde cogobiernan ya están atendiendo a los menores migrantes; tercero, porque "Feijóo no renuncia a sus convicciones por las amenazas de nadie y cuarto —a lo que dan más relevancia— porque "los menores no son paquetes exprés", como creen que les está tratando el Gobierno central sino que son personas, subrayan en relación a Vox.

De este modo, antes incluso de que arrancase la mesa sectorial donde el Gobierno y las comunidades abordarían la acogida de menores no acompañados, Feijóo quiso dar por cerrada la polémica que abría hace unos días Abascal. Lo hacía además tras una racha de pactos con el PSOE, como la reciente renovación del CGPJ, entre las críticas permanentes de Vox. El líder del PP se mantiene en su senda de "hombre de Estado" y deja que sea Abascal y sus dirigentes los que expliquen a sus votantes el posible abandono de los cinco gobiernos autonómicos que tienen en la actualidad.

Poco después de que terminara la conferencia sectorial sobre migración, en la que las comunidades del PP aceptaron acoger a los 400 menores migrantes -reubicación que se hace anualmente desde 2022 y que estaba pendiente de concretarse desde junio-, Vox elevó el órdago. El partido no dijo claramente que fuera a romper los gobiernos de coalición con el PP y ponían en Feijóo la responsabilidad.

En un comunicado, los de Abascal acusan al líder del PP de "manipular a los presidentes", que "han cumplido sus órdenes de forma unilateral, sin tener en cuenta a su socio de Gobierno, e incluso faltando a su propia voluntad manifiesta y comprometida en las conversaciones internas mantenidas durante las últimas semanas".

En su opinión, es Feijóo quien "ha roto de forma arbitraria e interesada una relación de lealtad y colaboración" con Vox que "ha llevado a importantes logros para los ciudadanos". Después del comunicado de Vox, el PP declinó hacer comentarios al respecto porque, según entendía, no había habido ningún anuncio por parte del partido de Abascal.