Cultura

Almagro celebra la vida alrededor del teatro clásico, año tras año en su festival

Corral de Comedias de Almagro antes de una sesión matinal en el Festival Internacional de Teatro Clásico.
Adolfo Ortega

El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro mantiene la esencia de un evento tan específicamente ligado al Siglo de Oro, pero planteando una programación abierta, donde tienen cabida diferentes aproximaciones al mundo escénico, a la palabra hecha drama o comedia, o simplemente a la palabra que celebra la vida año tras año.

Es precisamente la vida lo que se respira en esta cita en la tranquila población de Ciudad Real, que durante estos días casi pide en verso el periódico en el kiosco o pasa la comanda a cocina con aires cervantinos. Almagro acoge actores llegados desde lo más recóndito, como la compañía japonesa Ksec Act, que nos ofreció una fascinante versión de El burlador de Sevilla donde costaba reconocer la trama de Tirso de Molina a través de un lenguaje corporal pausado pero en tensión constante. Voces desgarradas que parecían extraídas de una película de Mizoguchi, derrocharon una intensidad radical en el escenario del Teatro Municipal

Una escena de 'El burlador de Sevilla' por la compañía japonesa Ksec Act en el Teatro Municipal de Almagro.
Adolfo Ortega

La grandeza de este festival precisamente estriba en que aúna visiones alternativas en los múltiples escenarios donde hay representación, pero también acoge manifestaciones que enriquecen nuestro conocimiento del hecho teatral fuera de los mismos. Bien sea con exposiciones, aprovechando, por ejemplo, la Iglesia de San Agustín, donde se repasa el modo en que se han representado las obras de Calderón de la Barca a lo largo de la historia; o brindándonos la oportunidad de que profesionales como Pedro Yagüe comparta los secretos de su oficio, tras haber visto el día anterior cómo iluminó El Gran Teatro del Mundo, para la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Antonio Comas en 'El gran teatro del mundo', de Calderón de la Barca, en el Teatro Adolfo Marsillach de Almagro.
© Pablo Lorente

Pero detengámonos en la citada exposición, titulada Calderón, un escenario imaginado. Cuatro siglos de plástica teatral, porque se trata de un interesante y didáctico recorrido, organizado por el Museo Nacional del Teatro, que ha recurrido a esta ubicación alternativa debido a unas obras de rehabilitación en su sede. No obstante, quizás los frescos al temple que cubren las bóvedas de la iglesia faciliten la reverencia que merece el teatro de don Pedro. 

La dramaturga Laila Ripoll ha confeccionado esta exposición, incluyendo maquetas como la del propio Corral de Comedias, emblema de este festival, con la disposición original del recinto; detallados dioramas que rescatan representaciones históricas, como la que tuvo lugar ante la corte de Felipe IV en los Jardines del Buen Retiro; recreaciones de decorados; o figurines del vestuario empleado en montajes de finales del siglo XX, para trazar una historia de la representación centrada en la figura del gran dramaturgo. Permanecerá abierta hasta el 29 de septiembre y es cita obligada para los aficionados que se acerquen durante el verano a esta localidad manchega.

Laila Ripoll comentando su exposición dedicada a Calderón de la Barca, en Almagro.Foto: Pablo Lorente
© Pablo Lorente

Tan recomendable como esa exposición resulta la función matinal con que la compañía Teatro a bocajarro nos regala una aproximación refrescante -a pesar de desarrollarse a la una de la tarde, bajo un toldo- al Corral de Comedias; a su historia e historias, transformando lo que podría esperarse una introducción rutinaria, en una festiva representación por la que corre el verso, la diversión y la música. En El arte de ser comediante, los actores surgen de los palcos del primer piso, cantan mojigangas, tocan instrumentos y simulan luchas sin espada. Tan convincentes resultan que, al fingir un desmayo una de las actrices, casi resulta auxiliada por una atenta espectadora en la segunda fila. No se pierdan este delicioso entretenimiento en el Corral de Comedias, donde lo fingido parece verdadero.

Teatro a bocajarro, compañía madrileña, en el Corral de Comedias de Almagro.
Adolfo Ortega

El Corral, construido en 1623, es el epicentro del festival y a sus puertas se revive lo puesto en escena; se comenta y valora aquello a lo que hemos asistido, en las numerosas terrazas de la Plaza Mayor. Aquí se dan cita aficionados, actores, plumillas, público general y habitantes ajenos a los tejemanejes de 'los del teatro'; espectadores que acaban de salir de una función y otros que aguardan a que se inicie la suya, apurando unas migas o unos duelos y quebrantos. Las jornadas nocturnas se alargan plácidamente, aprovechando los extensos horarios de las funciones, ya que algunas demoran su comienzo hasta las once y media de la noche. Finalizadas las farsas y apagadas las jácaras, todo acaba en gintonics al raso de la noche manchega, cuando no en un karaoke para los más recalcitrantes. Teatro y vida… nocturna.

La Plaza Mayor de Almagro en una noche de festival.
Adolfo Ortega

En la inauguración del festival, se concedió el Premio Corral de Comedias al gran Rafael Álvarez  El Brujo, figura que llena los escenarios en solitario; un yogui de la escena con su cabellera blanca y amplias vestimentas, que por la mañana había mantenido una animada charla con Irene Pardo, directora del festival, frente a los medios congregados en el Parador Nacional. No olvidemos la relevancia de este selecto hospedaje en la vida del festival, un antiguo monasterio franciscano que da cobijo a los congregados bajo las higueras de sus patios, mientras se sirven caldos y viandas de la comarca de Campo de Calatrava. En sus salones tienen lugar presentaciones, ruedas de prensa y charlas. Actividades paralelas que dan empaque a un festival.

Hubo de regarse el Corral para paliar los 39ªC que cayeron a plomo el día de la inauguración del festival, de cara al reconocimiento al gran actor que contó con la presencia del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y otras autoridades regionales y municipales. El Brujo aguardó estoicamente en su silla de anea el turno de intervención, cada vez más hundido en su asiento, mientras escuchábamos las esforzadas palabras de nuestros prebostes. Finalmente, alzó su voz el actor y nos transmitió un agradecimiento plagado de sabiduría y sentido del humor, proclamando que "debemos vivir con la conciencia de que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos".

Rafael Álvarez El Brujo, tras recibir el Premio Corral de Comedias de 2024.
Adolfo Ortega

En otro tiempo y otro lugar, en la Casa Palacio de los Villarreal, resultó hermoso observar la atención y el respeto con que los espectadores sigueron El alcalde de Zalamea, por la veterana compañía vallisoletana Teatro Corsario, que celebra sus cuatro décadas de andadura. Ahí se percibe la raigambre de un público que lleva muchos 'alcaldes' a sus espaldas, muchas zalameas en el zurrón, pero se adentra irremisiblemente en una historia que penetra con fuerza en el alma del pueblo. Reflejo de la vida y las tensiones sociales que surcan este país desde antaño. Teatro Corsario trae una versión llena de honradez, de sencilla hondura, sin aspavientos ni extravagancias, donde el verso corre limpio por un escenario entre las brumas que la brisa nocturna mueve. Teatro vivo para y por el pueblo.

Carlos Pinedo y Alfonso Mendiguchía, en 'El alcalde de Zalamea', dentro del Festival de Almagro.
Adolfo Ortega

Restan jornadas muy esperadas en Almagro, algunas de ellas protagonizadas por la CNTC, nuestra compañía nacional, que abrió el festival con el auto sacramental referido, El gran teatro del mundo, un montaje que, a buen seguro, alcanzará mayor relieve en el Teatro de la Comedia, cuando abra la nueva temporada. Los más jóvenes de la compañía comparecerán con la exitosa comedia de Calderón El monstruo de los jardines, una producción dirigida por Iñaki Rikarte, triunfadora en los últimos Premios Godot -Mejor Obra, Mejor Dirección, Mejor Música y Mejor Vestuario-, que supondrá un punto álgido del certamen.

Burro, protagonizada por el gran Carlos Hipólito, hará parada en Almagro durante los últimos días del festival, tras recorrer los campos de España de la mano de Álvaro Tato y Yayo Cáceres, que tanto han hecho y siguen haciendo por mantener viva la tradición del teatro clásico en nuestro país.

Para los que no puedan acercarse a este festín clásico, dejo esta muestra de Ficción sonora grabada por Radio Nacional de España hace unos días en el Corral, con público en directo. La dama boba, de Lope de Vega, con Natalia Hernández y Fran Perea, entre otros: 

Aquí acaba este recorrido por la cita teatral y festiva que acontece en Almagro, no sin antes recordar las palabras que El Brujo pronunció en la jornada inaugural: "El teatro indaga en el significado de la vida, como también lo hacen los científicos, solo que los actores la celebran y la bailan”. Que sea por muchos años.

Colaborador '20minutos'

Licenciado en Ciencias Físicas por la Universitat de València. Máster MBA en Gestión de Empresas e Instituciones Culturales por la Universidad Complutense de Madrid. Jefe de Proyecto en procesos de digitalización educativa y como Product Owner en proyectos de Tecnología Educativa y Producción de contenidos digitales, en Santillana. Implementación de una plataforma web de georreferenciación y digitalización de contenidos relacionados con la Historia de la Música Clásica, contando con apoyo del Ministerio de Educación y Cultura. He colaborado en el área de Cultura de diversos medios escritos y de radio, relacionado con música, teatro y cine.

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