Las precipitaciones de las últimas semanas retrasan la instalación de 8 de las 12 desalinizadoras del Alt Empordà a 2025

Plano general de las desalinizadoras que se tienen que instalar.
Plano general de las desalinizadoras que se tienen que instalar.
ACN
Plano general de las desalinizadoras que se tienen que instalar.

El Consorci d'Aigües de la Costa Brava Girona atrasa la instalación de ocho de las 12 desalinizadoras previstas en el Alt Empordà a raíz de la mejora de la situación por las últimas lluvias. En un comunicado, detalla que la medida se atrasará a principios del 2025, en función de la pluviometría del próximo otoño. Las otras cuatro previstas se empezarán a colocar la semana que viene a tocar de la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Empúriabrava. 

El nuevo escenario que han dejado las últimas precipitaciones dan más margen al ente para ejecutar las obras de emergencia previstas en la comarca. En estos momentos, el pantano de Darnius-Boadella se encuentra al 22,74% de capacidad.

El Consorci d'Aigües tenía estudiadas y activadas una serie de actuaciones por vía de emergencia en la Costa Brava Norte para garantizar el suministro de agua a la ciudadanía en caso de que la sequía hubiera persistido.

Este nuevo escenario ha variado las condiciones, sobre todo la necesidad "extrema" de tener ejecutadas todas estas obras a corto plazo, principalmente las cuatro primeras desalinizadoras móviles que tienen que ser instaladas junto a la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Empúriabrava, en Castelló d'Empúries. La semana que viene se empezará la obra civil para instalarlas.

Estas instalaciones se encuentran ahora en fase de construcción de los equipos, pero, según el Consorci, no urge que se pongan en marcha porque el abastecimiento en esta zona del Alt Empordà está garantizado este verano. También lo está, dicen, en los municipios con más demanda de agua por la temporada turística de verano como Cadaqués, Llançà, Roses, Castelló d'Empúries o el Port de la Selva.

Las desalinizadoras móviles, financiadas por el Consorcio de Aigües Costa Brava Girona con una ayuda del Departamento de Acción Climática, a través de la Agencia Catalana del Agua (ACA), fueron una solución de emergencia que se replanteó después del sabotaje en abril pasado en tres pozos en Castelló d'Empúries, que todavía continúan inutilizados.

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