Miguel Ángel Aguilar Cronista parlamentario
OPINIÓN

El 17 nos van a regenerar

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

En los carteles anuncian un pleno del Congreso de los Diputados donde va a comparecer a petición propia el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para dar cuenta de las medidas de regeneración que se propone adoptar decidido a meter en vereda a periodistas, medios informativos, magistrados y tribunales. El propósito es conseguir ponerlos a todos ellos en rima consonante con el poder ejecutivo residenciado en Moncloa y acabar con la disidencia entendida como insumisión que se considera fuera de lugar.

La sesión la abrirá Pedro Sánchez el miércoles 17 a las 9 de la mañana con una intervención a la que el Reglamento del Congreso no pone límite de tiempo. Le seguirán los turnos de los portavoces de los grupos parlamentarios, por orden decreciente de escaños, a los que graduará su réplica el presidente, pudiendo darles cancha, agruparles, ignorarles o ningunearles según lo que vaya estimando conveniente.

Trasciende en colegas afines a Sánchez que el presidente está dolido, que se siente injustamente tratado y que a toda costa quiere articular una respuesta contundente. Dicen los recipiendarios que han recibido desde Moncloa llamadas amenazantes sobre todo en relación con las vicisitudes procesales de Begoña Gómez que tratan de imponer silencio. Semejante proceder ignora los efectos de signo inverso conforme a esa certera definición atribuida a lord Beaverbrook según la cual "noticia es aquello que alguien está intentando que no se publique". De donde se deriva que los intentos de censurar una información consiguen multiplicar exponencialmente el valor noticioso de aquello que se quiere ocultar. Porque nada promueve más el interés hacia un documento que su clasificación como secreto y ninguna Comisión parlamentaria suscita mayor curiosidad que la denominada de Fondos reservados, a la que cuadraría mucho mejor el título de Comisión de secretos oficiales.

A los periodistas, como depositarios de una misión de servicio público, corresponde actuar como plantas potabilizadoras en medio de la inundación de informaciones contaminadas. Sus tareas de contraste y verificación han de cumplirlas de modo incansable, sin que sea aceptable en modo alguno su deserción. Por encima de las diferencias políticas que les separen debe prevalecer su unión en la defensa de las libertades que nunca se alcanzan de una vez para siempre, que son atacables por los ácidos y que están sometidas de modo permanente a los agentes de la erosión.

En particular, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE) deben tomar carta en este asunto de la regeneración que pretenden aplicarnos. No se trata de que movidas por un corporativismo penoso esas agrupaciones convaliden comportamientos agresivos hacia los indefensos ni que den amparo a quienes no respetan los más elementales códigos deontológicos pero, mucho menos, que caigan en la deferencia hacia los poderes públicos, siempre insaciables, para quienes toda crítica es excesiva y todo elogio, insuficiente.

Entre tanto, se recomienda vivamente la lectura del discurso leído por Miguel Ángel Fernández Sanjuán en el acto de su recepción el 27 de junio en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales sobre Dinámica no lineal, caos y complejidad: interdisciplinariedad en las ciencias. Sepamos advertir que "entre las diferentes situaciones con las que nos podemos encontrar en dinámica, figuran los puntos de equilibrio, los movimientos periódicos y cuasiperiódicos y, por último, el comportamiento caótico", y comprobemos que su estudio puede ayudarnos de manera decisiva en la actual situación política de nuestro país. Veremos.

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